Leonardo Gil empezó el semestre de atrás dentro de la consideración de Nelson Vivas, ya que el DT prefirió a Israel Damonte y Santiago Ascacibar como doble cinco. Además, como volante o extremo por izquierda, otra posición en la que se podía desempeñar naturalmente, el elegido fue Carlos Auzqui.

Por esta razón, en gran parte del torneo apenas tuvo participación. En algunos partidos no tuvo ni siquiera la oportunidad de ir al banco y en otros ingresó en el segundo tiempo, aunque sólo por pocos minutos.

Entre las pocas chances de jugar, donde más sumó minutos fue en la derrota frente a Huracán por la sexta fecha del torneo local, cuando entró por Juan Ignacio Cavallaro y jugó 40 minutos. Luego, estuvo en los clásicos frente a Gimnasia y Esgrima La Plata, con Temperley y San Martín de San Juan, jugando como mucho los últimos 20 minutos.

El volante nunca se desesperó porque él estaba en el día a día dentro del plantel y reconoció como era la situación: “Damonte y Ascacibar han jugado muy bien en el medio, por eso no se me dio”.

La novedad llegó en la fecha 14 del Torneo de Transición, en el partido que el Pincha disputó frente a Racing Club, cuando Vivas tomó una decisión a priori atrevida; colocó al Colo como lateral izquierdo en lugar de Lucas Diarte, quien había jugado todos los partidos hasta ese momento. Al parecer, las razones fueron simplemente por su rendimiento, el cual convenció al cuerpo técnico en los entrenamientos y luego de su buena actuación contra la Academia fue ratificado en el puesto, manteniéndose como titular hasta el final del semestre.

A pesar de haberse apoderado del puesto, el Colo no se la creyó: “Desde que llegué me ha tocado jugar y me ha tocado no estar. Hoy tengo la suerte de que el director técnico confíe en mí”.