La desgracia se ceba con Los Angeles Clippers. Otro año más las lesiones vuelven a perjudicar sobremanera el proyecto de los de Doc Rivers, que en el tercer partido de la serie contra los Utah Jazz han sufrido la lesión de uno de sus mejores hombres, Blake Griffin.
Apenas se había cruzado el ecuador del segundo cuarto cuando el ala-pívot tuvo que abandonar el encuentro con su equipo perdiendo. Por suerte, dentro de lo que cabe, sus compañeros se las apañaron para sacar la situación adelante, consiguiendo una importante victoria que pone el 2-1 en la eliminatoria.
Sin embargo, cualquier aspiración de poder dar la campanada en estos playoffs ha volado con la baja de Griffin, que no volverá a las canchas hasta la temporada que viene. Una muy mala noticia que, además, podría suponer su último partido con su actual franquicia.
Y es que en verano puede convertirse en agente libre, puesto que su contrato presenta una opción de cancelación de cara al próximo curso. Esto, al igual que ocurre con Chris Paul, preocupa mucho a la directiva angelina, que podría perder a sus dos grandes estrellas por culpa del continuo fracaso de un proyecto al que también le ha faltado suerte.
En las últimas tres temporadas, el '32' de los Clippers se ha perdido 83 partidos de liga regular y para el recuerdo queda la serie contra los Trail Blazers del año pasado, donde acabaron jugando con DeAndre Jordan como máxima referencia.
Un auténtico desastre que les costó la eliminación y que, seguramente, se repetirá en la presente postemporada. CP3 se ha quedado solo amén de lo que pueda aportar el resto. Tienen posibilidades de pasar de ronda, y más con la baja de Rudy Gobert en los Jazz. Pero hasta ahí aspiran los mejores pronósticos.
En caso de llegar a unas hipotéticas Semifinales de Conferencia, hay un gran número de papeletas para que les toquen los Warriors. Un cruce que se antojaría insalvable y que volvería a poner de manifiesto que este equipo nunca llegará a ser un contender. Una triste realidad que tal vez tendrán que aceptar por las malas.
Perder a Griffin y Paul en el mismo mercado de agentes libres sería devastador. Dos grandes jugadores que, como todos, quieren el anillo y podrían probar suerte en otro sitio. En el caso del primero ya se le adjudican muchas novias como son Oklahoma, su ciudad natal, o Boston, donde necesitan un ala-pívot como el comer.
Así, no sería de extrañar verle con otra camiseta en el próximo partido que dispute. Mientras, los Clippers tratarán de apañárselas en la presente ronda contra los de Salt Lake City. Quién sabe, a lo mejor con superar la primera eliminatoria basta para convencerlos y que renueven. ¿Se acabó el Big-Three?