Infravalorado. El atacante suele ser definido de esta manera por quienes sí le reconocen sus atributos y ven en él a un delantero top, pero que en general no es considerado así. Olivier Giroud lucha contra las etiquetas negativas desde que dio un salto en el fútbol de Europa.

Tras irrumpir con fuerza y sorpresa en las competencias de su país, en especial luego de la hazaña en la Ligue 1 con el Montpellier, despertó el interés del Arsenal y fue su centrodelantero por varios años. En esa etapa, al haber pasado a un gigante con alta exposición, comenzó a ser señalado con observaciones que lo siguen acompañando. El cuestionamiento de su jerarquía fue a partir de su presencia en un protagonista de la Premier League.

El gol de escorpión que anotó en 2017 ganó el Premio Puskás de la FIFA a Mejor Gol del Año / Foto: Premier League
El gol de escorpión que anotó en 2017 ganó el Premio Puskás de la FIFA a Mejor Gol del Año / Foto: Premier League

Sin embargo, ocho años después de aquella transferencia que lo catapultó al primer nivel del fútbol, el cuestionado jugador, por algunos, y elogiado, por otros, aún da muestras de que conserva lo necesario para mantener su lugar, por sobre cualquier prejuicio.

  • Jugador de equipo

La característica principal de Giroud es la de su capacidad de servicio para el equipo. No se distingue por ser un delantero que resuelve demasiado por su cuenta, la velocidad y la gambeta no son sus virtudes. Y, aunque suene contradictorio para un jugador de su posición, tampoco debiera ser medido por sus números: su fortaleza está relacionada a su buen uso de la altura para ganar los duelos aéreos, y una particular destreza para hacer de pivote en el ataque.

Las observaciones críticas hacia él suelen pasar por su registro goleador, pero su especial aporte como referencia en ofensiva y las posibilidades que brinda a sus compañeros lo diferencian. Es uno de los mejores en ese oficio. Así se lució en la Copa del Mundo de Rusia 2018, en la que alzó el trofeo con su selección. No anotó, pero su colaboración para hacer "el trabajo sucio" y la generación de oportunidades para sus socios, lo convirtieron en una pieza clave de un campeón mundial.

El momento más glorioso de la carrera de Giroud / Foto: FIFA
El momento más glorioso de la carrera de Giroud / Foto: FIFA

Por allí pasa su rol, y es desde donde puede colaborar en este Chelsea. No fue la primera opción de Lampard desde que el ex capitán del club tomó las riendas del primer equipo. Tampoco lo fue antes del arribo del actual entrenador. Cuando llegó a Stamford Bridge en enero de 2018, no lo hizo con la garantía de la titularidad. Más bien, cruzó de vereda en Londres para continuar como una pieza alternativa, pero con más lugar que en los gunners. El francés pudo haber aceptado, o al menos entendido, que le sería asignado un papel secundario. Pero eso no le quitó la ambición por demostrar que puede dar más, o que su aporte como variante puede ser decisivo.

En la campaña pasada quien lideró el ataque blue fue Tammy Abraham, un joven con un interesante camino por delante. Para la 2020-21, la llegada de otra estrella en su puesto como lo es Timo Werner parecía reducir más aún sus posibilidades de jugar. 

Pero tras un inicio de temporada en el que lo demostrado por los blues no fue convincente, sumado a la utilización de Werner por las bandas, la oportunidad para Giroud no debía ser descartada. El equipo podía beneficiarse con su ingreso. Una referencia como él en ofensiva, que hiciera de ayudante de Werner, Havertz o Pulisic, al ofrecer la oportunidad de liberarles espacios para que desplieguen su velocidad, podría ser útil en un plantel en el que no abundan delanteros con sus características.

El duelo aéreo del francés es una de sus mayores virtudes / Foto: Premier League
El francés aprovechó la oportunidad y convirtió  / Foto: Premier League

Tuvo poco rodaje al comenzar este curso. Incluso se empezó a hablar acerca de si continúa o no en el conjunto londinense. Aunque le costó tener la chance de ver el campo, cuando pudo hacerlo con más minutos, volvió a impactar para intentar cambiarle la opinión a su entrenador, y demostrarle que lo puede utilizar más. Giroud se hizo gigante en Sevilla con un póker, y en su primer juego como titular en la actual Premier League, gritó el primer gol de la victoria ante Leeds cuando el resultado era adverso. 

Aunque su edad pueda llamar la atención, el delantero volvió a mostrar vigencia y aptitud para participar en un Chelsea que sueña en grande. A pesar de que muchas veces no pueda obtener el reconocimiento que merece, a sus 34 años, Olivier Giroud continúa firme en el gran escenario, sin rendirse.