El Athletic Club de Bilbao ha sido despedido este jueves de la Europa League por el Olympique de Lyon, que ganó 1-2 en el Nuevo San Mamés

El equipo de José Ángel Ziganda debía remontar, pese a ello, un impedimento de dos goles fue imposible para que los del equipo del Bilbao se recuperan antes de acabar el partido. Y está derrota se une al hundimiento 3-1 en Francia la semana pasada.

El duelo se presentó con una escenografía verdaderamente impactante antes de iniciarse este partidazo, porque había gran mural de un león, troceado sobre un cielo de lluvia, y por otro lado, en la Tribuna Este, las pancartas gigantes en los anillos, el mosaico en las gradas con un público eufórecco... 

Todo esto de manera conjunta mientras sonaba el himno del Athletic a todo gas y los radicales marselleses quemaban sus bengalas en el campo. Parecía que la batalla que iba a librase sería de grandes magnitudes, que las espadas llegarían a la yugular. Y no obstante, ocurrió la antitesis de lo que se prevenía inicialmente. El match comenzó sin prácticamente energía, apagado, como si ninguno quisiera comenzar un enfrentamiento hostil. 

Los franceses se lo llevaron de calle, porque en la primera parte el Athletic Club de Bilbao fue incapaz de sobreponerse a los galos.

Bajo una intensa lluvia, los galos se anticiparon ya en el marcador a los 38 minutos de la primera parte y por intermedio de Dimitri Payet, que asumió ocuparse de un penalti que le habían cometido a él mismo tras una destacada acción individual.

En este encuentro, el amo fue sin la menor duda el francés, Payet, un futbolista inneglabmente maravilloso, de los que hace de todo, siempre que pueda: cortar, mandar, jugar, repartir, poner pausa y marcar goles. Cada instante que le daba por activarse un poco durante el duelo, al Athletic le venían dolencias en cada uno de sus huesos. En el caso de los aficionados, ese dolor tenía que ver con la comparación, odiosa como pocas: la de Payet y cualquier centrocampista rojiblanco a día de hoy. El jugadón que se marcó para terminar provocando el penalti que supuso el 0-1 en el minuto 37 fue sin lugar a dudas tremendo. Con ese gol quedó culminada la eliminatoria del Atheltic Club de Bilbao. Y es que seguramente la eliminatoria estaba ya sentenciada desde el encuentro del Vélodrome y puede que incluso antes, desde el mismo sorteo, dada la diferencia sustancial que se produjo entre ambos equipos.

En la segunda parte, Lucas Ocampos, autor de un doblete en la ida, sentenció las opciones de Los Leones marcando el 0-2 parcial en el séptimo minuto. Iñaki Williams logró descontar cuando al encuentro le quedaban poco más de 15 minutos, pero el Athletic ya quería un milagro deportivo para llegar a cuartos de final. Sin embargo, únicamente hubo tiempo para que Aritz Aduriz se marchara expulsado por doble amonestación. 

San Mamés ha mostrado su descontento al final de este encuentro

Los bilbaínos tras perder la oportunidad de seguir en este torneo continental, deberán centrar sus esfuerzos únicamente en LaLiga.

En cualquier caso, los bilbaínos tras perder la oportunidad de seguir en este torneo continental, deberán centrar todos sus esfuerzos únicamente en LaLiga, competición en la que insistirán en sumar el mayor número de puntos posibles y mejorar el duodécimo puesto que en estos momentos ocupan en la tabla clasificatoria. Pero hoy es indiscutiblemente un mal día para los forobos bilbaínos, porque está noche dijeron adiós a la Europa League entre pitos, señalados por parte de una afición que no dejó de apoyar a su equipo durante todo el partido, pero que no pudo evitar dejar claro su descontento al ver como el Athletic se consumió en Europa, en un desgaste los dos últimos años que pide a chillidos un cambio de aires, y por ello tras el final el pitido final hubo muestras de este rebote.