A pesar de las incorporaciones de Luis Payares, Eliser Quiñones, Jhon Pérez, Anthony Uribe, Alejandro Artunduaga y César Arias, Águilas Doradas no cuaja. Lo dicen los comentaristas, lo dice la hinchada, lo dice el técnico y lo dicen los jugadores. Llevan varias semanas de trabajo, aplicando el módulo táctico, haciendo que el 4-2-3-1 sea lo que debe ser en el campo: prevalencia del mediocampo para ataque y defensa, para que el rival no llegue al área propia, y que el balón tenga un buen flujo hacia el área contraria. No debería hacer problema porque los jugadores tienen la experiencia y los nombres que deberían cobrar importancia a la hora del juego. Cuando se ve que Christian Marrugo lidera esta banda de buenos jugadores, uno está seguro de que el módulo táctico sí está bien concebido, porque él es un jugador que se adapta muy bien, que es capaz de filtrar buenos pases, mientras aporta también en defensa. El resultado lógico debe ser que el equipo permanezca compacto, que no se parta en dos.

Sin embargo, la realidad es distinta. Águilas Doradas no ha logrado infundir temor ni respeto. Sus anteriores rivales han encontrado fisuras importantes que han sabido materializar en goles, o que les han permitido no salir derrotados por lo menos. No sé entiende aún por qué, y cuando le preguntan al técnico Boderth, él con cara apesadumbrada, ya casi derrotado y conciente de que la paciencia tiene saldo en rojo, solo atina a decir que habrá que jugar con nuevos valores salidos de la cantera, quienes tal vez, sean capaces de interpretar mejor el sistema deseado. También habla de poco tiempo entre partidos para trabajar en otros módulos tácticos, una razón justa, pero que también afecta a los demás equipos. Hay total desconcierto.

En el último día de febrero, en la ciudad de Ibagué, un equipo con la moral en el piso habrá de enfrentar a un león despierto e indómito. El Deportes Tolima es el equipo que nadie quiere enfrentar, el que cada vez se ve más sólido, más infranqueable. Hernán Torres ha sabido construir sobre su propio concepto un equipo que corre menos y piensa más, que es capaz de batirse en espacios reducidos y que cuando obtiene el espacio, castiga con precisión quirúrgica.

Y entonces pensará Boderth que, en otras circunstancias, su equipo, que está lleno de buenos jugadores, podría dar un gran combate, haciendo espectáculo y brindando un festín táctico, dónde el Tolima no podría hilvanar varios pases seguidos y se vería enfrentado a la profundidad de los pases de Marrugo y la definición de Arias o Pérez, quienes serían capaces de definir con soltura ante una defensa que es fuerte y espigada, pero en apariencia vulnerable. Aún hay esperanzas de que esto sea así, que todo el potencial del equipo de Rionegro salga a relucir en un importante partido como este. A los jugadores con recorrido les gusta enfrentarse con retos a su altura.

Cabe mencionar, que los números constatan la debacle antioqueña. Solo siete puntos de 24 posibles dan un deficiente rendimiento aproximado del 30%, tienen una diferencia de goles de -3, lo que habla del desequilibrio entre defensa y ataque, siendo este último muy pobre en resultados, ya que han hecho menos de un gol por partido. No han podido superar a ninguno de sus rivales en los últimos 5 partidos, y ni qué decir de la posesión, que no supera el 40%, lo cuál induce a creer que son los rivales los que proponen y Águilas el que espera.

Sin embargo, hay un dato que puede ser esclarecedor y que puede cambiar las circunstancias: la conversión de goles es aproximada al 11%, hecho que se puede interpretar como que los paisas pueden ser peligrosos si empiezan a definir bien. Son capaces de llegar, y aunque no tienen el balón, sí pueden hacer daño. Si ese paupérrimo porcentaje hubiera sido por lo menos el doble, algo que seguiría siendo bajo, Águilas Doradas no estaría sufriendo tanta incertidumbre.

La clave del encuentro estará en Marrugo y en la definición por parte de Arias o Pérez. El Tolima no puede confiarse; tiene buenas posibilidades de triunfo aprovechando el desconcierto de Águilas, pero no se puede descuidar. Ese equipo es capaz de hacer grandes cosas, porque, así como hoy no han podido encontrar el camino, cuando lo hagan serán muy capaces de hacer honor al imponente ave que llevan en su escudo.

Posible formación

Carlos Bejarano; Mateo Puerta, Jeison Quiñones, Luis Payares, Carlos Ramírez; Óscar Hernández, David Contreras, Tomás Salazar, Cristian Marrugo, Eliser Quiñones; César Arias.

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