El marcador marcaba un empate a 95 puntos entre Pacers y Cavaliers. El matchball y la posesión para Indiana. Todo hacía indicar que el partido estaba en el zurrón de los Pacers. Pero en la NBA pasa como en la vida, nada está escrito y menos si está en la pista un tal LeBron James.

Un James, que ayer se vistió de héroe para su equipo una vez más y realizó la mayor machada que se ha visto y que quizás se verá en mucho tiempo. Quedaban tan solo nueve segundos en el marcador, pero para describir la hazaña, hay que adelantar el reloj y poner tres segundos y tres décimas y colocar a Victor Oladipo con una oportunidad de anotar una bandeja que suponía poner a los suyos por delante no solo en el marcador sino probablemente también en la eliminatoria. Todo muy idílico para los de Indianapolis, pero entonces apareció el 23 que colocó un gorro de los que hacen historia y dejó con un palmo en los dientes a Oladipo y a la ciudad entera de Indiana. 

No solo se habla de la acción por el tapón estratosférico, sino porque pudo ser un tapón ilegal de James, lo que supondría canasta para Oladipo, ya que el balón tocó antes el tablero, y debió ser considerado como dos puntos para Indiana. Antes los árbitros ya se habían equivocado en una acción de un fuera de banda para los Cavs.

Tras la genial acción de James, Cleveland pidió time out y después de que Lue ordenara la jugada LeBron recibe el balón y, en un abrir y cerrar de ojos, con el tiempo expirando, anotó un triple que puso el definitivo 98-95 en el marcador e hizo estallar a toda Cleveland. Jugada y triple que puso la guinda al pastel del partidazo que firmó James con 44 unidades anotadas y un 100% de efectividad desde el tiro libre. A eso sumar 10 rebotes y ocho asistencias