Por fin llegó el partido que Argentina necesitaba. Por fin el genio frotó la lámpara. Por fin la Selección transmitió tranquilidad en un partido. Pero no hay que hacerse falsas esperanzas: aún falta mucho.

El partido parecía parejo, duro, friccionado, pero comenzó a resolverse rápidamente, ya que a los 10 minutos la Albiceleste ya ganaba por 1-0. ¿Quién sino Lionel Messi para lograr abrir un partido tan importante? Un tiro libre perfecto que se coló en el ángulo superior izquierdo del  arquero David Ospina hizo estallar de júbilo a todo el estadio.

Con el primer tanto argentino, Colombia intentó tener la pelota y atacar el arco de Sergio Romero, pero el buen momento del astro del Barcelona contagió al equipo y, a través de una gran jugada colectiva, que culminó con centro de la Pulga, Lucas Pratto duplicó la ventaja argentina. 

Ese contagio se iba haciendo general con el pasar de los minutos, teniendo grandes actuaciones los dos goleadores hasta el momento, pero destacando el partido de Ángel Di María, que cambió definitivamente el chip respecto a las citaciones anteriores. Éver Banega, Javier Mascherano, Ramiro Funes Mori y Gabriel Mercado fueron otros que marcaron la diferencia en este partido, más aún viendo juegos anteriores. 

Colombia sólo insinuó aproximaciones serias promediando el segundo tiempo, algo que no llegó a mayores producto de la buena marca de la defensa (algo que había que mejorar) y la falta de puntería de los delanteros visitantes. De hecho, la más clara fue un tiro libre al palo de James Rodríguez, que no pudo demostrar todo su talento. Para colmo, a siete del final, Messi robó una pelota con mucha personalidad, yendo hacia adelante, y asistió a Fideo Di María para el 3-0 definitivo. 

Quizás el momento más tenso durante el partido (luego ese clima se agravó, con la conferencia de los 26 jugadores que decidieron no volver a hablar con la prensa) fue la salida de Pratto, aplaudido y ovacionado, para dar ingreso a Gonzalo Higuaín, que fue silbado por gran parte de los simpatizantes locales.

Aunque la victoria posicionaba mejor a Argentina en la tabla de posiciones, la victoria por 3-1 de Chile sobre Uruguay la dejó nuevamente en el repechaje, pero con la tranquilidad de acortar distancias con los demás equipos y recuperando la confianza de cara a lo que queda de eliminatorias.

Ahora, es momento de esperar por Chile (sin Arturo Vidal, amonestado) y Bolivia en marzo, con mucho tiempo por delante para prepararse y arreglar, principalmente, los problemas internos que tiene la AFA, algo que se refleja en la Selección.