El año 2017 ha sido redondo para Froome. Pese a que la primera mitad de la temporada fue fatal para él, supo darle la vuelta al asunto y llegar al Tour de Francia en su mejor estado de forma.

El ciclista británico comenzaba la temporada en Australia, concretamente en la Cadel Evans Great Ocean Race, carrera que no le favorecía y en la que no luchó por la victoria, finalizando 49º a 43 segundos del ganador Nikias Ardnt. Después participó en el Herald Sun Tour, carrera por etapas que ganó en 2016. Sin embargo, esta vez no pudo llevarse la victoria tras perder más de un minuto en la etapa reina con el que sería el ganador final, Damien Howson. Tras casi dos meses sin competir, tomó la salida en la Vuelta a Cataluña, en la cual mantuvo un emocionante duelo con Alejandro Valverde y Alberto Contador que finalizó con victoria del murciano por delante de Froome.

Sin embargo, tras marchar en segundo lugar en la general tras el segundo puesto logrado en la quinta etapa en Lo Port, perdió todas las opciones a la victoria en la sexta jornada. En los primeros kilómetros de etapa, se quedaba cortado. Según pasaban los kilómetros, sus pérdidas aumentaban, por lo que su equipo decidió tirar la toalla y finalmente perdió 26 minutos con el ganador Daryl Impey. Un mes más tarde, volvía a una de sus carreras favoritas, el Tour de Romandía, donde finalizaría 18º tras perder más de un minuto en la etapa reina y 45 segundos en la contrarreloj final que se llevó Primoz Roglic por delante del ganador final, Richie Porte.

Al igual que llevaba haciendo desde 2012, continuó su calendario en el Critérium del Dauphiné, prueba en la que mejoró su nivel, pero no le fue suficiente para estar a la altura de Jakob Fuglsang y de Richie Porte, especialmente en las dos últimas etapas. A penas quince días más tarde, llegaría el momento clave de la temporada para Froome, el Tour de Francia. En esta carrera sí mostraría su mejor nivel y se haría casi invencible en la montaña. En la primera etapa, que ganó su compañero de equipo Geraint Thomas, ya tomó ventaja con sus rivales. Además, uno de ellos, Alejandro Valverde, se vio forzado a abandonar tras sufrir una caída en las mojadas calles de Düsseldorf.

En la tercera etapa, con final en Longwi, cota de tercera categoría, logró ser noveno a dos segundos del ganador Peter Sagan. Solo Daniel Martin logró tomarle una insignificante ventaja de seis segundos. Tras una polémica jornada de transición, llegaría el primer final en alto serio, la Planche des Belles Filles, donde Fabio Aru sería imbatible. Froome realizó una buena ascensión, pero perdió aun así 26 segundos con Aru y seis con Dan Martin.  Además, se enfundaría el maillot amarillo. La octava jornada, con final en la Station des Rousses, acabaría sin diferencias, pero la novena, con llegada a Chambéry subiendo antes el Col de la Biche, el Grand Colombier y el Mont du Chat, donde solo cinco corredores lograron aguantar al británico.

Tras varias etapas de transición, los ciclistas llegarían a los Pirineos. La duodécima etapa, con final en Peyragudes, sería una pesadilla para el ciclista británico. Según sus palabras, ese día podría haber perdido el Tour de Francia, pero como nadie se atrevió a atacar hasta los últimos 500 metros, sus pérdidas no pasaron del medio minuto. Tras la corta jornada de Foix, los Pirineos acabarían con Froome al liderato con 27 segundos de ventaja sobre Urán y Bardet. Hasta la 17ª etapa, los corredores no volverían a ver montaña. La primera jornada alpina prometía brindar espectáculo. Para eso estaba Alberto Contador, que con la libertad que le había dado su mala situación en la general, se marchaba en el ascenso a la Croix de Fer en busca de una victoria que finalmente se le resistiría en favor de Primoz Roglic. En cuanto a la general, no habría diferencias entre los tres primeros.

El Col del Izoard acogería la última etapa de montaña del Tour de Francia 2017. Al igual que en Serre Chevalier, solo Urán y Bardet aguantarían a Froome, pero ninguno le sacaría ventaja, por lo que el ciclista del Sky encararía la crono de Marsella con la victoria casi asegurada. Y así fue. Froome fue tercero en la crono final de Marsella, solo por detrás de Bodnar y Kwiatkowski, por lo que se llevaría la victoria con 54 segundos de ventaja sobre el segundo, finalmente Rigoberto Urán. Tras su cuarta victoria en el Tour, Froome disputaría la Vuelta a España y conseguiría el mismo resultado, victoria. Esta vez, mostraría su mejor versión para conseguir una victoria impecable, solo Miguel Ángel López y Alberto Contador, ninguno de ellos en los primeros puestos de la carrera, pudieron superarle.

Incluso en ascensiones cortas como Cumbres del Sol o Xorret de Catí, estuvo delante, consiguiendo la victoria en la primera de las dos. En las etapas de alta montaña, su equipo le protegió al igual que en el Tour, pero cuando tuvo que atacar, estuvo siempre delante. Al gran resultado en la montaña hay que sumarle la contrarreloj, ya que también ganó en la CRI de Logroño. Posiblemente en La Vuelta pudimos ver al mejor Froome de la historia, ya que nadie pudo plantarle cara. Para acabar la temporada, Chris Froome disputó las pruebas contrarreloj de los Mundiales de Bergen, siendo tercero tanto en la prueba por equipos como en la individual, en la cual Tom Domoulin fue imbatible y sacó casi dos minutos a Froome.