Los angelinos se llevaron la victoria en Philly gracias a un partidazo de Ingram (21-7-6) y su triple sobre la bocina evitando la prórroga. Lonzo Ball estuvo superlativo en defensa (cuatro tapones y tres robos). También estuvo destacado en rebotes y asistencias consiguiendo ocho en cada uno de los apartados. Uno de esos pases de canasta fue el decisivo.

Tras un partido muy serio de los angelinos, el orgullo de los Sixers les acercó en el marcador hasta igualarlo gracias a un Ben Simmons que consiguió su tercer triple-doble de la temporada, y a un Joel Embiid cada vez más imparable en la pintura. Empate 104-104 y Joel se juega la última posesión de los locales. Una gran defensa evita la canasta y el rebote defensivo resulta fundamental. Galopada hacia la canasta rival a falta de 10 segundos donde Ingram y Lonzo Ball ponen la pausa. Se intercambian el balón y mediante un bloqueo ciego, Lonzo se enfrenta a un dos contra uno. Ingram se queda solo en la línea de tres puntos y el base de los Lakers dobla el balón perfecto. Brandon se levanta y canasta. Paró el cronómetro a falta de 0.8 segundos y la victoria estaba asegurada.

Un partido brillante de ambos equipos resuelto por detalles. Ingram promediaba 33'3% de tiros de tres puntos a lo largo de la temporada, pero anoche estuvo acertado. Anotó dos de los tres triples que intentó y uno valió para la victoria. Duelo en el presente con tintas a clásico en un futuro en el que un momentazo lo definió todo. Las nuevas generaciones cada vez son menos nuevas y, en este caso, la pareja Ball-Ingram se impuso sobre Simmons-Embiid.