Sexto asalto de la serie entre Houston Rockets y Los Angeles Clippers, en el que los angelinos podían sentenciar su clasificación para la Final de la Conferencia Oeste por primera vez en su historia. Por su parte, el conjunto tejano estaba obligado a ganar en el Staples Center para seguir vivos en la eliminatoria y forzar el séptimo partido.

El técnico local, Doc Rivers, formó con su quinteto de gala, con Chris Paul, JJ Redick, Matt Barnes, Blake Griffin y DeAndre Jordan. Mientras que Kevin McHale decidió mantener el mismo “cinco” inicial que en el quinto encuentro, con Josh Smith en el puesto de Terrence Jones, junto con Jason Terry, James Harden, Trevor Ariza y Dwight Howard.

Lideran los Clippers

Al contrario que en el encuentro anterior, ambos equipos jugaron con un ritmo bajo de juego en los primeros compases. El choque no cobró fuerza hasta que Blake Griffin comenzó a anotar, llevando el peso ofensivo de los suyos y marcando las primeras diferencias de la noche, 14-6. Los Rockets, con Harden en un segundo plano, se mantenían en el encuentro gracias a la aportación de Howard desde la pintura, ganando la partida a la pareja interior de los Clippers.

Los angelinos llevaron el control del juego y del marcador en estos primeros doce minutos, con Chris Paul marcando el tempo del partido mientras Griffin sumaba puntos desde la pintura y desde la media distancia. Llegaron a disfrutar de una ventaja de hasta nueve puntos, pero Houston redujo distancias al final del primer cuarto, dejando el 29-24 en el electrónico. Un primer periodo en el que los locales estuvieron más acertados en el tiro (LAC, 12-25 TC; HOU, 8-22 TC), aunque con ambos conjuntos sufriendo malos porcentajes desde el perímetro (LAC, 1-8 T3; HOU, 1-7 T3).

Máxima igualdad

En el segundo cuarto, los pupilos de Doc Rivers lograron mantener la ventaja durante varios minutos, aunque los Rockets tomarían el mando en el marcador mediado el cuarto, 41-43, gracias a James Harden, que hizo acto de presencia en el partido con 17 puntos en el segundo periodo, la mayoría de ellos desde la línea de tiros libres. Houston dominaba el rebote, de la mano de Howard, pero los Clippers mandaban en la anotación en la pintura, con un imperial Blake Griffin (22 puntos en la 1ª parte).

Los visitantes aumentaron considerablemente su porcentaje de acierto, pasando de lanzar por debajo del 40% en el primer cuarto al 46% (20-34 TC), llevándoles a disfrutar de sus primeras ventajas del choque, 46-52. Chris Paul tomó el mando del juego en los compases finales de la primera parte, y la llegada de los primeros hacks del partido, mejor aprovechados por el conjunto local, que permitieron que los Clippers llegaran al descanso con una ligera ventaja en el marcador, 64-62.

Los locales abren hueco

Tras el paso por los vestuarios los locales salieron decididos a romper el partido y hacerse con un triunfo que les llevase a la Final de Conferencia. Comandados por Chris Paul (31 puntos y 11 asistencias), los angelinos comenzaron a marcar las primeras diferencias, 77-66, mientras que en los Rockets, Harden (23 puntos 5-20 Tc) seguía muy desacertado en el tiro y toda la aportación ofensiva corría a cargo de Howard (20 puntos y 21 rebotes).

Los Clippers ajustaron algunas piezas en defensa, recortaron la diferencia en el rebote y aumentaron su porcentaje de acierto en el tiro para marcharse en el marcador, disfrutando de una máxima ventaja de 19 puntos, 89-70, gracias a un parcial de 14-2. Houston no podía frenar la sangría de puntos, con Redick (15 puntos) anotando desde el perímetro, mientras Griffin (28 puntos) y Jordan se hacían fuertes en la pintura. Un parcial de 9-0, favorable a los visitantes, redujo las diferencias en las postrimerías del tercer cuarto, aunque el conjunto de Los Ángeles llegaba con una clara ventaja al último y definitivo periodo, 92-79.

Remontada sin Harden

Después de llegar a vencer por cerca de la veintena de puntos, nadie presagió lo que estaba por llegar en el Staples Center. Los aficionados de los Clippers se las prometían muy felices, con la clasificación para la Final de la Conferencia Oeste a un solo paso, ganando de más de diez puntos al comenzar los últimos doce minutos del partido. Sin embargo, los Rockets no tiraron la toalla en ningún momento y comenzaron a recortar las diferencias.

Con Harden en el banquillo, Houston jugó su mejor baloncesto de la noche, moviendo bien el balón y disfrutando de tiros liberados, con la ayuda inestimable de la defensa local que ya estaba más pendiente de la celebración que del devenir del choque. De la mano de Corey Brewer (19 puntos, 11 en el último cuarto) y Josh Smith (19 puntos, 14 en el último cuarto), los tejanos se situaron a tan solo seis puntos, 100-94. Los nervios se instauraron el equipo angelino que comenzó a fallar los tiros que antes anotaba con facilidad, y que vio como los visitantes empataban el partido, 102-102, después de una canasta de Brewer.

Con el choque empatado y con Harden todavía en el banquillo, Josh Smith hizo las labores de base y llevó todo el peso del ataque, dirigiendo a los suyos al liderato en el marcador y apuntillando a su rival con un triple a falta de poco más de un minuto y medio para el final, 102-111. Los Clippers estuvieron más de cinco minutos sin anotar, encajando un parcial demoledor de 23-2 (15-40 en el último cuarto), merced al gran trabajo defensivo de su rival y al bloqueo mental que sufrieron en los últimos siete minutos. El conjunto tejano, que nunca había ganado un partido en el que entraba en el último cuarto con una desventaja de diez o más puntos (récord de 0-49), certificaba el triunfo en los compases finales, 107-119, y ponía el empate en la eliminatoria, 3-3.

Con la victoria de Houston Rockets en el Staples Center, la serie se decidirá en el séptimo partido que se disputará en el Toyota Center en la jornada del domingo. Los locales tendrán el factor cancha a su favor para certificar el pase a la Final de Conferencia, ronda que no visitan desde la campaña 1996/1997, mientras que Los Angeles Clippers gozarán de una tercera oportunidad para cerrar su clasificación a una fase de la competición que no han visitado nunca en sus 45 años de historia.