La Copa Argentina abarca, desde su creación, todo tipo de sueños. Desde los más humildes hasta los más ostentosos. Hay quienes ven el camino como la posibilidad de darse a conocer, abrise paso. Otros, en cambio, como la chance de acceder a la tan ansiada Copa Libertadores. Los equipos que abarca esta competición federal hacen que miles de historias queden en el camino. Pero hay otras que no. Logran trascender. Y ese es el objetivo que se propone el Club Atlético Güemes, próximo rival de Boca, el último campeón del torneo.

Las distancias entre uno y otro equipo son enormes. La popularidad, el poderío económico y los títulos crean grandes brechas entre estos clubes. Pero al conjunto que dirige Pedro Monzón poco le importara eso, cuando Federico Beligoy dé el pitazo inicial. Ellos buscarán hacer su propia historia, como cuando Santamarina casi le propina el gran golpe al Xeneize en el certamen del 2012 (quedó eliminado por penales).

En el camino al cuadro principal de la copa, Boca accedió directamente a los 32avos de la Copa Argentina por ser un equipo de Primera División. Pero para el equipo de Santiago del Estero, la historia fue diferente. Primero tuvo que atravesar la Fase Preliminar Regional, en la cual enfrentó a Juventud Antoniana, de Salta. El encuentro de ida, disputado el 29 de enero, resultó ser fundamental para conseguir la clasificación. La cómoda victoria de Güemes por 4-1 en el Estadio Padre Martearena lo dejó prácticamente clasificado para la siguiente fase.

El 10 de febrero llegó el turno de defender el resultado en el Estadio Arturo Miranda. Fue derrota por 2 a 1, pero poco importó la cáida. Con un global de 5-3, Güemes hizo historia al clasificarse por primera vez a los 32avos de final de la Copa Argentina. Además, es la primera ocasión en la que un equipo de Santiago del Estero aparecerá en el cuadro principal del certamen.

El encuentro de mañana será una gran prueba de fuego para el equipo santiagueño. El adversario será Boca, último campeón de la Copa Argentina y el club más ganador de este trofeo (1969 y, desde la reinauguración de este certamen, 2012 y 2015). La diferencia entre ambos equipos es abismal, pero el equipo que dirige Monzón intentará desde su humilde lugar dar otro paso hacia la historia.