El año 2013, es un año muy recordado para las hinchadas de los dos equipos de la capital antioqueña. Por un lado, el poderoso se encontraba celebrando su centenario. Pero, mientras eso ocurría el que daba vueltas olímpicas era Nacional de la mano de Juan Carlos Osorio: tricampeón de Colombia en ese 2013.
Además, en ese 2013 se vivió uno de los clásicos más recordados por la hinchada del Rey de Copas: Atlético Nacional derrotaba 2 por 0 a su rival de patio con una exhibición de fútbol el día del amor y la amistad.
El clásico número 277 se jugó el 14 de septiembre de 2013, Nacional llegaba como líder mientras que el Deportivo Independiente Medellín se veía comprometido en las zonas bajas del campeonato.
Así, Juan Carlos Osorio supo aprovechar su hegemonía para darle un paseo futbolístico al Medellín y provocando la ira de los aficionados poderosos que intentaron invadir la cancha obligando al árbitro Juan Carlos Gamarra a finalizar el partido cuando iban 88 minutos de juego.
Ese día, Atlético Nacional fue superior en posesión, número de ocasiones, transiciones de defensa a ataque e incluso en las tribunas. El equipo dirigido por Osorio tuvo en aquella oportunidad a un Shermán Cárdenas inspirado: el creativo se echó el equipo al hombro, manejo el ritmo del partido y tuvo tiempo para lujos.
Pero eso no es todo, Nacional tenía en su formación a jugadores de la categoría de Alex Mejía, Franco Armani, Jefferson Duque, Francisco Nájera y Stefan Medina. En Medellín, Germán Cano y Marco Pérez no pudieron hacer mucho.
Tan solo 11 minutos de iniciado el partido, Nacional ya ganaba gracias a un gol de Nájera luego de un tiro libre de Cárdenas. Desde ahí el partido fue un trámite y el resultado lució corto para lo que se vio en el desarrollo.
En el segundo tiempo, el verde estiraría la ventaja gracias a un gol de Jefferson Duque. Minutos más tarde, Jorge Arias se iría expulsado luego de una fuerte entrada contra Stefan Medina.
Con un hombre más, el equipo de Osorio reguló cargas, le dio circulación al balón y convirtió el partido en un trámite. De las tribunas se escuchaba el “Olé, Olé” y fue así como al minuto 88 los hinchas poderosos deciden invadir la cancha y el juez central acaba el partido por falta de garantías.
Ese día de amor y amistad, el verdolaga no tuvo piedad con Medellín y provocó una alegría en sus hinchas que al día de hoy se sigue recordando.
Hoy, el panorama es diferente: se enfrentan dos equipos con buen trato de pelota en lo que para mí es: el mejor clásico regional del país.