No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, decía Benjamin Franklin. Un refrán ya archiconocido y usado millones de veces, pero en este caso es la frase perfecta para definir la meta que el Athletic busca en Augsburgo: tratar de dejar la UEFA Europa League aparcada durante los próximos tres meses y no esperar hasta el próximo partido ante el AZ Alkmaar. Ganando se asegura el primer puesto y un empate clasifica a los rojiblancos.

Eso sí, no tendrá enfrente a un rival fácil. La visita del Athletic a la ciudad bávara llega en un momento en el que Augsburgo mezcla expectativa con precaución con su equipo. La gran victoria por 0-4 del sábado en Stuttgart es un enorme bidón de confianza para los de Weinzierl, pero ahora toca lo más difícil, que es hacer de dicho recobro algo regular. Y la competición europea se plantea como un gran escenario, puesto que ha sido dónde se ha visto al mejor Augsburgo, aunque también ha dejado sombras.

Además, se espera que Ernesto Valverde pueda rotar algunas piezas en suelo alemán. La no convocatoria de Beñat Etxeberria por molestias es en parte una declaración de intenciones, aunque el técnico rojiblanco ya ha dejado claro que el partido es de máxima importancia. Otro motivo para sentenciar la clasificación es, por ejemplo, la Liga: la pasada derrota en Los Cármenes modifica un poco la confianza tras las cinco victorias consecutivas entre Liga y Europa.

Europa, un jugoso caramelo envenenado

Pagando el habitual precio de debutante en las competiciones europeas, los alemanes están firmando un inicio de temporada muy complicado. La Europa League ha afectado en exceso al rendimiento en la Bundesliga, algo que se nota en la clasificación: sólo dos victorias en todo lo que se lleva de curso regular, con tres empates (aunque algunos meritorios, como el de Leverkusen) y ocho derrotas.

Este fin de semana se produjo, precisamente, la segunda victoria de los bávaros en el campeonato alemán, y la firma que dejó fue sin duda espectacular: un 0-4 contra un rival directo en la (por ahora) lucha de la salvación como es el Stuttgart. Un triunfo que puede servir como un trampolín en la tabla, si se recupera la confianza que se mostró el año pasado.

Y es que precisamente ese ha sido uno de los puntos flacos del Augsburgo de este año: la confianza, que junto a la disputa de la Europa League ha afectado de sobremanera. Sin demostrar mal juego, acciones fortuitas o una mala adaptación al inicio han mermado el estado anímico, llegando a estar colistas de la categoría, una posición que no encaja con los ideales que estaba manejando durante los últimos años la entidad del conjunto fuggerstädter, y que recuerda más a fantasmas del pasado.

A pesar del desgaste que ha podido añadir Europa, ha sido dónde han mostrado su mejor versión. En la primera jornada, precisamente ante los bilbaínos, las sensaciones fueron excelentes pese a la derrota, y sólo una gran actuación de Iago Herrerín evitó una victoria visitante. La derrota en casa ante el Partizan sí que supuso un mazazo, pero las dos victorias ante el AZ han servido para redimirse y ponerse segundos del grupo.

La gran noticia para este partido por el lado local es que Weinzierl podrá contar con la totalidad de jugadores titulares, y se espera que el técnico de los alemanes se la juegue para intentar ir a por la clasificación, pese a próximos partidos claves ante Wolfsburgo y Colonia. Y es que, aunque Europa sea un premio, ese premio hay que intentar exprimirlo al máximo, y eso es lo que el Augsburgo quiere intentar en su primera participación en un torneo continental.

Recuperar las sensaciones

La maratón de cuatro partidos consecutivos fuera de casa (entre Liga, Copa y Europa) no pudo empezar peor, con una derrota por 2-0 en Granada que sembró en cierta medida las dudas tras la gran forma que los rojiblancos mostraron antes del parón. Los errores de varios jugadores, sobre todo de Laporte, condenaron al equipo a la derrota en suelo andaluz.

Sin embargo, poco importa eso ya en Bilbao, y ahora sólo se piensa en lo mismo que se planteaba antes: seguir con la escalada. Y en ese camino llega la visita a Augsburgo, que puede ser clave por la gran carga de partidos que los bilbaínos tendrán en diciembre, disputando siete encuentros. Aunque se planea rotar en la Copa, ganar en Augsburgo y, por consecuente, confirmar la clasificación como primeros, dejaría el partido ante el AZ como un puro trámite, con el descanso que podría suponer. El empate no asegura el primer puesto pero si el avanzar de ronda, mientras que una derrota sería jugársela a una carta en la última jornada.

Los rojiblancos se enfrentan al rival que, probablemente, peor le ha puesto las cosas en cualquiera de los cuatro partidos de la fase de grupos. Pese a la derrota en Alkmaar, la primera jornada fue la más dura en cuanto al juego, pues dominaron por muchos minutos, aunque finalmente Aduriz y Susaeta solventaron la situación.

Pero si hay algo en lo que fijarse en este partido por parte del Athletic, serán dos cosas: la primera, la pólvora ofensiva. Tras dos meses seguidos anotando en todos los encuentros jugados, Granada fue testigo directo del fin de esa racha. Pese a que sólo sea un partido, el equipo llegó muy justo debido a la escasez de rotaciones, y se teme que la mecha se apague. El segundo punto de mira se centra en la ausencia de Beñat Etxeberria: sin un jugador similar en la plantilla, Valverde tendrá que buscar a un jugador para sustituirle.

Aunque las altas de Mikel Rico y Ander Iturraspe se lo pondrán más fácil, en una semana en la que se ha dado por hecha la cesión de Ager Aketxe al Real Zaragoza, que de hecho no ha entrado en la convocatoria. A pesar de las altas, la enfermería de los rojiblancos sigue ocupada en cantidad, con las bajas de Ibai Gómez e Iker Muniain, estando este último a punto de regresar definitivamente.

Convocatorias y onces probables

FC Augsburg: Por confirmar.

Athletic Club: Iraizoz, Bóveda, Elustondo, Laporte, Eraso, San José, Iturraspe, De Marcos, Iago Herrerín, Susaeta, Williams, Etxeita, Rico, Gurpegi, Aduriz, Raúl García, Balenziaga, Sabin Merino, Lekue.