Otro empate de local, con un clima distinto por el traslado multitudinario a la cancha de Huracán, en consecuencia del recital de los Guns and Roses, dejan un amargo sabor por el buen trabajo que hizo River en el primer tiempo ante el puntero del campeonato.

En el segundo tiempo, los 30 grados de calor y el sol incesante hicieron efecto y disminuyeron las presiones sobre los defensores rivales. De todas maneras era previsible que la línea defensiva, con solo Arturo Mina como defensor nato y con Jorge Moreira jugando de lateral izquierdo, fuera la que menos se destacara a pesar del buen trabajo del ecuatoriano.

Por su parte, Sebastián Driussi tuvo una tarde magnífica. Aunque no pudo convertir como en los anteriores partidos, la precisión que tuvo en los pases, el buen manejo de pelota, la lucidez que tuvo para salir de situaciones complicadas con su técnica y su calidad explayadas en gambetas y lujos lo hicieron figura. El delantero no sólo está pasando por un buen momento dentro de las áreas sino que está demostrando lo mejor de sí fuera del área, como lo hizo en toda su etapa de inferiores.

Por otro lado, Andrés D'Alessandro fue el otro distinto. Al igual que Driussi con si técnica y calidad, logró con sus pisadas complicar a los defensores del Pincha que no le pudieron arrebatar la pelota en toda la tarde. Cada arrinconamiento que sufría el enganche era resuelto con un lujo o un traslado productivo que le dio otro color a la calurosa tarde en Parque Patricios.

En cuanto a Gonzalo Martínez, con sus explosivos arranques en la zona izquierda logró romper líneas y darle un giro inesperado a los ataques de River. Cuando se trata de dribbling en velocidad, el mejor del plantel es el Pity y aunque su mayor déficit es el de terminar mal las jugadas, como fue cuando le pegó al arco de volea o cuando no lo hizo de primera, esta vez sí pudo lastimar en el área. Otro de los puntos flojos del ex Huracán fue su irregularidad pero está logrando cambiarla ya que mantuvo el buen nivel que logró ante Arsenal.