El 23 de marzo de 1997 comenzaba a gestarse la leyenda que ha llegado a ser Raúl Tamudo Montero (Santa Coloma de Gramanet, 1977). Ese día Tamudo debutaba con el primer equipo en la visita al José Rico Pérez para enfrentarse al Hércules.

El entrenador del RCD Espanyol esa temporada era Paco Flores, que ya había entrenado a Tamudo en las categorías inferiores del club. El día anterior al partido, Josep Manel Casanova, segundo de Flores, llama a casa del delantero para comunicarle que entraba en la convocatoria ante el Hércules. "Me alteré mucho. Era una gran alegría para mí y para mi familia", confiesa el delantero en una entrevista al diario AS. Hasta el momento, Tamudo había disputado casi todos los encuentros con el filial y logró anotar 12 goles. Su olfato goleador y su velocidad fueron los motivos por los que Paco Flores decidió llamarle con el primer equipo.

Corría el minuto 57 cuando Tamudo entró en el campo sustituyendo a Nando. El Espanyol perdía 1-0 y el Hércules era un rival directo en la lucha por la permanencia. Al poco de entrar falló una de sus vaselinas características. "Creí que, tras fallar aquella vaselina no volvería a jugar en Primera", reconoce. En el minuto 76 Luis Cembrano marcaba el gol del empate y en el 89, a pase de Lardín, Tamudo sentenciaba el encuentro con su primer gol en Primera División. Era el gol de la victoria y el primero de los 129 que firmaría en Liga con la camiseta blanquiazul y de los 146 que le coronan como máximo anotador catalán de la historia de la Liga.

Después de su debut jugó nueve partidos más con el primer equipo en los que anotaría otro gol, esta vez en el estadio de Sarrià. La temporada siguiente permaneció a caballo entre el filial y el primer equipo. Tenía apenas 20 años y la decisión fue cederle consecutivamente al Alavés y al Lleida. Esos dos años le sirvieron para alcanzar la madurez futbolística y, a partir de entonces, formó parte de la plantilla del primer equipo del Espanyol durante doce temporadas, en las que disputó un total de 365 partidos y logró 136 goles entre Liga, Copa del Rey y UEFA.

Su salida del Espanyol fue por la puerta de atrás y se enroló en las filas de la Real Sociedad durante una temporada. Al año siguiente fichó por el Rayo Vallecano, equipo al regresó después de una temporada en México defendiendo la camiseta del Pachula. Del conjunto vallecano pasó al Sabadell donde permaneció durante dos temporadas hasta su retirada.

En su palmarés quedan dos Copas del Rey, el segundo puesto en la Copa de la UEFA, una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Sídney y el campeonato de Segunda División con el Alavés. En su memoria, ser el máximo goleador del Espanyol, el máximo anotador catalán de la Liga, ser el único jugador que ha marcado en Sarrià, Montjuïch y Cornellà-El Prat, el 'Tamudazo' que le hizo perder una Liga al FC Barcelona y el gol con el Rayo Vallecano al Granada que supuso la permanencia en Primera de los madrileños.