Sin lugar a dudas, la Major League Soccer está consiguiendo en las últimas temporadas, ver crecer el nivel de sus equipos. Da igual que aparezca un nuevo club, el rendimiento que da en su primera temporada es mucho más alto de que suciedad en el pasado. 

Lo aumentos del Trageted Allocation Money (TAM) y las ampliaciones en el límite salarial, han permitido que los clubes puedan incorporar a mejores jugadores cada temporada. Esto atrae la mirada de no sólo aficionados, sino también muchos jugadores que comienzan a ver la MLS como un destino muy a tener en cuenta.

En este crecimiento del nivel futbolístico en las plantillas ha tenido su culpa también la aparición de contrato que cambió drásticamente la concepción de la  liga, el Designated Player o Jugador Franquicia. Y no pudo haber mejor representante para este hito en la MLS, que el jugador más mediático por aquel entonces, David Beckham.

Este tipo de contrato sirvió para dejar a los jugadores que lo poseen, con un salario fuera de imite estipulado por la competición. De ahí que la gran mayoría de los futbolistas llegados de Europa, firmasen este contrato tan exclusivo. Abrió las puertas de una competición que estaba necesitada de dar un paso hacia adelante en todos los sentidos, si no quería que le ocurriese a las anteriores competiciones de soccer.

Esta firma de uno de los mayores iconos futbolísticos significó un ‘boom’, abriendo las puertas a futbolistas de un nivel alto, buscar una experiencia diferente y ayudar al crecimiento de la misma.

La llegada de uno de los mayores iconos mundiales del fútbol revolucionó una competición que a partir de ese momento comenzó una nueva versión, MLS 2.0

El soccer estadounidense ya contó con estrellas como Pelé o Cruyff

Pero el fútbol estadounidense no sólo empezó a recibir buenos jugadores con la creación de este contrato. Ya desde que existe este deporte en Estados Unidos, muchos y muy buenos jugadores llegaron a para jugar, aunque eso sí, todos en el ocaso de su carrera. Desde Johan Cruyff, Pelé, o Franz Bekenbauer pasaron por la antigua primera división del soccer estadounidense, la North American Soccer League o NASL.

Estos abrieron un camino que terminó en la llegada de David Beckham. Sin embargo, antes que ellos, llegaron una serie de futbolistas con los primeros años de la Major League Soccer. Gracias a ellos, la actual liga comenzó a dar unos pasos muy importantes para conseguir lo que son hoy. Sin embargo uno de ellos fue el que realmente ayudó a crecer a la competición, el considerado como el mejor jugador de los primeros años de la MLS, Marco ‘Diablo’ Etcheverry.

El futbolista boliviano consiguió convertirse en la primera figura de una liga que estaba dando sus primeros pasos. Pero no sólo ayudó al soccer estadounidense. Etcheverry fue el símbolo más representativo de la primera dinastía de la MLS, DC United

Aunque no sólo fue esa figura para un equipo o una liga, se convirtió en algo más. El ‘Diablo’ fue el pionero de una Comunidad latina que desde su llegada se ha visto aumentada a unos números estratosféricos. Abrió el camino a un fútbol desconocido y en el que actualmente, muchos jugadores suramericanos eligen para desarrollar su carrera como profesional.

El origen de un mito

La historia del centrocampista boliviano con el soccer estadounidense comenzó antes de lo que muchos se imaginan.  Fue en el evento que permitió ver la luz a la Major League Soccer, la Copa del Mundo de Estados Unidos en 1994. El ‘Diablo’ acudió con la selección boliviana como máxima estrella del combinado suramericano, después de una gran fase de clasificación.

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Pero su participación apenas duró unos minutos, sí, minutos. En el partido inaugural en el que su selección se enfrentó a Alemania, Etcheverry vio la tarjeta roja en el minuto 4 y 30 segundos por una dura entrada. Sin embargo, este infausto recuerdo sólo se quedó en eso, ya que la siguiente experiencia del jugador en el país norteamericano fue muy exitosa.

Llegó entonces el año 1996 y la MLS dio el pistoletazo de salida con ocho equipos. Estos comenzaron a formar sus plantillas con jóvenes jugadores de la selección nacional o algunas estrellas  muy reconocidas a nivel mundial. Muchos de los jugadores que se sumaron a la aventura estadounidense, fueron aquellos que dos años atrás participaron en esa Copa del Mundo que tanto éxito llevó al país. Nombres de históricos jugadores como John Harkes, Eddie Pope, Jeff Agoos, Roy Lassiter o Raúl Díaz Arce, brillaban en una gran plantilla como la del DC United.

El ‘Diablo’ Etcheverry encontró una segunda oportunidad para demostrar que la imagen que dejó en 1994 no fue la mejor. Fue así como se convirtió en uno de los primeros fichajes del conjunto de la capital del país, al que posteriormente se le unieron los delanteros Berthy Suárez y Jaime Moreno. El segundo de estos fue otro de los jugadores que también marcó historia en el United.

Desde el primer día que Etcheverry se puso la camiseta del histórico conjunto ‘emelesero’, tuvo un gran impacto en el equipo y la competición. Junto con su compatriota Jaime Moreno fueron las caras visibles de la primera dinastía en la MLS, que con un juego muy eficaz, logró varios títulos de campeón en los primeros años.

En su primera temporada con el equipo, el centrocampista boliviano tuvo un gran rendimiento individual en el que anotó cinco goles y concedió 23 asistencias. Pero más allá de su actuación individua, sus logros con el equipo fueron mayores. Tras finalizar en la tercera posición durante la temporada regular, realizaron unos buenos PlayOff´s con los que se clasificaron para la final de la MLS Cup.

La primera final en la historia de la competición enfrentó al DC United contra Los Angeles Galaxy. Tras un encuentro muy igualado, se tuvo que llegar a la prórroga en donde un gol de oro de Eddie Pope, dio el primer título de a la franquicia capitalina. Sin embargo la historia no finalizó ese día, ya que a las pocas semanas, volverían a levantar un título, la U.S. Open Cup que ganaron ante Rochester Rhinos.

“Comenzamos en el pie equivocado”, recuerda Etcheverry. “Perdimos alrededor de siete partidos seguidos. Teníamos un buen equipo, un buen entrenador, pero no funcionábamos. Si hubiéramos estado en otro país, las cosas hubiesen ido a peor, pero nos levantamos. Fue difícil, pero al final, ganamos la MLS Cup 1996 y demostramos que fuimos el mejor equipo”.

Etcheverry continuó manteniendo un alto rendimiento con el equipo durante las siguientes temporadas, logrando proclamarse de nuevo campeón de la MLS Cup en 1997. Pero fue una temporada después cuando el boliviano comenzó a ganarse el cartel de leyenda que en estos momentos lleva de manera orgullosa. A pesar de no conseguir proclamarse por tercera temporada consecutiva como campeones de la competición local, el DC United logró el hito de convertirse en el primer campeón estadounidense en ganar la Copa de Campeones de la CONCACAF (actual CONCACAF Champions League). Pero más allá y a nivel individual, el ‘Diablo’ logró ser reconocido como el MLS MVP 1998, después de conseguir su mejor temporada anotadora (11 goles) y mantener sus números en asistencias por encima de la veintena.

A partir de ese momento, el centrocampista boliviano fue considerado como el auténtico motor de algo más que un equipo, una dinastía. El líder de un club que estaba consiguiendo dejar el listón muy alto en una competición que apenas estaba comenzando a gatear.

Formó una gran dupla con Jaime Moreno

Durante los siguientes años mantuvo un gran rendimiento, consiguiendo además formar una dupla impresionante con su compatriota Jaime Moreno. El delantero es considerado también como uno de los mejores goleadores de la competición, pero nadie entendería sus goles sin una asistencia previa de Etcheverry.

Hasta la temporada 2003, cuando abandonase el DC United, fueron ocho temporadas que le valieron para convertirse en una figura representativa de los primeros años de la Major League Soccer. En total fueron 242 partidos con la camiseta del conjunto capitalino, en los que consiguió anotar 40 goles, pero sobre todo destrozar registros asistenciales, muy difíciles de igualar. En total fueron 114 pases de gol en la competición local, aunque si se tiene en cuenta todas las competiciones, el número creció hasta las 140.

No se entiende un DC United sin el ‘Diablo’ Etcheverry, sobre todo después de la gran cantidad de títulos que el equipo logró en los años en los que defendió el escudo de los ahora Tetracampeones. A nivel grupal, logró proclamarse campeón de la MLS Cup en los años 1996, 1997 y 1999. La Supporter´s Shield en dos ocasiones (1997, 1999). Un máximo trofeo a nivel continental como la Copa de Campeones de la CONCACAF 1998, la Copa Interamericana 1998 y finalmente la U.S. Open Cup 1996.

“Fuimos, en cierto modo, el mejor equipo de las Américas al derrotar a Vasco da Gama, que acababa de perder la Copa Intercontinental contra el Real Madrid”, dijo Etcheverry. “Mostramos que estábamos en un nivel superior”.

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Sin embargo, su aportación para el equipo y el rendimiento a nivel individual le generó una gran cantidad de reconocimientos, encabezados por el MLS MVP de 1998. Durante las primeras cuatro temporadas fue seleccionado para el MLS Best XI (1996, 1997, 1998, 1999), ganador del MLS Gol del Año (1997, 1999), además de MLS All-Star MVP 2002.

Pero sin lugar a dudas, uno de sus mayores reconocimientos fue el formar parte del MLS Mejor Once de la Historia. En este lugar sólo se encuentran los mejores y más grandes jugadores que han pasado por la Major League Soccer. Nombres que quedaron grabados en la retina de todos los aficionados al soccer.

En la portería se eligió a Tony Meloa, con la defensa para Jeff Agoos, Marcelo Balboa y Eddie Pope. Para el centro del campo se seleccionó a una gran cantidad de jugadores, todos ellos maestros del balón como Marco Etcheverry, Piotr Nowak, Preki, Carlos 'Pive’ Valderrama y Landon Donovan. La delantera elegida suma más de 200 goles, Jaime Moreno y Brian McBride.

Marco ‘Diablo’ Etcheverry fue sin lugar a duda un jugador que marcó los primeros años de la Major League Soccer. La importancia de un futbolista que posteriormente fue elegido para formar parte del Hall of Fame de la competición. Nadie entiende los primeros años de la liga sin el centrocampista boliviano. Historia viva que abrió el camino a muchos jugadores que en estos momentos deslumbran a una afición al soccer cada vez mayor.

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Sobre el autor
Manuel Vaquero Rodríguez
Apasionado del deporte rey. Disfruto con todo lo que tenga que ver con el fútbol, ver, escuchar, jugar, escribir. Entrenador de fútbol base, disfruto enseñando, pero más aprendiendo. Un buen entrenador es aquel que se hace así mismo, de campos de tierra a grandes estadios. Amante del fútbol internacional y poder descubrir jugadores desconocidos.