El regreso al Atanasio Girardot no pudo ser mejor para Atlético Nacional, a fuerza de fútbol y goles volvió la alegría al pueblo ‘verdolaga’. Aunque en frente estaba un rival que no facilitaba nada en el terreno de juego, los dirigidos por Bernardo Redín supieron leer el juego y aprovechar las virtudes futbolísticas del año pasado que poco a poco ha venido recuperando de la mano de Macnelly Torres.

A priori, Rionegro Águilas no era un rival cómodo para ningún equipo de la Liga Águila. Ya en el partido los dirigidos por Néstor Otero no abandonaron bajo ninguna circunstancia su estilo, se mantuvieron ordenados y contragolpearon cuando pudieron.  Aún con sus limitaciones, durante el primer tiempo lograron desestabilizar el eje de Nacional bloqueando a Macnelly Torres por algunos tramos del partido.

Ofensivamente no tiene muchas armas el equipo del oriente antioqueño, más allá de las incursiones de Roque Caballero y Jhon Viafara no hubo mucho que rescatar. Quizá sí, el orden el mediocampo que con Jhon Javier Restrepo y Juan Esteban Ortiz superó por momentos a Alejandro Bernal, de discreto partido, y Diego Arias.

Por su parte, Nacional no dejó que la ansiedad lo dominara, a pesar de volver a su estadio después de mucho tiempo, mantuvo la paciencia y el orden, esto no lo descompuso para ir a buscar el resultado sabiendo que Rionegro Águilas lo estaría esperando. Los de Redín se manejaron, sostuvieron la idea de no dividir el juego y al final del primer tiempo ya habían sacado rédito en el marcador gracias al tándem 'Mac'-Dayro.

Línea por línea, el mejoramiento del equipo fue notable, aunque el mediocampo sigue siendo una asignatura pendiente. En defensa, la dupla Aguilar-Henríquez está cada vez más consolidada, los laterales volvieron a ser vitales en la elaboración de jugadas en ataque y la zona de creación comandada por Macnelly Torres fue una apología a la polivalencia, cuando no tuvo compañía supo hacer un 'solo' de fútbol que amplió la ventaja del equipo, pero luego dejó la dirección de la orquesta cuando entraron Mateus Uribe y Aldo Leao Ramírez para liquidar el encuentro.

A pesar del descollante partido de Macnelly, el capítulo aparte se lo lleva Dayro Moreno. Estrenándose frente a la hinchada 'verdolaga' demostró cuan bien física y futbolísticamente está. Con su picardía, sacrificio, inteligencia y ese olfato de gol inagotable, que le permitieron irse con un doblete, se ganó los primeros aplausos desde las tribunas.

Finalmente, además de observar una mejoría notoria a comparación del partido anterior, es indiscutible que Nacional urge de al menos un extremo más que acompañe a Dayro y Macnelly. El nivel de Mosquera y Dájome es bueno, pero deben seguir mejorando, con el fin de mostrar los extremos como punto de referencia ante los rivales.  

A la espera del regreso de Andrés Felipe Ibargüen, el cuerpo técnico deberá seguir trabajando a diario para mejorar los jugadores que están en las posiciones de extremos, pues queda evidente que todavía falta tiempo para ver el nivel del año pasado. Además de ir encontrando esa dupla de contención que solidifique el equipo.