Deportivo Cali recibió al América de Cali en el estadio Coloso de Palmaseca a puerta cerrada (por la sanción que aún mantiene el Cali por la Dimayor en este torneo) por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Águila. Dos equipos que pasan por una apretada situación, debido a los resultados obtenidos a lo largo del semestre y dos estrategas, Hector Cárdenas y Hernán Torres, quienes parecen estar a muy poco de seguir dirigiendo en los equipos de la capital vallecaucana, debido a la crisis futbolística y de resultados que muestran sus dirigidos en la cancha.

Panorama difícil

Tras varias semanas álgidas en los cuales, rojos y verdes, no pasan por un buen momento, precisamente tienen la tarea de hacerse frente en Copa Águila, en fase de eliminación directa, y con el agua en el cuello, puesto a que una derrota más para cualquiera de los dos planteles, es estar colocando a los DT's de cada equipo, con  un pie afuera de la dirección técnica del equipo. Frente a esa claridad de condiciones, comenzó el clásico vallecaucano, una vez el juez pitó, en un duelo en donde la tensión de las dos escuadras era palpable.

Poca resolución 

América era el de la necesidad, debido al resultado previo en el partido de ida, donde el conjunto verdiblanco se puso en ventaja, gracias a un penalti, que cambió a gol, el delantero Jefferson Duque y el cual fue suficiente para sentenciar dicho encuentro. Los escarlatas comenzaron con actitud, intentando hacer arribos en la cancha rival, pero, debido a la poca claridad de ideas en materia ofensiva era muy limitado el peligro en el arco que defendía Pablo Mina. Sin embargo, a pesar de ello, el equipo dirigido por Hernán Torres, no perdía el ritmo y era insistente en cuanto a la búsqueda de la portería azucarera y entre esas oportunidades que intentaba generar el cuadro americano, consiguieron un penal tras falta del zaguero Moiraghi sobre el delantero Santiago Silva, quien fue el encargado de cobrar y que con un tiro bastante débil, permitió que el guardameta verdiblanco atajara el cobro y mantuviera la diferencia  en favor del equipo verde.

Además del penal fallado, fue poco el riesgo que se generó en el partido en las dos áreas, se vió un juego, el cual se caracterizó por ser de poco fútbol y muchas faltas, puesto a que los equipos en medio de la crisis por la que viven en el momento, se preocupaban más por cortar el juego y no darle ventajas al rival, que por generar peligro y opciones contundentes en campo del adversario. Los conjuntos dieron muestra del bajo nivel que aún mantienen y de la falta de actitud para salir a buscar la victoria en los partidos, por ello, el partido fue poco interesante  y predecible en cuanto al resultado.

Técnicos en duda

Tanto azucareros como escarlatas tienen serios problemas en su nivel de juego y la crisis de los resultados tienen muy comprometidos a su cuerpo técnico, los cuales parecen no tener la solución para arreglar lo que sus dirigidos exponen en cancha. En este momento los dos conjuntos se encuentran por fuera de los 8 y solo les sirve sumar para hacer a un lado la presión y las críticas por el bajo rendimiento que hasta el momento han conseguido. Sin embargo es claro que, quien tiene una necesidad mayor de resultados es el conjunto escarlata, debido a que el descenso le respira en el cuello y el fútbol mostrado hasta el momento les asegura muy poco en cuanto a resultados favorables.

Próximo encuentro

Rojos y verdes se verán nuevamente en la fecha 10’ de la Liga Águila, este domingo 27 de agosto a las 7:30 PM en el Pascual Guerrero, en un partido que de perderse, por parte de cualquiera, determinaría al parecer el actuar de sus dirigentes para cambiar los elementos que por ahora no brindan el rendimiento esperado.