No le sobró nada. Boca Juniors le planteó un partido cuidadoso a Guillermo Brown de Puerto Madryn, sabiendo que no puede arriesgar el físico de sus jugadores teniendo el torneo local ya empezado, pero consciente que no podía subestimar a un rival que estuvo cerca de conseguir el ascenso a Primera División la pasada temporada. Por eso, si bien Guillermo Barros Schelotto introdujo varios cambios, usó prácticamente a todos los titulares, si no como titulares (como Darío Benedetto y Pablo Pérez), ingresando desde el banco (caso de Fernando Gago y Edwin Cardona).

El partido en sí no tuvo demasiado atractivo. Con pocas llegadas, pero un control tranquilo del Xeneize, aunque sin poder manejar el juego a gusto, los minutos transcurrían sin demasiadas situaciones de peligro para ninguno.

Un cabezazo de Nicolás Bruna y un remate de Nahitán Nández fueron las únicas chances del primer tiempo para Brown y Boca, respectivamente.

Ya en la segunda mitad, debieron pasar 15 minutos para la primera emoción: Pablo Pérez, de lo mejor en el Xeneizefue derribado en el área y Benedetto cambió el penal que señaló el árbitro por gol con una gran definición al ángulo. 

Luego del 1-0, y con los ingresos de Gago y Cardona, Boca sólo tuvo que bajar la pelota, tenerla e intentar generar chances con paciencia para no sufrir en su propia área. Las llegadas aisladas de los del Sur no lograron inquietar a Guillermo Sara

Ahora, con el pase a los octavos de final, el club de la Ribera deberá enfrentar a Rosario Central, que viene de derrotar por 2-1 a Deportivo Riestra. El ganador de esta llave jugará contra el vencedor de Godoy Cruz - Banfield.