A partir de este sábado a las 17 en La Bombonera, River y Boca paralizarán al mundo para jugar el encuentro de ida de la final de la Copa CONMEBOL Libertadores, que contará con el arbitraje del chileno Roberto Tobar. Junto al partido del vuelta, que se disputará el día 24 de noviembre en el Estadio Monumental, serán los cotejos más importantes en la historia de ambos clubes, que intentarán quedar en la historia, en la que va a ser la última definición a dos partidos del certamen, que a partir del año que viene se disputará a final única en sede neutral.
Para este compromiso, ambos clubes alinearán el mejor equipo posible y el Millonario tendrá en frente a un rival que posee un centro del campo versátil, polifuncional y con mucho sacrificio a la hora de la marca. El conjunto dirigido por Marcelo Gallardo tendrá que estar atento a los movimientos de los jugadores rivales, que intentarán vulnerar el tejido táctico y tratarán de armar juego y asistir a los delanteros de la mejor manera posible.
Uno de los integrantes del mediocampo Xeneize es Pablo Pérez, capitán del equipo en la mayoría de los encuentros, sobre todo por las lesiones de Fernando Gago. Si hay algo por lo que se destaca este jugador es por su temperamento que muchas veces le juega en contra y es fácilmente amonestado en la mayoría de los partidos, de hecho es uno de los jugadores que está al límite de amonestaciones y en caso de recibir otra se perderá el cotejo de vuelta. Más allá de ello, Pérez es fundamental en el esquema de Guillermo Barros Schelotto, aporta pase corto, marca y distribución en el centro del campo, pero además también es capaz de llegar al área y definir las jugadas. En Boca está desde 2015 y lleva disputados 122 partidos con 15 goles y 12 asistencias, además ganó cuatro títulos.
Quizás el mayor baluarte que tiene la zona de volantes de Boca es el colombiano Wilmar Barrios. Ocupa la zona del central del mediocampo y es el principal arma de marca y sacrificio que tiene el Mellizo. Arrancó desde el banco de suplentes en su llegada al club pero con pocos partidos demostró que estaba para convertirse en una pieza fundamental para Boca. Es insustituible y ya es visualizado por varios equipos del fútbol europeo. Hasta el momento en el Xeneize jugó 64 cotejos, con un gol y tres asistencias y obtuvo dos torneos locales de Primera División.
El tercer integrante habitual del mediocampo es el uruguayo Nahitan Nández. Es quizás el jugador más polifuncional con el que cuenta Barros Schelotto. Nández es capaz de participar en la marca, en la distribución y creación del juego y aporta en la parte ofensiva si hiciera falta. Además tiene un sacrificio enorme a la hora de hacer los relevos de los jugadores que pasan al ataque, incluso ha llegado a jugar de lateral en algunos partidos de este semestre. Al igual que Pérez, está al borde de la suspensión por cantidad de amonestaciones. Llegó al Xeneize la temporada pasado, y hasta el presente disputó 44 encuentros con cuatro goles y tres asistencias.
Pérez, Barrios y Nández fueron fundamentales para Boca durante toda la copa en su camino a la gran definición. Cabe destacar sobre todo su actuación en las últimas dos series frente a Cruzeiro y Palmeiras, donde tuvieron una gran actuación en los partidos como visitante en Brasil, donde el equipo sufrió en pocas oportunidades y pudo definir los cruces sin poner en riesgo el resultado.
Más allá de que Pérez, Barrios y Nández seguramente serán titulares en el partido de ida, no hay que olvidar a las dos alternativas con las que cuenta Boca para suplirlos. Fernando Gago, uno de los referentes del plantel, que últimamente ha jugado poco debido a las frecuentes lesiones que lo asechan, pero cuando está en el campo de juego es sinónimo de técnica y calidad para el mediocampo, mientras que el otro es Agustín Almendra, juvenil de apenas 18 años, que este año tuvo su irrupción en el primer equipo y que se destaca por su personalidad, el ida y vuelta y la velocidad en su recorrido.