Buen comienzo por parte del equipo visitante que salió al terreno de juego con la intención de tener el control de la pelota a pesar de ejercer como visitante, pero esta circunstancia no significa que puedas lograr tu objetivo. Fue el Fire FC quien en la primera ocasión en la que pudieron enlazar una jugada, se presentaron en el área rival y consiguieron adelantarse en el marcador. Una exquisita acción combinativa que terminó con un balón a la espada para Sekulic con la que el lateral habilitó a un Beric que acompañado la jugada anotó a portería vacía.

Los “Revs” no se vinieron abajo con este primer gol encajado y continuaron llevando la iniciativa, aunque les faltó imprimir profundidad en sus acciones. Esta indecisión fue aprovechada por un equipo local bien plantado sobre el terreno de juego y que sin apenas tiempo para digerir el gol, consiguió poner un segundo gol en el marcador gracias a otra magnífica acción en la que Stojanovic definió con un disparo ajustado al palo.

Pero con este gol no terminó una vorágine goleadora que en esta ocasión benefició al equipo visitante. Fue Buksa el que tras una jugada individual provocó un saque de esquina que el mismo se encargaría de rematar a gol con un imponente cabezazo desde el punto de penal, elevándose por encima de dos defensores.

Tras este voraz inició goleador, llegaron unos minutos de mayor control de pelota, menos intensidad en las acciones ofensivas, en conclusión, una fase de tanteo por parte de ambos equipos que terminó cuando se llegó a la primera media hora. En ese momento New England Revolution estaba consiguiendo tener mayor presencia en campo rival y llevar la iniciativa, logrando en ese tiempo la recompensa a su insistencia. En una acción en la que Bornstein falló, Carles Gil fue más listo que el lateral adelantándose a este y poniendo un centro al segundo palo en donde apareció Bou para anotar el segundo para su equipo y el empate en el marcador.

El resto del encuentro y hasta el final de la primera mitad fue prácticamente un monólogo del conjunto visitante que, aprovechó el paso atrás que dio Chicago Fire y que le permitió tener mayor control de la pelota, desarrollar su mejor juego e incluso tener algún que otro disparo a puerta. Los locales, con este inexplicable planteamiento tan conservador, después de los buenos minutos ofrecidos en el inicio, apenas logró generar alguna llevada sobre la meta rival, provocando que se llegase al final de los primeros 45 minutos con el empate a dos goles.

Con el inicio de la segunda parte se vio un claro cambio en el desarrollo del partido. Chicago Fire salió con otro ritmo desde el túnel de vestuarios, pareciéndose más al equipo que se vio durante los primeros minutos del partido. Velocidad en las transiciones, presión intensa en la zona de creación rival para recuperar la pelota y rápidamente generar una acción ofensiva que pillase mal colocada a la defensa. Sin embargo, los visitantes sabían de lo que podían ser los primeros compases de esta segunda mitad y mantuvo un bloque bajo muy cercano al área, líneas muy juntas y apenas dejando espacios.

Con el paso de los minutos el control continuó siendo claro para el equipo local, pero no lograba claridad en el ataque. Esto hizo que desde la banca se diese entrada a un futbolista diferente y determinante en las inmediaciones del área, Ignacio Aliseda. Con el argentino se trató de buscar espacios en la defensa rival y aprovechar algún pase entre líneas que sorprendiese y lograse generar alguna ocasión de peligro.

Con el encuentro entrando en el último tercio, los locales sorprendieron con un cambio defensivo cuando el equipo se encontraba en mejor estado de forma, controlaba la pelota, y aunque las ocasiones no llegaba, conseguía tener el partido alejado de su portería. Dio entrada a Navarro en lugar de Offor para tratar de darle mayor consistencia a ese costado y tapar así las posibles incorporaciones de Carles Gil, quien era hasta el momento el futbolista visitante que intentaba sacar a su equipo de la siesta que parecían estar echándose.

En los últimos minutos llegaron los cambios por parte del equipo visitante que claramente denotaron su conformismo con el empate, dando entrada a un par de jugadores en defensa con los que buscaban claramente dejar el marcador como estaba. A pesar de ello los locales tuvieron en este tramo final ocasiones mu y claras, aunque la jugada que estuvo cerca de desequilibrar el resultado llegó por parte de los visitantes. Edward Kizza remató al travesaño un saque de esquina, dejando prácticamente en silencio a un Soldier Field que empezaba a dar por bueno también el empate.

Solo hubo un hecho antes del final del partido pero que no tuvo demasiado impacto en el resultado como fue la expulsión de DeJuan Jones por roja directa al cometer una falta al borde del área, cuando el rival se quedaba solo en un mano a mano con el portero.