94 minutos tardaron los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto en conseguir un gol. No faltaron las oportunidades, y no tuvo suerte durante gran parte del encuentro, pero regalar 45' siempre sale caro. Esta vez no fue la excepción. El equipo volvió a demostrar lo que le cuestan los partidos importantes y lo lejos que está del nivel que se espera de un plantel de tanto renombre.

El primer tiempo azul y oro fue de lo peor del año en todas las líneas. Una defensa frágil, con Jonathan Silva, de buenos partidos en las últimas semanas, como el eslabón más débil y un Guillermo Sara que no estuvo a la altura de las circunstancias.

Pudo hacer más en el primer gol que, si bien fue un tiro potente, le pasa por al lado, pero su espantosa respuesta en el segundo gol fue inexcusable. El mediocampo estuvo muy inconexo entre sí y con los tres de arriba, que casi no la pudieron tocar. Otro pobre partido de Rodrigo Bentancur, Pablo Pérez estuvo siempre incómodo e irreconocible en relación a otros encuentros, y el segundo partido de Wilmar Barrios en el club demostró por que no tenía más minutos.

La segunda parte fue mejor, en parte por la dificultad de jugar peor que en la primera y también gracias a la entrada de Darío Benedetto. Así, con Tevez atrás de un verdadero centrodelantero, hubo muchas chances de descontar, pero los desbordes fueron mejor realizados por los laterales que por los extremos, por lo que no se generaba peligro de forma limpia ni clara. Así y todo, hubo chances para conseguir el empate. Dos tiros libres de Tevez, uno al travesaño y otro cerca del palo izquierdo fueron las más claras del 10, mientras que el Pipa en solo 45 minutos tuvo una situación muy clara que salvó el arquero y el gol.

No hace falta mucha evidencia más para demostrar que juntos son muy peligrosos, y que ante la ausencia del 9, el Apache no tiene que ser centrodelantero. Solo con el primer tiempo se podía prever que la eliminación era cuestión de tiempo. Sin ganas, sin ideas, sin rebeldía, los últimos 45' sobraron en una noche de final de ciclos. El punto final de muchos en Boca, si bien varios van a tener unas semanas más hasta diciembre como epílogo. Ya se tocó fondo y hay que cambiar cosas, porque lo único que queda es ir para arriba.