Golpeados por la FIFA. Sin fichajes. Abandonados por Mauricio Sarri. Sin esperarlo. Con una UEFA Europa League recién colgada en las vitrinas de Stamford Bridge, pero sin el causante de su éxito al frente del navío azul. Ante tal situación, Román Abramóvich buscó el liderazgo, la perseverancia y el temple de la leyenda que cautivó durante décadas Stamford Bridge. Frank Lampard tomó las riendas de un equipo cuyo listón y exigencia había aumentado ostensiblemente con el sello del italiano. Además, tuvo que asumir la marcha del gran estandarte de la entidad en el último milenio, Eden Hazard y el irremediable castigo que sacudió a la identidad sin poder fichar. Como consecuencia, el británico apostó por sangre nueva para revitalizar la plantilla. Mason Mount, Tammy Abraham, Reece James, Loftus-Cheek o el recién llegado Christian Pulisic fueron los elegidos. Su misión: dar un paso al frente junto a los veteranos para cimentar el nuevo proyecto.

El cuadro londinense terminó moldeando su propio estilo, destacando la prevalencia ofensiva en un esquema que variaba de acuerdo a las características del rival. Desde un 4-3-3 hasta un 3-4-3, pasando por el 4-2-3-1. La exposición del plan podía cambiar, pero el concepto perduraba: la importancia del juego por los costados y el uso del contragolpe como principal vía para encontrar la portería contraria. El buen juego se terminó por fusionar con los resultados, lo que permitió al equipo clasificarse para la UEFA Champions League, al acabar cuartos en Premier, y alcanzar la final de la FA CUP. Los objetivos de la temporada se cumplieron, y las sensaciones que terminó dejando el combinado blue presagiaban un futuro prometedor. Sin embargo, la plantilla requería una modificación sustancial para reafirmar la búsqueda de mayores aspiraciones.

El infinito talonario de Abramovich

La pandemia ha golpeado brutalmente la economía de todos los clubes europeos. No obstante, las arcas del Chelsea gozan de una buena salud gracias al músculo financiero que atesora su máximo dirigente. Además, las ventas de Hazard y Morata, unidas al escaso desembolso acometido el pasado curso, les ha permitido afrontar con amplias garantías esta ventana de traspasos. 

Desde las oficinas de Stamford Bridge se comenzó a planificar la temporada 2020-2021 desde el mes de febrero, cuando por sorpresa, la entidad anunció la llegada de Hakim Ziyech. El talentoso futbolista marroquí sería la primera pieza del nuevo Chelsea por una cifra cercana a los 40 millones de euros. Su presencia en tres cuartos de campo, así como su versatilidad, regate y explosividad para encarar la portería contraria desde el flanco derecho, convertían al jugador del Ajax en uno de los más codiciados del continente. 

Hakim Ziyech en uno de sus primeros entrenamientos con el Chelsea / FOTO: Chelsea FC
Hakim Ziyech en uno de sus primeros entrenamientos con el Chelsea / FOTO: Chelsea FC

La COVID-19 obligó a todo el panorama futbolístico a detenerse de inmediato. La inusual y trágica situación que atravesaba el planeta permitió a la entidad continuar con la exploración de nuevos integrantes para su proyecto. El balón volvió a rodar por el mes de junio. En las Islas, concretamente el día 17. Horas más tarde, y tras una estela de rumores que se sucedían meses atrás, el Chelsea oficializaba la llegada de Timo Werner para la próxima temporada. El anuncio fue un auténtico bombazo ya que, al igual que sucedió con Ziyech, tanto Chelsea como Leipzig se hallaban inmersos en su respectiva competición doméstica. Velocidad, movilidad en el área, juego de espaldas, entre líneas, cayendo a banda y con el gol entre ceja y ceja. Desde la capital británica se volvió a cuajar una quirúrgica maniobra para hacerse con los servicios de uno de los delanteros más prometedores del mercado.

Werner en su primer amistoso con el Chelsea, donde marcó de penalti / FOTO: Chelsea FC
Werner en su primer amistoso con el Chelsea, donde marcó de penalti / FOTO: Chelsea FC

El final de temporada constató a la parcela defensiva como el talón de Aquiles del equipo. Los 54 goles encajados lo corroboran. Para mitigarlo, los mandatarios han seleccionado a tres efectivos de garantías. El primero en llegar, aunque con la intención de hacer las maletas para terminar de esculpirse lejos de la ciudad, es el francés Malang Sarr. El joven central procedente del Niza firmó a coste cero, al igual que el aguerrido y veterano combatiente de guerra Thiago Silva. El brasileño, destinado a dirigir la zaga, desembarca en Londres en un desafío mayúsculo a sus 36 años frente al exigente despliegue físico que demanda la Premier.

El siguiente futbolista en atracar a orillas del Támesis para reforzar la retaguardia ha sido otro que contaba con el beneplácito de Frank Lampard. Ben Chilwell, lateral izquierdo del Leicester City, irrumpió en el campeonato nacional con un nivel exuberante. Su edad (23) sumada a capacidad asociativa y ofensiva para incorporarse al ataque, así como su velocidad o su poderío en los duelos aéreos le convierten en un activo muy valioso, tal y como constata su coste (50 millones de euros).

Chilwell posando como nuevo futbolista del Chelsea / FOTO: ChelseaFC
Chilwell posando como nuevo futbolista del Chelsea / FOTO: ChelseaFC

A la par de estas últimas negociaciones, el club echaba un pulso con el Bayer Leverkusen para incorporar a la guinda del pastel. Finalmente, los blues salieron victoriosos de un proceso que ha terminado con Kai Havertz vistiendo la remera azul a cambio de 80 millones de euros fijos y 20 en variables. Con tan solo 21 años, el alemán es uno de los futbolistas más deseados de Europa, pero la actual coyuntura económica impidió a otros gigantes luchar de tú a tú con el Chelsea. El mediapunta germano tiene gol, puede jugar escorado a un costado o arrancar por dentro, bien ante rivales replegados o bien con espacios. Su altura, 1.89 cm, le permite ir bien de cabeza, aunque su mayor valor se sitúa en su inteligencia sobre el verde, que combinada junto a su zurda, le convierten en un futbolista catalogado para liderar un proyecto destinado a soñar con cualquier cosa.

Havertz está destinado a liderar el proyecto de Lampard / FOTO: Chelsea FC
Havertz está destinado a liderar el proyecto de Lampard / FOTO: Chelsea FC

A pesar de lo ya desembolsado, unos 223 millones de euros, el poderío financiero de Abramovich parece estar capacitado para poder acometer más operaciones. De acuerdo con varios medios, el siguiente futbolista en recalar en el club sería el guardameta del Rennes Eduouard Mendy. El arquero francés habría sido el elegido para hacer competencia a un Kepa Arrizabalaga que aún no ha justificado los 80 millones que costó hace dos temporadas. La operación estaría cerca de cerrarse en una cantidad cercana a los 20 millones de euros.

¿Nos deparará el Chelsea otra sorpresa? Lo cierto es que aún queda más de un mes para el cierre del mercado, así que todo puede suceder. Sin embargo, con las cartas sobre el tablero, el club se coloca como uno de los grandes favoritos para llevarse la partida. La constelación de jóvenes estrellas que componen el firmamento blue son causa más que suficiente para que la ilusión inunde los corazones de su hinchada. A su vez, el resto de integrantes del torneo inglés tiemblan ante el retorno de un viejo rockero al mundo del espectáculo. El equipo comenzará su andadura en los escenarios el próximo lunes frente al Brighton a las 21:00. No se lo pierdan, porque el nuevo Chelsea promete no dejar indiferente a nadie.