Nos trasportamos al sábado 23 de enero del 2016. Deportivo Cali y Atlético Nacional, campeones del primer y segundo semestre de la Liga Águila se enfrentaban en el partido de ida de la Superliga Águila en el estadio Monumental de Palmaseca en búsqueda de un titulo más y el cupo a la Copa Sudamericana que otorgaba el certamen.
La Superliga suponía el primer reto de los dirigidos por Reinaldo Rueda que ya descollaban con su fútbol el ámbito local. El camino los cruzaba con el equipo que más regularidad había tenido el año pasado, en medio del acoplamiento de algunos refuerzos y el regreso a la actividad futbolística del grupo que un mes atrás había sido campeón del torneo local.
Palmira señorial
En el primer juego disputado en Palmira, Nacional se mostró más polivalente que nunca desde que Reinaldo Rueda había asumido la dirección técnica cinco meses atrás. Táctico, inteligente y eficaz terminó por derrotar 2-0 con goles de Jhonatan Copete a un Cali atrevido, férreo y explosivo dirigido por Fernando Castro que caía en casa pocas veces en el torneo local.
El golpe final fue en el Atanasio
Para el partido de vuelta, el miércoles 27 de enero, en el Atanasio Girardot hacía su presentación oficial Andrés Felipe Ibargüen como jugador de Nacional. Con el planteamiento ofensivo, vistoso y solido que venía realizando el equipo con Rueda como DT, rápidamente se puso en ventaja con gol de Macnelly Torres.
A partir de allí el juego se estancó, Deportivo Cali sacó a relucir su alma combativa y cerró el juego aunque la necesidad estaba de su lado y debían remontar la serie. Nacional controló e hizo el juego que se le antojó. Finalmente en la segunda parte Nacional dio la estocada final y liquidó el juego con un gol de Sebastián Pérez y posteriormente uno de Luis Carlos Ruiz.
Levantando títulos, casi como un augurio de lo que sería el año más glorioso de la institución, así comenzaba Nacional la temporada con el objetivo mas claro que nunca desde el vamos: ganar la Copa Libertadores de América. Además, el elenco 'verdolaga' firmaba su presencia en la Copa Sudamericana donde sin duda sería animador inobjetable y demostraría su hidalguía.