Lou Williams ha ganado el galardón a mejor sexto hombre del año. Poca sorpresa también en este premio, pues el jugador ha completado una campaña espectacular saliendo desde el banquillo, y era un firme candidato. Consigue así su segundo premio de estas características, tras el conseguido en la temporada 2014-15 en los Toronto Raptors. 

El bueno de Williams es probablemente, el sexto jugador perfecto. Un anotador compulsivo, es capaz de mantener a tu equipo con alguno de los titulares ausentes, e incluso capaz de remontar partidos él solo. Este rol de sexto hombre tiene algo de trampa, pues es de sobra conocido que el jugador atesora talento suficiente como para ser titular en un gran equipo. Sin embargo, por preferencias propias y de los entrenadores para los que juega, la mayoría prefiere que su rol siga siendo algo más secundario. Así, no se resiente mucho el equipo con su pobre defensa, y él puede jugar contra defensas algo más flojas de las segundas unidades, y acrecentar así su producción y efectividad.

En un año en que su equipo, Los Angeles Clippers, se han ido quedando progresivamente sin estrellas, él ha sido un faro a seguir en la travesía en la que se embarcaban. Con 22 puntos por partido, ha llevado el peso ofensivo de su equipo en multitud de ocasiones, llegando a hacer este año un histórico partido en el que anotó 50 puntos. Ha sido uno de los jugadores ha seguir en su equipo, y con sus grandes actuaciones se ganó una renovación del contrato. Además, durante semanas hubo una fuerte campaña por parte de algunos medios y aficionados para que fuese incluido en la lista del All-Star

Un jugador revulsivo, con capacidad de triple, que no necesita tener el balón para generar peligro y que no se achanta en los momentos decisivos de los partidos. Un jugador que muchos equipos querrían tener en su equipo. Merecido el premio, pues, para el jugador angelino, y reconocimiento para, posiblemente, la mejor temporada que ha tenido a lo largo de su trayectoria profesional.