Miles de aficionados llegaban a la ciudad de Carson, al estadio multipropósitos StubHub. Se preveía una tarde divertida en Los Ángeles. Los contendientes iban a ser el líder contra el tercer ocupante de la tabla de la conferencia oeste. Era un partido verdaderamente importante para el equipo visitante, para Dallas. Estaban a un pequeño paso de hacer historia. Llegaban líderes de su conferencia, pero no sólo de eso, también de toda la MLS. Su rival más cercano, Colorado Rapids, se encontraba a dos puntos de ellos y todo podía cambiar en está apasionante última jornada. Pero la cosa fue bien para los tejanos, pudieron levantar por primera vez en su vida la Supporters’ Shield.

Óscar Pareja llegó al club en 2014 para quitar el polvo de las vitrinas del Toyota Stadium. Hacía lustros que no incrementaban su palmarés con títulos nacionales. La última ocasión fue en 1997, un año después de su creación, cuando consiguieron establecerse como vencedores de la Lamar Hunt U.S. Open  Cup. El equipo ha pasado épocas de vacío, pero se acabó la mala racha. La doctrina de Pareja, un hombre que convierte en triunfadora a toda plantilla que toca con su varita mágica, ha acabado dando sus frutos y la afición no puede estar más agradecida. El trabajo les ha devuelto a la senda de la victoria. Todo comenzó en septiembre, cuando rompieron el maleficio al volver a conquistar el mismo trofeo que hace 19 años. Algo cambió en el club y en la afición, podían ver en el espejo a un conjunto campeón. Ahora, prácticamente un mes más tarde, se vuelven a hacer con otro torneo. En esta ocasión ha sido la Supporters’ Shield, para lo que han tenido que sudar lo que no está escrito. Han sido los mejores de todo el país en la temporada regular.

No se cumplieron las previsiones

El partido contra los de California parecía que iba a ser muy duro. Los pronósticos no pudieron ser más acertados. Aunque realmente fue algo diferente de lo esperado, pues el partido acabó con un resultado gafas, empate a cero. Llegaban como los máximos anotadores de la conferencia oeste y que ninguno consiguiera perforar la red del rival en 90 minutos se consideraba más que imposible. Pero así fue y no porque no lo intentaran. El conjunto local trataba de llegar a portería rival de manera clara, controlando el balón, madurando la jugada hasta encontrar el hueco que les permitiera crear el peligro. Los visitantes, sin embargo, eran más directos, no se centraban en la posesión, sino en la eficacia, con pocos pases querían llegar al área del rival. Esta verticalidad provocó que en los minutos finales el partido se convirtiera en un auténtico correcalles.

Si por algo se caracterizan las escuadras de Pareja es porque son enérgicas y generosas, pero ordenadas y equilibradas, con una identidad de ataque. Así se vio en el partido, pese a que faltaba su gran estrella. El medio centro, Mauro Díaz, se lesionó la jornada pasada y no pudo estar en el terreno este último encuentro. Pero esto demostró que son un equipo grande, capaz de conseguir grandes cosas. Los once jugadores que puso Pareja como inicio se dejaron la piel por conseguir el punto necesario para lograr la hoja de laurel. Ese juego ofensivo ya mencionado pudo haberles dado la alegría del gol en más de una ocasión, la más clara fue de Harris. Una jugada embarullada en el área terminó con un remate del lateral diestro que impactó contra el poste de la portería defendida por Rowe.

Finalmente consiguieron alzar el título. Lo cierto es que lo habrían logrado igualmente, ya que el  equipo de Denver no pasó del 1-1 frente al Houston Dynamo. “Éxito histórico” comentaban los narradores de la televisión norteamericana.