Tras más de dos meses sin conocer la victoria el Inter ha sonreído de nuevo. Victoria por la mínima ante el Bolonia que no le fue nada fácil al equipo de Spalletti, no por mérito del rival, sino porque sigue mostrando serios problemas tanto de juego como de concentración. Esta vez, al menos, el desenlace ha sido distinto para los nerazzurri.

No empezó nada mal el Inter. Durante los primeros minutos parecía haber encontrado esa fluidez que últimamente le faltaba. Un comienzo esperanzador que Éder se encargó de materializar a los pocos minutos del silbato inicial. Segundo encuentro consecutivo como titular y segundo gol para el brasileño nacionalizado italiano. Icardi, un día más, quedaba fuera de la convocatoria por molestias en el muslo.

Sin embargo, mantener el resultado abierto no había sido un buen negocio para el Inter en sus últimos partidos. Se volvió de nuevo a cumplir esa regla no escrita en que los jugadores siempre marcan cuando se enfrentan a sus ex equipos. Esta vez el agraciado por tal coyuntura fue Rodrigo Palacio, aprovechando un mal despeje de Miranda (sustituído en el descanso) para batir a Handanovic. No lo celebró el de Bahía Blanca en la que fue su casa durante cinco temporadas. El partido volvía a coger una forma semejante a la ofrecida recientemente por el equipo lombardo. Tan solo empezaba a asomarse por la derecha la velocidad y el empuje del joven de diecinueve años Yann Karamoh. El futbolista francés de origen costamarfileño era la única sorpresa en el once del Inter sustituyendo a Candreva,  y más tarde sería el desencadenante de la victoria de su equipo. Al descanso, silbidos y abucheos del Giuseppe Meazza. Sinónimo del enfado que en los últimos meses vive la afición interista.

La segunda parte parecía un punto y seguido después de que Perisic y Skriniar fallaran a puerta vacía. Aún con casi toda la reanudación por delante la mala dinámica del Inter parecía que se iba a alargar una semana más. No obstante, la disruptiva llegó justo antes de que se cumpliera la hora de partido con la entrada al campo de Rafinha Alcántara por Brozovic. El jugador cedido por el Barcelona le dio un aire distinto al equipo. Se movió por la zona de tres cuartos pidiendo el balón de manera constante y trató de buscar huecos en la defensa del Bolonia.  Era otro Inter el que parecía estar en el campo y Karamoh volvió a aparecer asociándose con Rafinha para marca un golazo desde fuera del área. El Inter cogía de nuevo ventaja, pero la tranquilidad se iba marchando a medida que sufría los arranques de un Bolonia con diez jugadores después de que Mbaye se autoexpulsara con dos duras entradas en menos de cinco minutos. Masina, con VAR de por medio, también sería expulsado en el descuento. Nueve minutos tuvo que añadir Paolo Valeri.

Con la victoria de hoy, el Inter acaba con una racha de ocho partidos sin ganar en Serie A y supera a la Lazio como tercero en la clasificación. En cambio, el Bolonia prolonga la suya con 3 derrotas consecutivas. La baja de Simone Verdi, que no volverá a los terrenos de juego hasta inicios de marzo, y el flojo nivel de Federico Di Francesco en esta mitad de temporada, no parecen augurar un buen camino para el Bolonia. Riccardo Orsolini, bota de oro del último mundial sub-20, demostró hoy una vez más que aún necesita tiempo para adaptarse al máximo nivel. Roberto Donadoni deberá buscar soluciones para un equipo que es incapaz de ganar a rivales que estén por encima de ellos en la tabla clasificatoria.