Arabia Saudita cumplió con lo justo en las Eliminatorias Asiáticas y se clasificó hacia el Mundial de Rusia 2018. Pero el capitán de la nave, el holandés Bert van Marwijk, decidió abandonar el cargo. Allí apareció Edgardo Patón Bauza, quien duró un puñado de partidos y ante la mala campaña en los pocos amistosos, la comisión directiva del fútbol saudita decidió echarlo de su puesto. Allí apareció Juan Antonio Pizzi, quien con buenas ideas tácticas logró convencer a los jeques que él era la mejor opción para el Mundial.

El director técnico santafesino tiene una buena trayectoria tanto como jugador y como coach que le dan las virtudes suficientes incluso de poder hacer un milagro con los sauditas. 

Como jugador, se puso las camisetas de Rosario Central (tres etapas), Toluca de México, Tenerife, Valencia, Barcelona, Villareal, River Plate y Porto. Además, cuenta con participación con la camiseta de España.

En tanto que como DT se puso el buzo en Colón de Santa Fe, Universidad San Martín de Porres, Santiago Morning (logró su primer título), Universidad Católica, Rosario Central, San Lorenzo de Almagro, Valencia y selección de Chile, donde ganó una Copa América.

A pocos días de realizarse el sorteo, Arabia Saudita anunció su contratación. En su filosofía, hace que cada jugador se mate por cada pelota. El sacrificio, la lucha, el juego en equipo, la disposición ofensiva y la posesión son signos característicos del técnico.

Acá en Arabia Saudita lleva poco tiempo y será complicado para el técnico que haga este tipo de funcionamiento en jugadores poco habilidosos. Pero la esperanza es lo último que se pierde en este equipo.

Todo es posible. Con mucho trabajo, puede llegar a meter un batacazo en el Grupo A, donde Uruguay parece ser la selección más potente, y Rusia y Egipto son dos países con niveles similares a los sauditas. Por eso, Pizzi buscará que Arabia Saudita se meta por segunda vez en octavos de final.