Cuarto año de Laso a los mandos de la nave. En cada una de estas temporadas el entrenador vitoriano ha ganado trofeos, pero se ha quedado dos veces consecutivas a las puertas del máximo galardón europeo. El año pasado los merengues fueron una máquina total durante la mayor parte del año, pero la gestión de los esfuerzos no estuvo adecuadamente programada y el equipo llegó fundido a la recta final. Tras perder dolorosamente la final de la Euroliga en la prórroga contra el Maccabi, algunos jugadores tuvieron enfrentamientos con el técnico (léase Mirotic). Además, la confianza del presidente Florentino comenzó a tambalearse.

Perder la Liga ante el Barcelona por un inesperado 3-1 (con derrota en Madrid en el partido inicial de la serie), fue un duro golpe para un Madrid que había jugado como los ángeles durante meses y disputado las cuatro finales oficiales del año, pero perdiendo las dos últimas y de mayor relevancia. Desde entonces la directiva blanca comenzó un renovado proyecto 4.0 que ha contado con muchas especulaciones y cambios. Finalmente Laso sigue en el equipo, pero han cambiado totalmente sus ayudantes. Cinco jugadores nuevos han llegado, con lo que supone el cambio de casi la mitad de la plantilla. Hora de analizarlo.

Operación salida

Que Nikola Mirotic se iba a marchar a la NBA parecía cantado. Es cierto que tras perder su segunda final de Euroliga consecutiva y nacer su primer hijo en Madrid, algunos rumoreaban que podía esperar un año más para cruzar el charco y que su compromiso con el Madrid era total. Pero problemas internos con Laso decantaron definitivamente la balanza. El genio hispano-montenegrino terminó en los Chicago Bulls, y con ello se abrió la veda de los necesarios fichajes. Tras varias lesiones Dontaye Draper fue el siguiente en salir. Un gran defensor, que cumplió durante las dos campañas que ha estado en la casa blanca, que será peligroso este año en la Euroliga, ya que ha fichado por Anadolu Efes que además ha caído en el mismo grupo de la primera fase que el Madrid.

Más llamativa o inesperada fue la marcha de Tremmell Darden, que llegó del Zalgiris en el mercado de invierno e hizo un magnífico trabajo en la intendencia del equipo, defendiendo como un chicle y aportando puntos en momentos importantes. Se había integrado a la perfección demostrando que era un hombre aplicado y con mucha experiencia. Pese a ello dos fueron sus contras para renovar. La primera la edad (33 años), por lo que no entraba en un proyecto de futuro. La segunda el dinero. Al final ese fue el gran problema, el norteamericano pedía una mejora en su ficha y desde la directiva no parecían muy por la labor. Finalmente el Olympiacos le ofreció el doble y el predicador tomó rumbo a tierras helenas.

El cuarto en marcharse fue Dani Díez. El puesto de alero puro o defensivo parece un tanto maldito en el Madrid. Recordar que la joven perla de la cantera venía para sustituir a Carlos Suárez, que había perdido peso y confianza en el equipo. Dani hizo una buena pre-temporada y comenzó jugando algunos minutos en los partidos de Liga, Sin embargo, tampoco llegó a cuajar. En Europa fue desapareciendo paulatinamente y en la Final Four ni se le vio en la cancha. En la final de la Liga contra el Barcelona tampoco apareció. Tiene una magnífica progresión y condiciones técnicas, así que inevitablemente a tenido que irse a un equipo donde le permitan demostrarlo.

Con todo ello el Madrid se quedaba en plantilla, y nunca mejor dicho. La necesidad de recambios de calidad era total. Tardaron bastante en hacerse oficiales, pero finalmente llegaron en cascada.

Cinco caras nuevas

El primero en anunciarse fue Andrés Nocioni. Un alero que puede jugar de ala-pívot gracias a su enorme intensidad en el rebote, pero que pierde en centímetros comparado con Mirotic. Aunque debería sustituir en cierto modo a Niko, desde el principio el Chapu ha querido evitar las comparaciones. Como ha afirmado en varias ocasiones él tiene sus propias cualidades y puede aportar una experiencia que Mirotic no tenía, pero tampoco va a jugar exactamente de cuatro puro. El argentino tiene ya 35 años y ha pasado por dos etapas en el Baskonia y varios años en la NBA. Se puede decir que su tanque de gasolina se está agotando, pero lo cierto es que sigue disputando una enorme cantidad de minutos en sus equipos y con la selección argentina, como se pudo ver en el reciente Mundobasket (una media superior a los 30 por partido). Veremos como se adapta y hasta donde le aguanta el físico, pero es un refuerzo de calidad.

El segundo en ser anunciado fue K.C. Rivers. Un trotamundos del baloncesto que gustaba a Laso desde hace tiempo, y que ya quiso fichar en su segundo año como técnico merengue. El norteamericano despuntó en el Khimki ruso, demostrando que no sólo es un tirador de media y larga distancia, sino que también sabe trabajar en defensa, y por ello puede variar entre las posiciones de escolta y alero. El pasado año estuvo en la liga de desarrollo de la NBA, una segunda división en la que los jugadores promocionan para llegar a los primeros equipos, pero que también es un gran escaparate para todo el mundo. Y allí Kelvin lo bordó (enchufó una media de 18 puntos por partido y récord de triples), por lo que se puede decir que fue una jugada inteligente. Mucho se espera de él, que sea saneado en la defensa, que trabaje duro, pero ante todo que enchufe puntos desahogando en esa faceta a Carroll y Rudy.

Muy poco después se anunciaba el fichaje de Jonas Maciulis. Otro con gran experiencia europea y con la selección lituana. Este si que es un alero puro, que puede tirar desde la larga distancia y entrar bien a canasta, pero que es un perro de presa en la defensa. Con los años se ha ido especializando en esa faceta. Cuando comenzó en el Zalgiris era más tirador, pero las dos últimas temporadas en el Panathinaikos le ha tocado bajar el culo para defender. Esa faceta parece que terminó de convencer definitivamente a Laso. En cierto modo debe ser el relevo natural de Darden, de él se espera que defienda con la misma intensidad y que aporte algún punto más. Según responda en los primeros partidos habrá que ver si se gana un puesto en la titularidad como tres, o si entra con frecuencia en las rotaciones.

Justo antes de que comenzara el Mundobasket se hizo oficial el fichaje de Facundo Campazzo, un base de poca estatura (1.79 cm) pero que viene de ser el mejor jugador de la Liga argentina. Facu es muy joven aún (acaba de cumplir los 23 años), por lo que tendrá que aprender rápido en una competición tan competitiva como la Liga Endesa, pero ha demostrado que calidad y desparpajo no le faltan. No es un gran tirador desde el perímetro, aunque tiene confianza para tirársela cuando encuentra buenos bloqueos. Su mejor virtud parece la velocidad y el endiablado manejo del balón. Es capaz de entrar en la zona de manera supersónica y hacer buenas fintas a defensores más altos. Su rol tendrá que ser el de tercer base, pero es más playmaker puro que Draper, por lo que puede ganar minutos respecto al anterior.

Y apenás tres días antes de disputarse la Supercopa se hacía oficial el fichaje de Gustavo Ayón. Esta ha sido la guinda del pastel blanco, un fichaje ilusionante que muchos madridistas estaban esperando como agua de mayo. El titán de Nayarit deslumbró en su etapa con el Fuenlabrada (14 puntos, 7 rebotes) siendo nombrado jugador revelación de la ACB. Quizá de manera prematura dio el salto a la NBA donde no ha encontrado estabilidad ni minutos, pero en el Mundial se le vio en gran forma. Fue el mejor de los suyos con 18 puntos y 8 rebotes de media, marchándose a los 24 contra la todopoderosa USA. Es una magnífica noticia para el Madrid su incorporación, puesto que es un ala-pívot que no tiene el tiro de Mirotic, pero si los centímetros y movimientos en la pintura, por lo que su complemento con Nocioni si pueden permitir cubrir mejor la baja de Nikola.

Evidentemente si cuatro han sido las bajas y cinco las incorporaciones, esto hace que la plantilla merengue para esta temporada sea de trece hombres, por lo que en todos los partidos (mientras no comiencen las lesiones) tendrá que haber un descarte. Por lo que se ha calibrado en la pretemporada puede ser Marcus Slaughter con frecuencia dentro del overbooking que hay entre los hombres interiores, pero como ya se vio el año pasado, el curso es tremendamente exigente y con una enorme carga de encuentros, así que se irán turnando y nunca se echará en falta tener a un miembro más de recambio.

Cambios en el equipo técnico

No sólo ha habido un baile de salidas en los jugadores. El banquillo del Madrid también ha sufrido una gran remodelación. Tras la salida de Hugo López y Jota Cuspineda, los dos ayudantes del pasado año, muchos pensaban que Laso estaba sentenciado. Y hubo unas semanas de mucha tensión, donde la llegada del técnico griego Katsikaris parecía ya inminente. Sin embargo, tanto Alberto Herreros como la mayoría de la plantilla seguían apostando por el vitoriano. Llull no tuvo problemas en decir vía twitter que el trabajo de Laso había sido magnífico y que si algo funciona no hay que cambiarlo.

Poco después salía una encuesta a más 2.500 abonados blancos en la que cerca del 80% daba su apoyo incondicional a Laso, y pedía que se le diera otro año para que el proyecto cuajara de manera definitiva. Además, es cierto que el Madrid ha perdido dos finales de Euroliga, pero no lo es menos que llevaba 19 años sin llegar a ninguna. Todo ello pareció calar definitivamente en el presidente Florentino, que dio el visto bueno para la renovación de Laso.

Pero sin sus dos ayudantes de tantos años pareció un importante toque de atención. Los que han llegado son hombres más conocidos y con una trayectoria muy amplia, de hecho ya han sido entrenadores principales en sus propios equipos. Hablamos de Chus Mateo y Zan Tabak. El primero se forjó en las categorías base del Madrid, y también en las selecciones nacionales Junior y cadete. Luego fue nombrado ayudante de Sergio Scariolo con la selección absoluta. Tras ese periplo fue segundo entrenador de Salva Maldonado en el Fuenlabrada, y finalmente dio el gran paso al ser primer entrenador del Unicaja tras la salida de toda una leyenda como Aíto García Reneses. El año pasado estuvo en la liga China, ganando experiencia internacional. Es un gran estratega y especialista en modelos defensivos.

Por otro lado Tabak fue una auténtica leyenda como jugador, formando parte de aquella monstruosa Jugosplástika de Split que ganó tres Euroligas consecutivas con gente como Toni Kukoc y Dino Radja. Luego disputó muchos años en la NBA en equipos como Houston Rockets, y ganó la plata olímpica con Croacia en la final de los JJOO de Barcelona 92, donde se enfrentaron al primer y único Dream Team verdadero. Como técnico fue segundo de Joan Plaza en la etapa del Madrid, por lo que ya conoce la casa, y luego le acompañó otro año en Sevilla. En 2012 fue nombrado primer entrenador del Caja Laboral tras la destitución de Dusko Ivanovic, por lo que es otro primer espada que tendrá Laso de apoyo.

Con todo ello desde la directiva se han querido paliar ciertas deficiencias tácticas de los tres años anteriores, donde el equipo ha funcionado muy bien en ataque y ha sabido defender con fiereza, pero cuando ciertos partidos se han puesto cuesta arriba (como las dos finales de Euroliga, o las dos de Liga perdidas contra el Barcelona), parece que han faltado revulsivos tácticos y técnicos suficientes para darle la vuelta a los partidos. Laso, Chus Mateo y Zan Tabak son un tridente de lujo, que dan mayor empaque y brillo a este proyecto 4.0.

Tricampeones de la Supercopa

Como ya se está convirtiendo en tradición los blancos han arrancado la temporada oficial conquistando la Supercopa Endesa. Este año ha tenido un valor añadido, ya que con tanta incorporación y el Mundobasket de por medio, la plantilla merengue apenas se había entrenado dos días al completo. Además, en frente tenía a un Barcelona muy reforzado con enormes fichajes como los de Satoransky, Doellman, Pleiss o Deshaun Thomas. Por todo ello, la mayoría de especialistas y aficionados decían que los blaugrana eran los favoritos. Pero el partido les salió bordado a los madridistas, que pasaron por encima del eterno rival (99-78) y ganaron con la mayor diferencia que nunca se ha visto en una final de este trofeo.

Bien es cierto que a los de Laso se les exige que vayan a por los títulos más importantes (y estos son la Euroliga y la Liga), pero no lo es menos que ganar tres Supercopas consecutivas tiene un gran mérito y es la mejor manera de arrancar la temporada con un trofeo oficial. En los cuatro años que lleva Laso con el Madrid siempre gana al menos uno, y este ya lo ha cumplido, aunque si no llegan los de mayor alcurnia esta celebración inicial se quedará en agua de borrajas.

En todo caso fue un duelo espectacular, en el que los merengues dominaron desde el inicio, de hecho el primer parcial terminó con un aplastante 29-14. Un tremendo mazazo de inicio que los de Xavi Pascual no supieron remontar. Los blancos fueron superiores en rebotes y porcentajes de tiro, estuvieron especialmente mortales desde el perímetro, con un espectacular 13/23 (57%) en triples. Además repartieron 19 asistencias, demostrando que las nuevas incorporaciones se estaban entendiendo a la perfección con la vieja guardia.

El MVP del partido fue un magnífico Sergio Llull (21 puntos, 5 asistencias, 7/8 en tiros de dos, 2/3 en triples, 24 de valoración). Tras el mal sabor del Mundobasket el Aeroplano de Mahón ha vuelto con más ganas que nunca para demostrar que se encuentra en la plenitud de su carrera deportiva, ya con la madurez y experiencia de grandes partidos, pero todavía con un ímpetu físico portentoso. En la final se pudo ver que con la incorporación de Campazzo, ahora el Madrid tiene dos playmakers puros con el propio argentino y el genio canario Sergio Rodríguez. Gracias a ello Llull estuvo más liberado para poder tirar más y entrar mucho a canasta, lo cual no desmerece en absoluto su capacidad para asistir. De hecho el menorquín lo hizo, dando juego a sus compañeros, pero no necesariamente teniendo él que subirla y marcar la jugada, sino rematarla y doblar pases venenosos en la línea de fondo.

También enorme partido del hombre franquicia Rudy Fernández (15 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 3 robos), que una vez más demostró que es polivalente al máximo. Del balear se exige siempre mucho, y sobre todo que esté a tope en los momentos clave y las grandes finales. De él se espera que rompa con un partido brillante en la final de la Euroliga y que no de tregua en la de la Liga. Lo cierto es que Rudy lo da todo, por lo que suele llegar tocado al final de la temporada (el año pasado problemas lumbares y un dedo fracturado), pero desde que está en el Madrid la calidad y el carácter del equipo han subido como la espuma.

El descarte en la final fue Marcus Slaughter y las cinco nuevas incorporaciones jugaron minutos. El que más K.C. Rivers que disputó hasta 21 minutos y aportó 11 puntos. También importante la participación de Nocioni (17 minutos en pista) y Maciulis y Ayón (más de 15 ambos). Todo ello propició una victoria deslumbrante con la consiguiente celebración tanto en la pista como en los vestuarios. Hasta allí se desplazó toda la directiva del Madrid incluyendo al presidente Florentino Pérez. Parece evidente que este no cuida de la misma manera a la sección de fútbol que a la de baloncesto, pero los jugadores lo celebraron a lo grande con él, intentando que se implique al máximo en este nuevo proyecto, y quizá también como un guiño por haber respetado su elección de que Laso estuviera al mando otro año.

Otro año terriblemente exigente

Y con todos estos cambios, en jugadores y equipo técnico comienza una nueva temporada. El proyecto 4.0 de Pablo Laso tiene muchos retos por delante. Debe revalidar el título de la Copa del Rey, pero ante todo tiene que reconquistar la Liga al eterno rival y por fín levantar la Novena Copa de Europa. Si dominar de nuevo en el Viejo Continente es una obsesión perpetua para el madridismo este curso puede tornarse ya en algo patológico. Recordar que este año la Final Four se jugará en Madrid, lo cual incrementa el nivel de presión. Ganar el mayor trofeo del baloncesto en el Palacio de los Deportes podría ser apoteósico. Pero esto es una gran trampa, porque no llegar a la Final Four se verá como un tremendo fracaso. Y más peligroso aún, llegar y volver a perderla por tercer año consecutivo sería muy cruel.

Junto a ello el hecho de que en la competición doméstica hay deudas pendientes. El año pasado el Madrid batió todo tipo de récords de victorias consecutivas. Hizo una Liga absolutamente primorosa. En la fase regular la cerró con un aplastante 32-2. Luego en los playoffs ganó con solvencia al Cai Zaragoza (2-0) y con algo más de problemas al Unicaja (3-1) en un serie muy peleada. Pero llegó como gran favorito, y perder contra el Barcelona fue un mazazo muy fuerte. De nuevo se exige que los blancos barran durante la regular y luego que le quiten el título a los blaugrana.

Pero no será tarea nada fácil, primero porque los culés se han reforzado muy bien, y segundo porque otros equipos pueden entrar en la puja. Muchos hablan de una competición bipolar, donde sólo los dos clásicos pueden optar a los títulos, pero lo cierto es que el Valencia Basket es un equipo muy poderoso. Ya el año pasado estuvo literalmente a punto de eliminar al Barcelona en las semifinales. Perasovic tiene un bloque variado con muchos jugadores de calidad, y de darles un carácter férreo y luchador ya se encarga él. El Baskonia ha fichado mucho, el Unicaja lleva varios años mejorando plantilla, el CAI es un fijo de los playoffs, al Gran Canaria ha ido el maestro Aíto García Reneses... Son muchos los alicientes que hacen la Liga más competida que nunca.

Análisis individualizado de la plantilla

Sergio Rodríguez (Dorsal nº 13/ 1.92 cm./ 84 kgr. /1986 / Base). El genio de La Laguna tiene que luchar contra sí mismo. El año pasado hizo una temporada primorosa, fue el MVP de la Euroliga, el MVP de la Supercopa y el mejor asistente de la Liga. Saliendo desde el banquillo le saltó las tuercas a todos sus defensores, demostrando que a su afilada visión de juego está sumando un tiro exterior cada vez más efectivo. Sin embargo, terminó la temporada algo fundido. En la final de Liga no tuvo un papel destacado, probablemente porque la gasolina del depósito ya estaba muy baja. En la pretemporadaha tenido un problema de tiroides y bajado algo de peso, pero parece que ya se encuentra totalmente recuperado. Una vez más su magia debe ser fundamental para desatarcar partidos y para cambiar el ritmo del juego. Una joya para la vista.

Facundo Campazzo (Dorsal nº 7/ 1.79 cm./ 75 kgr / 1991 / Base). El de Ciudad de Córdoba (Argentina) viene de ganar la Liga con el Peñarol y ser nombrado el mejor jugador de la competición. En las finales promedió 33 puntos. En el Madrid tiene que ganarse los minutos, y en principio será el tercer base. Sin embargo, su protagonismo parece que será mayor que el de Draper en las rotaciones, por lo menos en la aportación de puntos y subiendo el balón. Pese a su baja estatura ya demostró en el Mundobasket que no tiene miedo a meterse en la zona para entrar con bandejas o para doblar balones a los hombres altos. Su tremenda velocidad y buen manejo del balón son sus grandes armas.

Sergio Llull (Dorsal nº 23 / 1.90 cm. / 90 kgr./ 1987 / Base-Escolta). Cada año que pasa el de Mahón tiene mayor protagonismo en el equipo. Su doble faceta de playmaker y tirador le permiten ser polivalente y volver loco a sus defensores. Ha comenzado la temporada como un tiro, siendo el MVP de la presente Supercopa y demostrando con la selección española que su madurez deportiva es completa. Magnífico tirador de larga distancia, kamikaze en sus entradas a canasta y duro defensor. Llull lo tiene todo para ser un líder natural durante años. El año pasado tuvo una horrible final de Euroliga (no metió ni un punto), es una espina que tiene clavada, y una cuanta pendiente para la presente campaña. Y Llull no es de los que fallen dos veces.

Jaycee Carroll (Dorsal nº 20 / 1.88 cm / 82 kgr./ 1983 / Escolta). El asesino mormón tiene un año más para demostrar que su muñeca es de las más letales en la Liga. El año pasado fue de más a menos. Comenzó muy bien en los porcentajes de tiro pero le asediaron las lesiones. Primero un esguince y luego una artroscopia en la rodilla. Se perdió más de dos meses y llegó sin forma a la final de Euoliga y Liga. El equipo le echó mucho de menos, puesto que estaba aportando una media de 14 puntos saliendo desde el banquillo. No es un gran defensor, pero si tiene un completo arsenal ofensivo, y cuando está en racha su mecánica de tiro es perfecta. Este año volvió a llegar a la final del concurso de triples, pero perdió ante su bestia negra el adolescente Josh Ruggles.

Kelvic Creswell Rivers (Dorsal nº 4 / 1.96 cm. / 91 kgr. / 1987 / Alero). El de Charlotte puede jugar tanto de 2 como de 3. Es un hombre con experiencia en Europa y que se caracteriza por aparecer en los momentos importantes. A su gran muñeca suma una importante envergadura, es bastante fuerte para su puesto y debe colaborar en las marcas y ayudas defensivas. Viene también para descargar un tanto a Carroll en los tiros desde el perímetro, dando una doble opción de amenaza desde el arco. Fue una estrella en la Universidad de Clemson, donde todavía mantiene el récord de más triples en una partido y en toda la temporada. Ha jugado en Virtus de Bolonia, Lokomotiv y Khimki con buenos números, pero llegar al Madrid es un peldaño más, y K.C. debe afrontar el reto.

Rudy Fernández (Dorsal nº 5 / 1.96 cm. / 83 kgr. / 1985 / Escolta- Alero). El hombre franquicia del equipo tiene una cuenta pendiente con la Euroliga. El mallorquín ansía como pocos alcanzar el entorchado europeo que ya se le ha escapado dos veces. Como jugador todo son virtudes: es rápido, buen tirador, mortal entrando a canasta, defensor implacable, ayuda en los rebotes y las asistencias y tiene unas de las manos más rápidas de la Liga robando balones. La parte negativa es el tremendo desgaste natural por su propia intensidad en cada partido, por lo que suele llegar renqueante a ciertos momentos clave. Pese a ello, su fuerza en la pista y la claridad con la que comanda a sus compañeros le convierten el a piedra angular del proyecto Laso.

Jonas Maciulis (Dorsal nº 8 / 1.98 cm. / 93 kgr. / 1985 / Alero). Otra de las ilusionantes caras nuevas. El de Kaunas se formó en el Zalgiris, en el que rápidamente destacó y se convirtió en titular fijo. Gracias a ello lleva una década siendo titular también en la exigente selección Lituana. Estuvo varios años en la Lega italiana (Olimpia Milano y Siena) para luego desembarcar en el Panathinaikos donde se ha hecho mejor defensor. En la Euroliga promedia 50% en tiros de dos y 37% en triples, unos números portentosos por los que Laso y la directiva no dudaron en ir a po él. Es en esta competición donde se espera que de el salto de calidad definitivo para conquistarla. En principio será el 3 titular del equipo, aunque se tendrá que ganar el puesto y repartirlos con Rivers y Nocioni si este juega algo más alejado de la zona.

Andrés Nocioni (Dorsal nº 6 / 2.03 cm. / 100 kgr. / 1979 / Ala-pívot). Todo un clásico de la Liga con extensa experiencia en la NBA. Precisamente por ello se le ha fichado, para que pueda dar calma en los momentos importantes. Pese a sus 35 años sigue manteniendo un buen nivel físico, y en el Baskonia la pasada campaña promedió 15 puntos, 5 rebotes en más de 30 minutos en pista. Evidentemente en el Madrid estos se van a reducir, pero puede ser un factor clave si sale desde el banquillo. Puede jugar de ala-pívot por su intensidad en el rebote y también de alero, sacando a sus defensores más altos y utilizando el tiro de media y larga distancia. Si las lesiones le respetan es otro fichaje de brillo, que puede dar muchas alegrías al madridismo en el final de su carrera deportiva.

Felipe Reyes (Dorsal nº 9 / 2.04 cm. / 104 kgr. / 1980 / Ala-pívot). El eterno capitán merengue que cumple su 12ª temporada en las filas blancas. Espartaco va viendo como sus minutos se reducen en pista, pero en ningún caso su importante aportación. Y esa es una de las claves del cordobés, que cada segundo que está en la cancha da el máximo y siempre suma grandes cifras en valoración. Reboteador incansable, especialmente brillante en el rebote ofensivo y canasta, cada año tiene mejor muñeca a media distancia y en los tiros libres (el año pasado fue el más acertado en Euroliga desde la línea de personal), lanza menos que antaño, pero es más efectivo. La Euroliga es el único trofeo que le falta en su excelso palmarés, a la tercera puede ser la vencida.

Gustavo Alfonso Ayón (Dorsal nº 14 / 2.07 cm. / 108 kgr. / 1985 / Ala-pívot). La última incorporación del Madrid y una de las más esperadas. Después de su marcha a la NBA muchos equipos europeos lo han ansiado. El Barcelona lo tenía medio atado, pero como ya había fichado mucho en la zona finalmente los blancos podrán contar con sus servicios. Un ala-pívot con movilidad, buenos movimientos en la pintura, sigue perfectamente los pick&roll, es un portento físico que gusta de meterla para abajo y un gran intimidador gracias a la enorme envergadura de sus brazos. En el Mundobasket se vió que está en perfecta forma, y cuando se adapte al sistema Laso puede ser uno de los jugadores más desequilibrantes de este año. En centímetros en lo más parecido a Mirotic, aunque no tiene su muñeca. Gran fichaje el del Titán de Nayarit.

Marcus Slaughter (Dorsal nº 44 / 2.04 cm. / 104 kgr. / 1985 / Pívot). Con la llegada de Ayón muchos pensaban que el gran damnificado sería el californiano. Incluso se habló de cortarle, pero lo cierto es que aún forma parte de la plantilla. Parece que va a ser el hombre alto que menos minutos disputará este año, pero se encuentra perfectamente acoplado al equipo y ya ha dicho que prefiere jugar poco en el Madrid que mucho en cualquier otro equipo. Es un portento en los saltos y corre muy bien la pista en las contras. Pese a su corta estatura para center tiene unas manos rápidas que le permiten robar y colaborar en las ayudas. Su gran déficit es la muñeca, que a media distancia y tiros libros deja demasiado que desear. Puede ser un año más un buen refresco en la pintura.

Salah Mejri (Dorsal nº 50 / 2.17 cm. / 121 kgr. / 1986 / Pívot). La torre tunecina fue ganando en minutos la pasada campaña y terminó muy bien la competición. De hecho en la amarga final perdida contra el Barcelona fue probablemente el mejor hombre de la pintura blanca. El el jugador más alto de la plantilla y un gran taponador. Este año con la llegada de Ayón son más los que lucharán por los minutos, así que Salah deberá dar otro paso más en su evolución si quiere continuar en la exigente plantilla. Es bueno corriendo la pista, y pese a su irregularidad en algunos partidos (tiende a cargarse de faltas en exceso), también suele dejar algunas de las canastas más espectaculares del año.

Ioannis Bourousis (Dorsal nº 30 / 2.10 cm. / 120 kgr. / 1983 / Pívot). Fue el fichaje estrella del pasado año, y por ello quizá decepcionó un tanto. Es cierto que ha jugado grandes partidos y que la dureza e intensidad defensiva del Madrid ha ganado muchos enteros gracias a su trabajo, pero también ha pecado un tanto de indolente en determinados momentos de la competición. Pese a ello Laso sigue confiando en él como un baluarte cuando las cosas se ponen feas, y junto a Ayón deben ser los que más minutos importantes jueguen si el físico les respeta. Tiene buena mano en los tiros de media distancia y en los libres, lo que debe ser un arma clave para descolocar ciertas defensas en zona.

Pablo Laso (Vitoria / 1967 / Entrenador). Cuarta temporada del técnico vasco a los mandos de la nave. Y decirlo ya es un mérito, porque tras perder la Liga eran muchos los que le veían fuera del equipo. Ha sido la confianza de Alberto Herreros y sus propios jugadores lo que le ha permitido un año más. Evidentemente es un gran reto, se le pide volver a dominar en España y Europa. Lo cierto es que Laso está aportando trofeos y un gran espectáculo a un Palacio de los Deportes casi siempre lleno. Es un buen entrenador cohesionando la plantilla y jugando con las continúas rotaciones, pero algunos le reprochan ciertas lagunas tácticas en la combinación de estrategias. Sus segundos de este año: Chus Mateo y Zan Tabak han venido para paliar esas deficiencias.

Fotos del texto: Realmadrid.com