La paz de Manchester, tropiezo por el liderato y penaltis decisivos

Como es habitual, el balompié de las islas continúa un fin de semana más, pero esta vez con partidos especiales, como el derbi de Manchester o batallas entre equipo que son candidatos a Europa.

Penaltis decisivos y la batalla de Manchester

Para dar comienzo a la 12º jornada de la Premier League, Leeds United y West Ham United se enfrentaron en Elland Road. Un trepidante duelo entre rivales que podrían ser directos a final de temporada. Los ‘whites’ se adelantaron a los seis minutos de dar inicio, pues Klich convirtió el penalti que señaló Michael Oliver, aunque no todo iba a ser un camino de rosas para los de Bielsa, ya que Soucek devolvió las tablas al marcador. Tras el descanso, nadie se guardó nada y, finalmente, los de David Moyes se llevaron la victoria gracias a un gol a balón parado rematado por el central italiano Ogbonna.

A la mañana siguiente, los Wolves y el Aston Villa midieron sus fuerzas en el Molineux Stadium. Los de naranja querían recuperar fuerzas tras la derrota de la pasada jornada, sin embargo, un gol de penalti del neerlandés Anwar El-Ghazi en el descuento, dejó a los lobos con la miel en los labios para poder sumar. Los villanos, de esta forma, recuperan la senda del triunfo tras dos partidos perdidos.

Siguiendo la fiesta del fútbol en Inglaterra, los focos se fueron al norte, al St. James’ Park más concretamente. Allí se retaban Newcastle y West Bromwich Albion, y pronto hubo acción. Miguel Almirón aprovechó una contra a los 20 segundos del pitido del árbitro y marcó en un disparo cruzado, pero los ‘baggies’ replicaron con el tanto de Furlong. Cuando cualquier aficionado apostaba por el empate, las urracas picotearon la portería rival, y Gayle asestó la estocada definitiva para vencer y llevarse los tres puntos de su casa.

El plato fuerte de la jornada era el derbi de Mánchester, el cual tuvo lugar en el Teatro de los Sueños. Los diablos rojos quisieron convertir su casa en un fortín contra el rival más fuerte que tienen, mientras que los ‘cityzens’ deseaban derribar el muro para conquistar la ciudad. Ambos conjuntos plantearon de manera diferente el choque, ya que los de Guardiola obtuvieron el balón y las ocasiones más claras, mientras que los de Solskjaer confiaban en los rápidos contrataques dirigidos por Bruno Fernandes. Ninguna de las dos tácticas funcionó y la que pintaba como la batalla de Mánchester quedó más como la novela del escritor ruso León Tolstói, ‘Guerra y paz’.

Para finalizar el sábado, Everton y Chelsea se citaron a orillas del Merseyside para enfrentarse. Los ‘toffees’ se pusieron arriba con un gol, una vez más en esta jornada, de penalti, con el islandés Gylfi Sigurðsson. Así prosiguió el desarrollo de los 90 minutos, hasta que Jonathan Moss indicó el final. Con esto, los de Lampard se hunden un poco por la lucha del título, y los de Carletto se alzan cerca de los puestos de Europa.

Tropiezo en el liderato, goleada de la sorpresa

El domingo tampoco podía empezar de otra manera que con un partido de la Premier League. Esta vez eran Southampton contra Sheffield United. Un club con aspiraciones a hacerlo bien este año contra uno que parece que sufrirá, y mucho, para salvarse y mantener la categoría. Los ‘saints’ pasaron por encima de los ‘blades’, y lo demuestra el 3-0 que le endosaron, además de los nulos disparos a portería por parte de los de Chris Wilder. Che Adams, Armstrong y Redmond convirtieron para los rojiblancos y se colocaron terceros en la tabla, algo impensable al inicio de la temporada.

Tras el baño en la costa sur, la máxima competición futbolística en Inglaterra se desplazó a la capital para vivir uno de los infinitos derbis que tiene. Crystal Palace y Tottenham Hotspur saltaron al césped de Selhurst Park dispuestos a superar a su respectivo rival. Los de Mourinho, además, contaban con el aliciente de ser líderes, y quisieron reafirmarlo con un tanto del que nunca falla, Harry Kane. Más tarde, después de un atosigamiento por parte de las águilas sobre la portería de Hugo Lloris, Schulpp logró batir al galo para poner el definitivo 1-1. No obstante, Dier tuvo el triunfo en sus pies, pero Vicente Guaita dejó una postal para el recuerdo (y para Luis Enrique, el seleccionador español) mandando ese balón que iba directo a la escuadra a saque de esquina, salvando, de esta manera, a su club.

Turno ahora, en la misma urbe, de Fulham y Liverpool. En uno de los estadios más bonitos de todo el fútbol profesional, londinenses y scousers, a orillas del Támesis, disputaron un frenético choque. Golpeó primero el equipo local, gracias a un gol de Bobby Decordova-Reid, algo que les dio alas para presionar a los de Klopp durante toda la primera parte. El Liverpool tenía que reaccionar si quería seguir como colíder, y vaya si lo hizo, pues pudo empatar desde los once metros con Salah. Con tablas en el luminoso se llegó al final de los cuatro minutos de tiempo añadido para firmar un bonito duelo.

Para cerrar la 12º fecha del calendario, la Premier League organizó dos partidos de manera simultánea. Por un lado, y siguiendo en la capital, Arsenal y Burnley lucharon por los tres puntos en lo que se podía calificar como un enfrentamiento directo, pues solo les separaban 7 puntos. La posesión fue para los de Arteta, sin embargo, un gol en propia puerta de su estrella, Aubameyang, mandó a los 'gunners' a apretar si querían un resultado positivo. Los de rojo y blanco no lograron batir a Pope y se quedan con 13 puntos, en 15º puesto, a solo 5 del descenso, mientras que el Burnley saca la cabeza de los puestos de emergencia y puede dormir con tranquilidad hasta su próxima cita.

Por último, pero no menos importante, el Leicester City recibió al Brighton en el King Power Stadium. Los de Rodgers apabullaron sobre los de Potter en la primera parte, asestando tres golpes que mandaron a las gaviotas directas a la lona. Maddison, el protagonista del duelo, marcó dos tantos, el último de ellos, una obra maestra con amagos, bicicletas y un disparo imposible para Ryan. El otro goleador, quién sino, Jamie Vardy aprovechó un balón para rematar a placer y dejar todo resuelto para ponerse a un solo punto de los líderes.