Las ciudades de Boston y de Philadelphia vuelven a verse las caras, una vez más esta temporada, en uno de los eventos deportivos más importantes como son los Playoffs 2018 de la NBA.

Hace menos de tres meses estas dos ciudades se vieron enfrentadas en la final de la Super Bowl, donde los Philadelphia Eagles ganaron contra todo pronóstico a los Patriots de Boston. Ahora, las dos ciudades van a volver a vivir un enfrentamiento espectacular y con mucha intensidad, pero, esta vez, sobre una cancha de baloncesto.

Para revivir el último enfrentamiento entre ambas franquicias en las rondas eliminatorias, hay que remontarse a las semifinales de conferencia de 2012. Aquella vez fueron los Boston Celtics de Kevin Garnet, Paul Pierce, Rajon Rondo y compañía los que se llevaron la eliminatoria en el 'Game 7'.

Aquel cruce supuso un punto de inflexión en el devenir de las dos franquicias. Por su parte, los Celtics cayeron en las finales de conferencia frente a los Miami Heat de Lebron también en el séptimo encuentro y eso supuso el principio del fin del Big Three y que se empezará a perfilar el gran traspaso a los Nets que ahora les permite estar donde están. En cambio para los Sixers supuso poner en marcha el Proceso con la táctica de la tierra quemada, con la cual cayeron hasta lo más bajo para volver a resurgir con más fuerza que nunca.

Para llegar hasta esta eliminatoria los dos equipos han seguido caminos muy dispares en la primera ronda de estas eliminatorias. Por un lado están los Philadelphia Sixers, que pese a disputar algún que otro partido igualado en la serie, se deshicieron de los Miami Heat sin excesivas complicaciones por un global de 4-1, cediendo sólo un partido en casa en el que se pudo vivir la versión más vintage de Wade. En cambio, los Boston Celtics, han tenido que sudar sangre y orgullo verde para poder acceder a las semifinales ya que consiguieron vencer a los Milwaukee Bucks en siete partidos, ganando todos en el TD Garden y perdiendo los tres partidos disputados como visitantes.

Los Sixers vienen lanzados y con la moral por las nubes

Como se ha comentado más arriba, los chicos de Brett Brown vencieron a los Heat de Miami en cinco partidos mostrándose muy superiores en ambos lados de la cancha.

La franquicia de la ciudad del amor llega en plena forma a este cruce en plena forma ya que cuenta con todos los integrantes de su rosterya que no tienen jugadores lesionados. Embiid ya está recuperado de su fractura en la órbita del ojo izquierdo y Markelle Fultz disputó la primera ronda sin molestias en su hombro.

Los Sixers para esta eliminatoria ofrecen varias opciones o armas con las que hacer daño a su rival. Cuentan con un juego interior muy potente con uno de los pívots más decisivo en la liga a día de hoy como es Joel Embiid. El camerunés es uno de los mejores en su puesto y el jugador diferencial de su equipo. Con él en pista los porcentajes de acierto de los rivales cara al aro disminuyen considerablemente, su equipo atrapa más rebotes y además consigue más asistencia de canastas ya que el pívot abre espacios para los cortes de sus compañeros cuando sube a jugar a poste alto o a triple.

Otra arma muy potente y que les ha funcionado a las mil maravillas en primera ronda es la amenaza desde el tiro exterior. Los Sixers cuentan con verdaderos especialistas como son Marco Belinelli y JJ Redick.

Además de las posibilidades que ofrece Embiid en ataque y de los dos cañoneros que tienen más allá del arco, los de Philly , también cuentan con el rookie Ben Simmons, que está haciendo unos números que no se veían desde Magic y que están siendo otro factor clave y diferencial frente al resto de equipos esta temporada.

Boston Celtics: El orgullo es lo último que se pierde

Si a principio de temporada, le dicen a Danny Ainge, Brad Stevens o a cualquier aficionado de los Celtics que para Playoffs no iban a poder contar con las dos mega estrellas fichadas en verano, no se lo hubieran creído.

Pues bien, llegado el momento de la verdad, así es. Los Celtics están disputando las eliminatorias por el título sin sus dos jugadores top contratados para conseguir el ansiado título y en manos, en gran parte, de jugadores con poca o nula experiencia en NBA como son Jaylen Brown, Jason Tatum, Terry Rozier, entre otros. Y cuidado, porque por el hecho de tratarse de gente con poca experiencia, no quiere decir que se trate de gente con poco orgullo o calidad, cosas que han demostrado tener de sobra en esta primera ronda.

Los Boston Celtics llegan a estas semifinales tras haber sufrido mucho en primera ronda para eliminar a los Bucks. Desde la prórroga en el primer partido hasta el Game 7, los Celtics se han exprimido al máximo para poder acceder a la siguiente ronda.

Los orgullosos verdes han conseguido ganar todos los partidos disputados como locales en primera ronda pero por el contrario han perdido los tres que han disputado fuera. De modo que, deberán de cambiar ese pretexto e intentar ser igual de competitivos tanto fuera como en casa, ya que ese arma de doble filo puede ser muy peligrosa para ellos debido al rival que tienen enfrente.

Para estas semifinales, además de las dos bajas conocidas más que de sobra por todo el mundo de Kyrie Irving y Gordon Hayward, los Celtics no podrán contar con su líder anotador en la primera ronda Jaylen Brown, que se perderá el primer encuentro de la serie tras lesionarse en el último partido ante los Bucks.

Así que los chicos de Stevens tendrán que jugar muy bien sus cartas y estar muy centrados en defensa para conseguir cerrar su zona y tratar de ganar el duelo interior a los Sixers (para esa complicada misión, los elegidos son Horford, Ojeleye, Baynes y Monroe). Además, los exteriores habrán de estar muy pendientes y no permitir tiros cómodos desde más allá del perímetro porque como ya han demostrado los chicos de Brown, tienen pólvora de sobra.

Por su parte, en el ataque, los Celtics dependerán de Tatum, Rozier y Horford seguramente y, al menos, durante este primer encuentro. El dominicano se ha mostrado como pieza fundamental en el ataque verde debido a las posibilidades que ofrece con su gran visión de juego. Rozier se ha erguido como el director de juego de su equipo y como un auténtico dolor de cabeza para el otro equipo, que con su facilidad para las penetraciones y su tiro desde fuera, es un jugador difícil de defender. Por último está el rookie Jason Tatum, que ha demostrado no temblarle el pulso en los momentos calientes de partido y está sirviendo de gran ayuda a sus compañeros ofreciendo una serie de prestaciones impropias de su edad y que permiten descargar de responsabilidades a otros miembros del equipo.