En la noche del miércoles, cuando se despedía el día, se jugó la vuelta de la segunda semifinal de la Copa Libertadores entre Boca y Palmeiras, donde en la ida salieron 2-0 a favor del elenco argentino. El encuentro de anoche salió empatado 2 a 2 en Brasil, permitiendo al equipo de los mellizos Barros Schelotto avanzar a la final.

Es por eso que con el resultado de la noche de ayer se puede decir que el pasaje a la finalísima del Xeneize fue en una primera parte tranquila y afianzada, pero luego tuvo que poner garra y pasión para llegar a la última instancia de la competición. Lo mencionado se pudo ver en el partido efectuado en Brasil.

En un partido de ida y vuelta entre ambos no se pudo ver un claro dominador porque los dos llegaban y lastimaban, es por eso que el equipo azul y oro tuvo un susto en los primeros minutos del partidos en donde en una jugada del elenco brasileño había terminado en gol, a puro pase y buen juego de astucia, pero el VAR evitó el error del juez de línea al no ver a Bruno Henrique adelantado por lo que el partido siguió en 0 por 0.

Foto: Prensa Boca Juniors
Foto: Prensa Boca Juniors

La tranquilidad porteña llegó unos instantes después, cuando Sebastián Villa recuperó una pelota en campo opuesto, para construir una pared con Leonardo Jara y desarticular a la defensa antagonista para abastecer a Ramón “Wanchope” Ábila, que con la efectividad que lo caracteriza, tocó ante los esfuerzos de Weverton y mandó el esférico al palo para luego entrará al fondo de la red para el 1 a 0.

En el complemento Boca demostró que tuvo uno de los mejores partidos del certamen. El intento de media distancia de Lucas Lima hizo lucir a Rossi, con una tapada que despertó el aplauso espontáneo en las tribunas. Hasta el arquero que había recibido innumerables críticas en el pasado tuvo una producción notable.

Una ráfaga de goles

Si en algún tiempo el Xeneize tuvo que poner garra por pasar malos momentos fue anoche en la segunda mitad, donde no encontraba reacción como en los primeros 45 minutos y la reacción de Palmeiras llegó de la mano de la gente de la defensa. Luan fusiló a Rossi con un disparo fuerte y corto, mientras que Gustavo Gómez canjeó el 2 a 1 parcial en un penal que Izquierdoz le cometió a Dudu, el hombre de Brasil que lo incomodó a todo Boca y más aún a la defensa.

Foto: Prensa Boca Juniors
Foto: Prensa Boca Juniors

El estadio en aquel entonces sí era una caldera pero en el momento más crítico de Boca, apareció Darío Benedetto, quien ingresó por Wanchope Ábila. Con el local a dos goles de la clasificación, el Pipa repitió la historia del partido de ida, sacando un remate lejano, fuerte y esquinado que hizo “estéril” a la reacción del arquero Weverton. Era todo lo que el equipo de Guillermo necesitaba para sellar una clasificación a la final, para ahora enfrentarse a su clásico rival de toda la vida River Plate.