Se retomó la competición liguera en Orriols. La afición esperaba a su equipo, el líder, con un acomodado colchón de cuatro puntos de diferencia sobre el segundo clasificado, el Girona, y un partido menos. Dos, contando éste mismo y el aplazado de la jornada anterior.

Era uno de esos días raros en la capital del Turia. El sol invitaba a pensar que sería una tarde más típica de verano que de invierno, pero los anómalos 12 grados que mercaba el mercurio, tan sólo media hora antes del partido, hacían ver que las apariencias engañan. Que no hacía tanto calor, ni siquiera tanto sol, que se refugió justo con el inicio del partido. Y es que en estos tiempos que corren, con el tiempo sucede como con el partido de hoy: no te puedes fiar. Porque aunque el Levante sea líder destacado y esté haciendo una gran temporada, la solera no gana partidos, de la misma forma que le sol no trae por sí mismo el buen tiempo.

Únicamente el buen juego no gana partidos

No hay que confiarse. Una máxima que Muñiz traslada a sus pupilos jornada tras jornada, y éstos, salte quien salte sobre el verde, lo plasman. Acechó el Levante desde el minuto uno la meta de José Juan, que seguro que no esperaba tener tanto trabajo. No habían pasado ni cuatro minutos cuando llegó una clarísima ocasión para el conjunto azulgrana. Rubén García templa un balón al área y, tras un rechace, a punto está Morales de anotarse el primer gol del partido, pero el esférico acabó en córner.

El Lugo por su parte acertaba en hilvanar llegadas a la contra, tratando de beneficiarse de un descuido en las coberturas granotas al ser los locales tan incisivos en ataque. Las llegadas no encontraban rematador, unas veces por falta de hombres en ataque y otras, por la seriedad de la zaga rival.

Seguía intentándolo el equipo valenciano, que a través de Campaña y especialmente Pedro López, pusieron en peligro la portería gallega con disparos lejanos, en los minutos 11 y 12. Lo intentaban los locales de todas las maneras posibles. De nuevo Morales, en el minuto 13, casi abre el marcador, pero se encontró con un acertado José Juan, que hoy tenía mucho trabajo. Róber Pier, incisivo en defensa y en ataque, antes del minuto 20, consiguió rematar un balón muerto en el área derivado de un saque de esquina, pero nada, el balón no entraba, y a pesar de lo cerca que estaba de la portería, la defensa pudo rechazar su remate, que por suerte para ellos no fue a los pies de ninguno de los muchos jugadores granotas que habían en el área del Lugo. 

La madera cobró protagonismo en el minuto 26, donde un afinado, y por poco también acertado, Roger, manda el balón de un zapatazo al poste derecho tras una buena asistencia de Postigo. Sin duda alguna el Levante se mostraba muy intenso en todo momento, buscando el primer tanto del año. Espinosa era otro de los nombres propios del día. Era de nuevo titular, algo que quedaba ya lejano en la memoria. Y lo hacía mostrando sus habilidades tanto en el pase, como en el regate. Prueba de ello, su jugada personal en el minuto 29, donde tras irse de dos rivales, cayó en el área rival, generando polémica: el árbitro entendía que no había nada, los jugadores azulgrana y su público, estaban en manifiesto desacuerdo.

Aún quedó tiempo en el primer periodo para ver más ocasiones claras de gol, en las botas de Róber Pier y Morales, que hicieron emplearse muy a fondo al portero del Lugo. Incluso el Lugo dispuso de la única ocasión clara del partido para ellos, que no entró.

El dato al final de la primera parte fue abrumador: 11 disparos (tres a puerta, otro tres bloqueados y cinco fuera) por parte del Levante y tres (uno a puerta y dos fuera) a favor del Lugo. Pero lo único que vale, los goles, permanecía inalterable en ambos conjuntos. Únicamente con el buen juego no se ganan partidos. También hay que marcar, y el gol, era la tarea pendiente del equipo local en éste primer periodo. Seguir insistiendo es lo que le quedaba al conjunto valenciano.

Y llegó el regalo

Comenzó la segunda parte con el mismo guión que la primera, pero con las porterías cambiadas. Por no cambiar no cambió ni el once de ambos conjuntos.

Seguía llegando con ahínco y acierto el Levante, que no encontraba el premio del gol en sus jugadas. Uno de los pocos que faltaban por sumar ocasiones de gol, tuvo la suya en el minuto 50: Morales centra al área y el remate de Natxo Insa, un poco forzado aunque sin marca, se marcha por la izquierda de José Juan, que respiró aliviado por enésima vez.

El ritmo bajaba pero el líder seguía dominando un partido en el que estaba haciendo méritos suficientes para ir por delante en el marcador, pese a continuar el empate sin goles inicial. Una clara ocasión a destacar entre varias que se sucedieron, fue un disparo lejano de Campaña, fuerte y a media altura ajustado al palo izquierdo del meta del Lugo, quien con mucho acierto consiguió despejar. Era el minuto 68, y el gol no llegaba.

Tanto fue el cántaro a la fuente que finalmente, se rompió. Dos defensas del Lugo, dentro del área, entraron a la vez a un Roger que, si no de uno de otro, recibió un claro contacto, sancionado con una pena máxima que él mismo transformó, de manera sublime, con mucha confianza. La confianza del máximo goleador del líder, y aspirante a serlo también de Segunda División. El pistolero desenfundaba de nuevo en el Ciutat. Era el minuto 73.

Siguió la dinámica pese al gol, y la entrada de Verza, Jason y Lerma en lugar de Natxo Insa, Rubén García y Espinosa refrescó el ataque de un Levante que seguía volcado en anotar otro tanto. Morales, en el 88, envió un balón al palo en un mano a mano. En caso de anotar, habría noqueado a un Lugo que se mostró muy inferior en todo momento. El partido terminó con 1-0 en el luminoso. Resultado corto para lo visto en el campo. El gol de Roger ha sido un regalo que vale tres puntos.

En la próxima semana el Levante visitará a dos equipos: el UCAM Murcia en el encuentro aplazado, y el Huesca. El Lugo por su parte, esperará la visita del Alcorcón.