El Real Madrid es el campeón de la Liga Endesa 2017/18. El eterno capitán, Felipe Reyes (que este año se ha convertido en el jugador con más partidos disputados en la historia de la era ACB), levantaba el trofeo al cielo de Vitoria. Los blancos comenzaron mal la serie final perdiendo en casa y sembrando ciertas dudas, el fantasma de la pasada campaña con la derrota ante el Valencia Basket sobrevolaba el Wizink Center.

Sin embargo, los pupilos de Laso han demostrado enorme pundonor, aprendiendo de los errores y haciendo frente a un rival excepcional como ha sido el Baskonia de Pedro Martínez durante toda la temporada. Con tres victorias consecutivas, las dos últimas en el siempre complicado pabellón Buesa Arena, los madridistas han recuperado el título de Liga, el número 34 en su historia, todo un hito. Y todo ello en una campaña convulsa, plagada de problemas que merece ahora repaso.

Una plaga de lesiones

Los blancos perdían en verano a su gran estandarte del curso anterior. Un Sergio Llull que se había alzado con el título de MVP de la Liga y la Euroliga, casi nada. Un jugador dominante, anotador, con casta, decisivo en los minutos de la verdad y que se echaba el equipo a las espaldas. Una tremenda lesión por rotura de los ligamentos internos de la rodilla derecha le dejaba fuera de las canchas por un periodo de tiempo indefinido, pero estaba claro que no volvería en muchos meses.

A ello, se sumaba otra rotura de ligamento cruzado del fichaje estrella, el pívot serbio Ognjen Kuzmic. La lesión se produjo en las primeras jornadas de la temporada regular, cuando todo estaba comenzando y apenas había dado tiempo a repartir los roles y coger el ritmo de competición. Terrible contratiempo. A estas dos lesiones de entidad se sumó la del hombro de Gustavo Ayón. El titán mejicano llevaba unos meses renqueante, pero tras un duro golpe en competición definitivamente tuvo que pasar por el quirófano. Estuvo cerca de cuatro meses en el dique seco.

Y a ello se sumó la artroscopia de rodilla de Facundo Campazzo cuando el base argentino se encontraba en su mejor momento de forma. Anthony Randolph tuvo una lesión por estrés en el pie izquierdo y estuvo mes y medio fuera. Trey Thompkins, Jeffery Taylor, Fabien Causeur, Rudy Fernández y hasta Luka Doncic también pasaron esguinces y problemas musculares que les han dejado fuera cerca de un mes durante distintas fases de la temporada.

Volviendo en la hora de la verdad

Todo ello afectó al equipo, que hizo su rotación más corta y que ha tenido que tirar de los menos habituales y de chavales de la cantera. Gracias a estas bajas se ha podido ver bastantes minutos a Santi Yusta, que ha cumplido, del mismo modo que Dino Radoncic. Por otro lado se ha tenido que 'sobreexplotar' la participación de Luka Doncic. Ha llegado fundido a final de temporada, pero como tiene una calidad sin límites ha dejado muestras de su genialidad hasta el último segundo. Se echará de menos y mucho al genio esloveno.

Las lesiones, sumadas a una Liga exigente que el Madrid dominó de manera encomiable durante toda la fase regular (marca de 30 victorias, cuatro derrotas y líder desde la jornada quinta), hizo que los blancos flaquearan en algún momento de la fase de grupos de la Euroliga. Una guerra tremenda entre los mejores equipos de Europa que pasó factura. Los blancos llegaron a perder hasta cuatro partidos seguidos y cinco en seis jornadas, pero nunca se rindieron. Ganaron en canchas imposibles como la de Fenerbahçe en Turquía y se metieron de manera muy meritoria en la Final Four.

Y fue precisamente allí, en Belgrado, cuando el Madrid recuperó todos sus efectivos (menos Kuzmic), ya habían vuelto Randolph del problema en el pie y Ayón del hombro, estaban cogiendo ritmo. Llull justo había reaparecido en la eliminatoria ante Panathinaikos, no estaba para liderar, pero es como el Cid y su mera presencia levantaba el temor de los rivales. Y Campazzo, que hizo sus primeros entrenos dos días antes de que comenzara el evento, también tuvo algún minuto.

El bloque se había recuperado, unido de nuevo en la pista. Y, tras los malos momentos durante el año, estaban de nuevo todos en los entrenos, las charlas y los tiempos muertos. Ganar la Final Four fue un mérito enorme. Nadie daba como favorito al Madrid, pero vencieron al CSKA de Moscú y al Fenerbahçe, los dos grandes ogros. Levantaron la Euroliga y llegaron a los playoff de Liga con una inyección de moral excelsa.

Los héroes de título Liguero

Y esa confianza en el bloque, en la recuperación de efectivos y en creer en ellos mismos se materalizó en el playoff de la Liga Endesa 2017/18. El Madrid ha sido una apisonadora: en cuartos eliminó al Iberostar Tenerife sin tapujos (2-0), en semifinales pasó por encima del otro equipo canario el Herbalife Gran Canaria (3-0), y en la gran final sentenció al Baskonia (3-1) en una serie muy dura, competida y por momentos de infarto.

Entre los grandes protagonistas de esta gesta, que ha permitido al Madrid firmar un nuevo doblete (en la temporada 2015 levantaron también Liga y Euroliga junto a Supercopa de España, Copa del Rey e Intercontinental en la llamada perfect season), está sin duda Pablo Laso, el autor intelectual y artífice de crear un equipo ganador, compensado, brillante y siempre con hambre. El técnico vitoriano, sin hacer mucho ruido, lleva 15 títulos en siete años, ha ganado al menos uno cada temporada y ha llegado los siete años a la final de la Liga Endesa y seis veces a la Final Four. Simplemente espectacular. 

En este final de Liga ha brillado con luz propia Jaycee Caroll. La 'metralleta de Wyoming' es un asesino silencioso que ha anotado de manera regular durante todos el playoff y en la final ha apuñalado a los vitorianos desde el perímetro y con entradas a canasta. A sus 35 años, está en un momento de forma encomiable. Otro que está en una segunda juventud es Rudy Fernández, el MVP de la final, que firmó en el último encuentro unas estadísticas de otro planeta (27 puntos, cinco asistencias, tres robos, 6/9 en triples, 33 de valoración). Rudy no sólo enchufa, sino que defiende de manera ejemplar, anticipa a sus marcas y tiene una inteligencia innata para el baloncesto.

Por supuesto cabe destacar a Luca Doncic. El MVP de Liga y Euroliga, mejor jugador de Europa con 19 años, que ha tirado del carro del Madrid durante todo el año, dejándose la piel y demostrando su genialidad incomparable con jugadas de fantasía. En el tercer partido de la final fue el mejor (20 puntos, nueve rebotes, tres asistencias). Esperemos que la NBA y su nuevo técnico sepan apreciarle. Y como siempre haciendo su papel de eterno capitán Reyes, serio Ayón en trabajo de intendencia, correoso en defensa Taylor, clave en momentos decisivos el zurdo Causeur, hiperactivo el relámpago Campazzo y afilado desde el perímetro el fino estilista Trey Thompkins. Todos respondieron y han firmado un bello doblete.