Una vez finalizada la temporada, VAVEL.com analiza lo que ha supuesto la misma para el RCD Mallorca. Una campaña donde el club bermellón ha jugado con el descenso, el cual ha estado cerca de convertirse en el oscuro final que ningún aficionado del combinado insular quería.

La mala planificación lastra la temporada

Con ella empezó todo. Una pretemporada indigna de un equipo profesional. La típica ruta por Alemania y los Países Bajos, pero con un matiz amateur: largos viajes en autobús, cenas en 'kebabs' y agua del grifo. El capitán Lucas Aveldaño, en una reciente entrevista con motivo de su marcha del club, admitió que se tenían que comprar ellos mismo las botellas de agua si no querían beber del grifo. Y en el ámbito deportivo, más de lo mismo: probar jugadores y formaciones sin 'ton ni son' y una pésima planificación de la plantilla, que propició que jugadores que disputaron minutos en los partidos de preparación se marcharan y que llegaran otros después de la gira, sin la oportunidad de jugar con sus compañeros antes del inicio de la campaña liguera.

A día 21 de Julio, el conjunto entonces dirigido por Albert Ferrer comenzó su andadura en el año del centenario, ante la atenta mirada del “I tu, ¿pugues?”, lema que se había impuesto en el club. Un empate a uno ante el Hannover 96, equipo recién descendido a la Bundesliga 2, dio el pistoletazo de salida a la que sería una horrible temporada.

Foto fue uno de los goleadores de la pretemporada | Foto: LFP.
Foto fue uno de los goleadores de la pretemporada | Foto: LFP.

Tras el  Kickers Offenbach  (1-1), los holandeses ADO Den Haag (1-0) y Heerenveen (0-1) se midieron ante el Mallorca. Se empezaba a deducir cual sería el gran lastre de este equipo: la falta de gol. Fofo, Carioca y Cedric serían los autores de los únicos goles en la pretemporada. Ninguno de los tres desempeñaría un importante papel más tarde en la competición. Carioca nunca debuto, Cedric se marchó cedido al Valencia Mestalla y Fofo, tras no disputar demasiados minutos, se marchó a la Llagostera en el mercado invernal.

Mediados de agosto y llegó en Trofeo Ciudad de Palma, que acoge cada verano el Iberostar Estadio. Al que antes asistían equipos de la talla del Nápoles, Inter de Milán, PSV Eindhoven y Atlético de Madrid, hoy no es capaz a tales a grandes equipos. En los últimos tres años se ha disputado ante Recreativo de Huelva, Getafe y, en 2015, Levante. El resultado antes los valencianos fue de 0-1 y el partido no dio mucho más de sí. No se pudieron sacar conclusiones de un equipo que parecía no saber que hacía. Más de un mes de entrenamientos y aún no había dibujado un plan de ruta. Ni un indicio de trabajo. Todo ello sumado al discurso del presidente Utz Classen, quien daba por hecho el ascenso, fueron el augurio de una desesperante temporada.

13 jugadores fueron incorporados al equipo En el mercado de fichajes, Miquel Ángel Nadal, entonces director deportivo, pecó de inexperiencia y despreocupación, mientras que Utz Classen hizo gala de su nulo conocimiento futbolístico. El Mallorca incorporó a 13 jugadores, entre los cuales solo unos pocos han sido realmente útiles: Timon Welenreuther ha combinado grandes actuaciones con pifias monumentales, fruto de su inexperiencia. El portero de 19 años llegó cedido del Schalke 04.

Welenreuther en un choque ante el Alcorcón | Foto: LFP.
Welenreuther en un choque ante el Alcorcón | Foto: LFP.

Sissoko ha sido uno de los destacados en esta negra temporada, siendo una pieza fundamental en el centro del campo. Su continuidad se da por perdida, ya que le han llegado grandes ofertas desde la primera liga griega. Héctor Yuste fichó por el conjunto balear tras recalar media temporada cedido en la pasada campaña. El mediocentro se ha reconvertido en central ante la necesidad del equipo y, desde el eje de la zaga, ha mejorado notablemente su rendimiento. A su lado, Aveldaño, Oriol, Campabadal y Costas fueron los refuerzos en defensa. El argentino ha liderado al conjunto balear, Oriol ha otorgado profundidad al equipo dada su velocidad, Campabadal se ha alternado con Company, quien le ha acabado ganando la partida, y la participación de David Costas se ha visto lastrada por sus lesiones. El joven central del Celta de Vigo comenzó la temporada junto a Aveldaño, siendo él el encargado de sacar el balón, faceta que domina con gran soltura.

Muchos jugadores no dieron el rendimiento adecuado En contraste, numerosos jugadores han acabado siendo un absoluto fiasco. Comenzando con los tres brasileños, de los cuales dos han acabado jugando con el filial y uno nunca llegó a debutar, pasando por el desaparecido Tobias Henneböle y acabando en la que, según Utz Classen, era “la mejor delantera de la categoría”. Bianchi, Coro y Acuña han sumado tres goles en la temporada entera. Números que, contrastado con las otras delanteras de Segunda División, provocan tristeza en los aficionados bermellones y alguna que otra carcajada en los aficionados rivales. 

Y no tan solo llegaron refuerzos que poco sirvieron. Sino que se marcharon los pilares de la anterior campaña: Pedro Bigas, uno de los mejores centrales que se han gestado en la isla en los últimos años, se marchó a Las Palmas, donde ha realizado una sobresaliente campaña. Pau Cendrós volvió a salir del club, marchándose libre a Lugo. El lateral no destacaba por su calidad, pero infligía una intensidad y un carácter que hubiesen sido útiles. Y Marco Asensio, flamante debutante con la selección absoluta de España, se marchó al Real Madrid por una cifra bastante por debajo de lo esperado. Vista la actual burbuja en la que se encuentra el mercado futbolístico, parece que tan solo cuatro millones de euros es una cifra bastante generosa para, sin ninguna duda, uno de los mejores jugadores que ha salido de Son Bibiloni en la última década. La falta de magia y último pase que Asensio proporcionaba al equipo han sido uno de los grandes lastres del Mallorca.

Asensio en uno de los partidos con el Mallorca | Foto: RCD Mallorca.
Asensio en uno de los partidos con el Mallorca | Foto: RCD Mallorca.

No queda duda de que una temporada y una plantilla bien planificada son esenciales para, al menos, competir en la igualada Liga Adelante. Desde la isla esperan que no se repitan los mismos fallos y que Maheta Molango guie al equipo hacía una temporada, cuanto menos, digna.

Una decepción copera más

28 de junio de 2003. Miles de aficionados 'barralets' inundan el Estadio Manuel Martínez Valero de Elche y el RCD Mallorca levanta, por primera vez, la Copa del Rey. Antes de llegar a la final, un repaso histórico al Real Madrid de 'los galácticos' en cuartos de final y una victoria, por la mínima, en la seminifnal ante el 'Súper Depor'. Previamente ya se habían gozado de otras grandes noches coperas, como en las finales del año 1991 y 1998, perdidas por la mínima ante rivales de más entidad, como el Atlético de Madrid y Barcelona. No obstante, en ambas ocasiones los jugadores fueron recibidos como debían. Como héroes.

Estas gloriosas noches coperas nunca volvieron a la isla. Desde que Miguel Ángel Nadal levantase el trofeo, no han conseguido recuperarse de aquella resaca. La vez que más se acercaron al cielo fue en la 2008/2009, pero el Barcelona le devolvió a la tierra en semifinales. Desde de aquella noche en Elche, el club no acostumbraba a ir más lejos de los octavos de final. Alguna esporádica aventura en cuartos, pero sin premio alguno. No obstante, desde el descenso a Segunda División, el club parece estar suficientemente ajetreado intentando salvar los muebles en la competición liguera. Parece que ha dejado de lado, sin miramiento alguno, a aquella amante que tantas gloriosas noches le brindó.

En los últimos tres años, el Mallorca no ha conseguido pasar de la primera fase. Alcorcón en la 2013/14, Las Palmas en la 2014/15 y Huesca en la recientemente finalizada temporada han sido sus verdugos. Este último le endosó un 0-2 a principios de septiembre y supuso la vuelta de Leo Franco a la isla, donde jugó durante 5 años, disputando 148 partidos y levantando la Copa del Rey. Curiosamente, el que defendió la portería mallorquinista aquella noche del 28 de junio de 2003, ha sido su último verdugo.

El Huesca apeó al Mallorca de la Copa del Rey | Foto: LFP.
El Huesca apeó al Mallorca de la Copa del Rey | Foto: LFP.

El partido fue una declaración de intenciones desde el principio. Mientras que los baleares no oponían resistencia alguna, los oscenses, pese a jugar con varios suplentes, mostraron la determinación y voluntad necesaria para conseguir el pase a la siguiente fase. Caerían a manos del Villarreal, pero con la cabeza bien alta. Consiguieron vencer al 'submarino amarillo' por 3-2 en El Alcoraz, pero el 0-2 cosechado en el partido de vuelta les condenaría a la eliminación.

La Copa del Rey está siendo despreciada y ninguneada por el club balear durante las últimas ediciones. Desde la grada se reclama que el club trate con cariño a la competición copera para poder, algún día, volver a vivir noches maravillosas como la de Elche.

Una primera vuelta nefasta, causante de los nervios de última hora

El conjunto bermellón empezaba la temporada con Albert Ferrer Llopis, 'Ferrer', con el objetivo de plantar cara arriba y poder aspirar a entrar, por lo menos, en los puestos de promoción a Primera División.

Al contrario de lo que todos creían, el primer partido de la temporada marcaría el destino del club. Tras descender de Primera División, el club acumulaba ya dos años jugando con el descenso y esta campaña no se podía permitir volver a esos andares. El primer duelo de la temporada enfrentaba a los baleares contra el Alcorcón. Un rival duro, pero que se preveía como un buen ejemplo de hasta que punto podían los jugadores controlar emociones y luchar por unas cotas mayores. Tras los primeros noventa minutos, la suerte fue la que nadie creía. Un 2-0 que dejó el casillero a cero en el primer encuentro del campeonato.

La siguiente jornada deparó la primera victoria mallorquina. Un triunfo por la mínima ante una Ponferradina que se convertiría en uno de los grandes rivales del RCD Mallorca durante la temporada, además de un gran quebradero de cabeza a la hora de hacer los cálculos por la permanencia.

El Mallorca celebra su primera victoria en Liga | Foto: LFP.
El Mallorca celebra su primera victoria en Liga | Foto: LFP.

Esa sería la victoria que marcaría una caída seria en el juego del equipo. Durante cinco jornadas, el RCD Mallorca únicamente conseguiría sumar dos puntos de 15 posibles, un hecho que pesaría y mucho en una temporada donde se aunó un partido muy bueno con cinco mediocres.

El Llagostera fue el equipo que permitió al Mallorca una ligera recuperación, curiosamente, otro equipo que también caería en el pozo del descenso al final de la campaña. Partido difícil en el que los bermellones sufrieron más de lo esperado, aunque demostraron que Son Moix sería el foco de los puntos durante la temporada.

Asimismo, la victoria contra el Llagostera marcaría un rumbo mayormente creciente, puntuando ante rivales duros como el Real Zaragoza o el CD Leganés, conjunto que alcanzaría la gloria sorprendiendo a propios y extraños. No obstante, el equipo tuvo que bajar de las nueves y lo haría frente a un Osasuna que en la jornada 13 dejaba al Mallorca sin puntuar en un partido bueno de los baleares, pero en el que faltó definición arriba.

Desde aquel momento, la temporada llegó a su ecuador entre subidas y bajadas, aunando resultados positivos como la victoria ante el Albacete o el meritorio empate ante una de las revelaciones de la Liga, el Girona.

Para acabar con la primera vuelta, debemos hacer hincapié en la dolorosa derrota ante el Córdoba en la jornada vigésima, la cual marcó un antes y un después en el devenir del equipo mallorquín, empezando por la derrota ante el Real Valladolid por la mínima. El sufrimiento estaba comenzando a llegar...

Un final de infarto para un juego mediocre

La segunda vuelta, al contrario que la primera, comenzó de la mejor manera posible, consiguiendo tres meritorios puntos ante la Agrupación Deportiva Alcorcón. Dicha victoria siguió prolongando el buen momento de un RCD Mallorca que también vencería a la Ponferradina en el encuentro disputado en El Toralín.

El Mallorca no pudo empezar mejor la segunda vuelta | Foto: LFP.
El Mallorca no pudo empezar mejor la segunda vuelta | Foto: LFP.

Si hubo un equipo complicado de batir para el Mallorca, ese fue el Bilbao Athletic. El filial bilbaino consiguió endosarle tres goles al conjunto insular en los dos partidos disputados en la temporada 2015/16. Unos puntos que poco significaron para los vasco, pero que bien le hubiesen venido a un Mallorca que no quería, ni podía, perder el hilo de las victorias.

La derrota ante el Bilbao Athletic acompañó a otra más ante el Numancia. Un partido muy malo de los rojillos que impidió tomar el control del encuentro, el cual fue totalmente numantino. No obstante, a continuación llegaría una de las notas positivas de la temporada, el empate ante un rival muy complicado este año y que estuvo muy cerca de 'robarle' al Alavés el ascenso directo. Hablamos del Nàstic, club catalán que tras ascender de Segunda B ha sabido jugar muy bien sus cartas. El empate dio ánimo a una plantilla que veía una constante desmotivación, ya que a mejor juego, peores resultados.

El gran punto de inflexión llegó en la jornada 32, cuando el Mallorca conseguía la mayor goleada de la temporada. 3-0 en Son Moix ante el líder de la clasificación, el CD Leganés. Hasta ese momento, el Mallorca consiguió puntuar 13 puntos de 15 posibles en las cinco jornadas disputadas antes de dicho enfrentamiento. Un claro ejemplo de que la recuperación del equipo iba por muy buen camino. El duelo ante el Leganés fue el que permitió al cuadro de Fernando Vázquez, quien tuvo que llegar al equipo al término de la primera vuelta, confiar en sí mismo para lo que restaba de temporada.

El Mallorca goleó al Leganés Aunque lo cierto es que nunca nadie dijo que los retos fuesen fáciles. Tras varias temporadas coqueteando con el descenso, era momento de tomar decisiones. El equipo sufría mucho en defensa y por ello, Vázquez tenía que hacer nuevas alineaciones cada fin de semana, improvisando centrales y laterales. Esto provocó que el cuadro balear tan solo sumase un punto de nueve posible en las tres jornadas restantes, llegando al momento álgido de la temporada inmerso en un mar de dudas.

Una victoria ante el Tenerife ayudó a salir del pozo en el que había un triple empate entre Ponferradina, Almería y Mallorca. En la jornada 39, el Girona vencería en su feudo al Mallorca, pero en la siguiente ronda sería el Mallorca quien sacase los tres puntos ante un siempre peligroso Elche.

Llegaba el momento decisivo, el todo o nada. Penúltima jornada del campeonato y el Mallorca vuelve a caer ante el Córdoba. Se enfrentaría a la última jornada metido en el lío, y con un ojo en el encuentro de la Ponferradina y Almería. El Mallorca se enfrentaba al Real Valladolid en un duelo transcendental para los intereses bermellones, los cuales vieron como la suerte les acompañaba consiguiendo golear con tres tantos al conjunto pucelano.

Broche final que hizo concluir una dura temporada para los aficionados del Mallorca. Una temporada de reflexión, en la que se tiene que comenzar a ver qué dinámica se quiere seguir antes de dar más pasos en falso que no lelven a ningún sitio. Habrá que esperar para conoce qué deparará al Mallorca el próximo año. 

Tres entrenadores, mismo destino

La pretemporada daba el pistoletazo de salida con la contratación de Albert 'Chapi' Ferrer para llevar las riendas del Mallorca en el año de su centenario. Las expectativas eran altas en un club que confiaba en realizar una temporada memorable que le llevara a la máxima categoría del fútbol español.

Pronto se notarían deficiencias en la planificación de la temporada con una pretemporada que dejaría mucho que desear. La recién renovada plantilla con Timon Wellenreuther, Joan Oriol y Moutinho entre otros viajaba a Alemania para disputar tres encuentros. Dos de ellos se disputaban ante equipos de la cuarta liga alemana.

Tras una pretemporada floja el cuadro balear encaraba el comienzo de la competición ante el Alcorcón en su feudo. Dicho partido iba a significar un presagio de la temporada que estaba por venir. La derrota sufrida en la primera jornada por 2-0 suponía volver a revivir lo acontecido en las dos temporadas anteriores.

'Chapi' Ferrer durante el primer partido de la temporada | Foto: LFP.
'Chapi' Ferrer durante el primer partido de la temporada | Foto: LFP.

Pronto se evidenciaba el estilo del 'Chapi' Ferrer: La posesión. No obstante la incapacidad de generar ocasiones claras de gol lastraba a un equipo que solía mostrar una fortaleza defensiva y toque del balón envidiables. Fruto de dicha incapacidad goleadora los resultados no acompañaban. A finales de noviembre el entrenador catalán era destituido al conseguir un pobre bagaje de tres victorias, todas en casa.

Una vez anunciada la destitución, Gálvez se hacía cargo del equipo junto a Alfonso Pérez por un tiempo prefijado de tres partidos. Todo parecía indicar que con Gálvez se podía hacer frente a la fragilidad ofensiva sobre todo tras debutar con victoria ante el Albacete por dos goles a cero. No obstante, el efecto Gálvez se diluía y los problemas de jornadas anteriores volvían a surgir. El técnico no lograba inculcar a sus jugadores la idea de volcarse más en facetas ofensivas.

El 18 de enero, Gálvez se despedía como entrenador del Mallorca entre lágrimas después de la derrota ante el Valladolid y daba paso al tercer entrenador de la temporada: Fernando Vázquez.

Gálvez dejó de ser entrenador a mediados de enero La era Vázquez empezaba con el claro objetivo de salvar la temporada lo antes posible con la ayuda de las nuevas incorporaciones para planificar la siguiente con la idea de optar al ascenso. Al igual que Gálvez, el de castrofeito empezaba su andadura por el club balear con una victoria de penalti ante el Alcorcón. En esta ocasión la filosofía resultadista de Vázquez parecía cuajar en la plantilla y como consecuencia llegaría la primera victoria de los insulares fuera de su casa. Concretamente en Ponferrada.

Por desgracia para los baleares, la derrota ante el colista por 2-3 fue un duro golpe y el miedo volvía a adueñarse de la plantilla bermellona. El técnico gallego no lograba acabar de entender la situación y parecía asumir que el descenso era perfectamente factible.

La primera reacción consistía en asumir que el equipo se encontraba mucho más cómodo en casa y por tanto puntuar en el Iberostar Estadi iba a ser crucial. Sirviéndose de esa premisa, Vázquez consiguió arañar los puntos suficientes en casa como para mantenerse por encima de los cuatro equipos que copaban los puestos de descenso.El equipo era capaz de golpear al rival con un gol y hacerlo valer con tácticas defensivas para mantener el resultado hasta el pitido final.

El partido más representativo del juego del gallego era el de Almería. Allí el equipo apenas creaba peligro y en la única ocasión clara de gol consiguió marcar arañando un punto.

Fernando Vázquez dirigiendo un partido ante el Almería | Foto: LFP.
Fernando Vázquez dirigiendo un partido ante el Almería | Foto: LFP.

A pesar de su filosofía definida, el Mallorca afrontaba la última jornada en puestos de descenso. El planteamiento del entrenador pasaba por una presión alta. Por primera vez en toda la temporada los jugadores cuajaron un partido de alta intensidad en el que Brandon, el gran perjudicado con la llegada de Vázquez, ingresó en el terreno de juego para ser el salvador.

De esta manera concluía una temporada en la que ni el 'Chapi' Ferrer, ni Gálvez ni Fernando Vázquez consiguieron crear un equipo en el que la línea defensiva, la ofensiva y el centro del campo estuvieran compensados.

La cantera muestra el camino a seguir

Han sido numerosos los jugadores que han pasado esta temporada en la disciplina del Real Mallorca y mientras que algunos no han logrado cumplir con las expectativas, otros han sido clave para evitar el desastre que hubiera sido el descenso a la categoría de bronce.

Los canteranos han sido verdaderos protagonistas en un equipo que no lograba encontrar su seña de identidad.

Damià Sabater asumió desde el comienzo de la temporada la difícil tarea de llevar la batuta en el centro del campo. A pesar de que su rendimiento ha estado lejos de ser el ideal para un equipo de las aspiraciones del conjunto insular, cabe destacar que es un jugador salido del Juvenil sin pasar prácticamente por el filial mallorquinista. Este salto tan grande le ha privado de la experiencia necesaria para asumir tal importante rol.

Damià y Company durante un partido | Foto: LFP.
Damià y Company durante un partido | Foto: LFP.

Biel Company, por otra parte, ha actuado como capitán en la sombra. Su envidiable actitud es una de las notas positivas de la temporada. El mallorquín ha logrado hacerse con el lateral derecho con un rendimiento regular durante la temporada y ha acabado contribuyendo enormemente a que el equipo no encajara muchos goles.

Otra de las revelaciones de la temporada es Brandon Thomas. El joven jugador mallorquinista ha sido determinante para asegurar la permanencia. Su gran comienzo de temporada hacía presagiar que iba a ser uno de los activos más valiosos del cuadro bermellón. A pesar de que tras la llegada de Fernando Vázquez fue relegado al banquillo, apareció cuando su equipo más lo necesitaba. Sus dos goles en Valladolid permitieron cerrar una temporada desilusionante salvando los muebles y permaneciendo en la Segunda División.

Al margen de los canteranos del club, algunos de los fichajes realizados en el mercado de invierno también han resultado ser relevantes para reforzar al equipo.

La incorporación de Lago Junior y Alfredo Ortuño han sido vitales. Lago Junior le ha dado al equipo velocidad y desborde en banda mientras que la contratación de Ortuño ha aportado una mayor capacidad para definir jugadas de peligro sobre la portería rival. El club ha querido contar con ambos para la próxima temporada aunque en el caso de Ortuño, al ser cedido todo parece indicar que regresará a su club de origen.

Lago Junior controlando un balón | Foto: LFP.
Lago Junior controlando un balón | Foto: LFP.

En la portería, las actuaciones de Timon Wellenreuther han servido para mantener ventajas vitales. El joven alemán cedido por el Schalke 04 se hizo con la portería del Mallorca prácticamente desde su llegada a la isla y ha resultado ser clave. No obstante, el Schalke no quiere desprenderse de un meta con tanto futuro y por ello todo parece indicar que regresará a Alemania.

Por el contrario, las actuaciones de jugadores como Coro, Henneböle y Kassim han estado lejos de ser aceptables para el club y por ello deberán abandonar en cuanto encuentren equipo.

Una temporada para el olvido

Se esperaba mucho del Mallorca de esta temporada pasada, pero al final, los partidos clave y los resultados marcaron la diferencia y llevaron a los mallorquines a sufrir por salvar la categoría hasta la última jornada de la temporada.

Todo empezó con una derrota inesperada en Alcorcón, cuando los mallorquines cayeron por un 2-0 en tierras madrileñas. Se esperaba un Mallorca más agresivo, más contundente arriba y más seguro atrás, pero ya el primer partido de la temporada, recordó a ese Mallorca sin garra, sin fuerzas para conseguir la victoria.

Otro partido a destacar, en este caso, por su lado positivo, es la victoria que consiguió el conjunto bermellón en la octava jornada ante el Llagostera por 1-0 en su casa, después de haber cosechado cinco derrotas consecutivas y de verse inmerso en el pozo de la clasificación, una posición a la cual no se esperaban estar al principio de temporada. Al igual sucedió ocho jornadas después, en la jornada 16, donde los bermellones lograron ganar al Albacete por 2-0 en su casa, el resultado más amplio conseguido por los de la isla hasta esas alturas, y que tuvo su importancia también porque llevaban cinco partidos sin ganar.

Para ver la primera victoria del Mallorca fuera de casa, hay que remontarse a la jornada 23. El equipo insular consiguió ganar 0-2 a la Ponferradina, un resultado que marcaría a final de temporada el goleverage con un equipo directo para poder conseguir la salvación en la Segunda División.

La primera victoria del Mallorca fuera de casa fue ante la Ponferradina | Foto: LFP.
La primera victoria del Mallorca fuera de casa fue ante la Ponferradina | Foto: LFP.

Sin dudas, el choque del año fue el partido del centenario del RCD Mallorca en la jornada 27. El Mallorca consiguió ganar 1-0 al Oviedo y así, pudo respirar un poco mejor en cuanto a la desesperación de verse involucrados en la lucha por la permanencia.

En la jornada siguiente, en la 28, el Mallorca volvió a caer estrepitosamente en el campo del Llagostera, donde los catalanes consiguieron una abultadísima victoria frente a los bermellones por 3-0, resultado que volvía a hundir las ilusiones y esperanzas del Mallorca por ir sacando la cabeza del descenso. Por lo contrario, se involucraron de lleno en la lucha por la salvación, en la cual se verían hasta finales de temporada.

La temporada bermellona ha sido muy irregular Sin embargo, el Mallorca comenzó a cosechar una serie de resultados muy irregulares, ya que en la jornada 29, después de haber caído con un resultado abultado en contra frente al Llagostera, el Mallorca consiguió una victoria muy importante por 1-2 en tierras oscenses, partido que le impulsó de nuevo a regenerar la confianza en el equipo y las esperanzas de que aún estaban a tiempo de luchar por algo más importante, lo que al final no pudo ser por resultados negativos posteriores.

Otro partido a destacar es el que jugó el Mallorca en Son Moix frente al líder en la jornada 32, el Leganés. Los bermellones consiguieron ganar por 3-0 a los madrileños, consiguiendo así la victoria más abultada de toda la temporada.

La victoria más abultada fue ante el Leganés | Foto: LFP.
La victoria más abultada fue ante el Leganés | Foto: LFP.

Finalmente, se podrían destacar dos partidos muy importantes debido a las victorias que consiguió el Mallorca ya a final de temporada, hecho que le permitió salvar la categoría. El primero de todos, en la jornada 40, frente al Elche, cuando el Mallorca se consiguió imponer por 2-1. El segundo fue en la última jornada, en la jornada 42, los mallorquines se jugaban toda la temporada a 90 minutos, partido en el cual el Mallorca consiguió la victoria frente al Valladolid por 1-3. Dicha victoria y los resultados a favor que acompañaron, permitieron al Mallorca conseguir la permanencia en una temporada de sufrimiento para todo el mallorquinismo.

Agonía hasta el pitido final

La temporada 2016/17 para el RCD Mallorca será recordada como aquella en la que el equipo bermellón estuvo al abismo de descender a la Segunda División B del fútbol español.

Esta temporada pasada, ha sido una de las peores que se pueden recordar en la historia de los bermellones. Un año en el que no se han acontecido rachas positivas de victorias por parte del Mallorca, sino todo lo contrario, constantes derrotas que llevaron al equipo a verse en la zona baja o incluso, en la zona roja de la clasificación semana tras semana.

Esta situación de sufrimiento no se esperaba a principios de temporada, cuando un grupo de inversores estadounidenses puso sobre la mesa un proyecto muy ambicioso para poder subir a Primera lo antes posible. Sin embargo, no todo es dinero en el fútbol, y así quedó demostrado en la fatídica temporada de los de la isla.

El Mallorca no venció fuera de casa hasta la jornada 23 En cuanto a datos más específicos sobre la temporada del equipo, hay que destacar que el RCD Mallorca no consiguió ganar ningún partido fuera de casa hasta el ecuador de la temporada, hecho que dificulta poder luchar por las posiciones de arriba. Además, cuando los bermellones jugaban en casa, que es cuando tendrían que haberse hecho fuertes y  Son Moix tendría que haber sido un fortín, el Mallorca se acongojaba, no jugaba al fútbol, y muchos partidos y puntos se perdieron por miedo y nervios en las piernas de los jugadores.

Refiriéndose ya a los últimos partidos disputados por el Mallorca a final de temporada, hay que remarcar que se llegó con el agua al cuello, tan al cuello que los bermellones tuvieron que encarar la última jornada en posiciones de descenso a Segunda División B. Esta situación les obligaba a ganar su partido en Valladolid, y a estar pendientes de los partidos de Almería y Córdoba, los cuales tenían que empatar o perder uno de los dos, para que el Mallorca se salvara.

El Mallorca tras conseguir su permanencia en la última jornada | Foto: LFP.
El Mallorca tras conseguir su permanencia en la última jornada | Foto: LFP.

Muchos mallorquinistas viajaron a Valladolid para animar a su equipo, había confianza y esperanzas de que el equipo se salvara, y al final, se salvó. El Mallorca pudo ganar su partido con un resultado de 1-3, y Almería y Ponferradina no consiguieron ganar sus partidos, lo que permitió al club bermellón seguir un año más en Segunda División después de una temporada de sufrimientos y angustias que nadie se hubiera podido imaginar a principios de campaña.