El Tottenham se enfrenta a una reválida. El Gent, más de lo mismo. El duelo lo patrocinará la Liga de Europa. Un torneo que puede ser un salvavidas o que puede convertirse en un tiburón al acecho.

Los ingleses se enfrentarán a sus fantasmas del pasado reciente. Tendrán que jugar en Wembley. Para cualquier equipo sería un honor y alegría poder disputar partidos europeos en ese mítico estadio, pero no para los Spurs. O al menos así lo avalan sus resultados en la Champions League. 

Tan solo se llevó los tres puntos al bolsillo tras su victoria ante el CSKA de Moscú. Ese triunfo le valió para aterrizar en la Europa League. Ahora está en aprietos tras haber perdido el primer encuentro de los dieciseisavos de la competición contra el Gent. Un marcador, a priori, fácilmente remontable. La diferencia es mínima, tan solo les separa un gol.

El club de Flandes Oriental, por su parte, lleva en la competición desde la fase de grupos. Su actuación no destaca. Quedó segundo de grupo, a 10 puntos de distancia del Shakhtar, que arrasó. Por cosas del fútbol, en la ida sorprendió. Para clasificarse necesita aguantar el ritmo y calidad que le dieron la victoria en el primer enfrentamiento. Si juega como en el empate este fin de semana ante el Standard Liege, seguramente el club inglés les expulse de la competición. Su posición en la liga belga tampoco vale para tirar cohetes. Marchan octavos, por lo que tendrán que mejorar lo visto las últimas semanas. 

Dos caras, un equipo

El Tottenham sufre constantes metamorfosis. Cuando juega competición europea es muy diferente a cuando juega dentro de las islas británicas. Parece otro equipo distinto.

En la Premier League se mantiene como tercer posicionado, un puesto que perdió en la última jornada tras la derrota contra el Liverpool por 2-0 y la victoria del Manchester City a domicilio ante el Bournemouth. En la FA Cup, se mantiene vivo, en cuartos de final, tras derrotar por tres a cero al Fulham -triplete de Kane incluido-.

Sin embargo, cuando juega un torneo que va más allá de las fronteras de su país, juega mucho peor. Los resultados lo demuestran. Mónaco y Bayer Leverkusen le vapulearon y el Tottenham cayó estrellado en la Europa League. Tras el duro varapalo parecía que se repondría. A priori, es uno de los huesos duros del campeonato. Sin embargo, el primer partido ha dejado mucho que desear.

Pochettino tendrá a casi todos sus efectivos disponibles. Tan solo Danny Rose y Erik Lamela se perderán el partido. Harry Kane liderará el ataque. Los focos se posarán en él tras haber sido decisivo el pasado fin de semana en la eliminatoria ante el Fulham. Dele Alli y Christian Eriksen seguramente sean su dos mejores escuderos para batir la portería rival.

En defensa se espera que vuelva el líder, Jan Vertonghen. No disputó minutos en la ida, pero el fin de semana, en Craven Cottage, estuvo todo el tiempo sobre el césped. Seguramente Kyle Walker y Mousa Dembélé regresen al campo tras descansar el domingo. Se espera que el técnico argentino no reserve a nadie, que alinee al once de gala.

Los de Pochettino están ante el primer examen verdaderamente importante de 2017. Vivir o morir. Verificar las buenas expectativas o dar la razón a aquellos que afirman que no ganará nada, como la temporada pasada.

La clave factible

El Gent tiene que viajar a Wembley con las ideas bien definidas. Quizás deba jugar de la misma manera que lo hizo en el Ghelamko Arena, defensivamente. Pero deberían mejorar Incluso deberían mejorar. Puede que su solidez en la retaguardia mojara la pólvora inglesa, pero el Tottenham tuvo suficientes ocasiones para empatar y ponerse por delante en el marcador.

Si no hubiera sido por la gran actuación del guardameta Kalinic y por el desacierto de los Spurs, otro gallo cantaría en la vuelta. Teniendo en cuenta que esta vez no contarán con el aliento de sus aficionados y que su rival sí, quizás el partido sea muy distinto. 

Quizás un planteamiento defensivo sea la mejor opción para evitar que se den muchas ocasiones. Pero las habrá. Si el Tottenham logra materializar alguna, los belgas no tendrán mucho margen de maniobra. Sin embargo, si la apuesta es de dominio, podrían repeler el balón de su área, tal y como ocurrió instantes después del gol de Perbet en el minuto 60.

Posibles onces