Segundo encuentro de la "Era Calleja".  Segunda victoria. Mucho más trabajada que ante el Eibar. El Submarino golpeó por partida doble en los primeros veinte minutos por medio de Cedrick Bakambu. El congolés continua en estado de gracia, y ya es el segundo máximo goleador de la Liga Santander con siete tantos, sólo por detrás de Leo Messi.  Stuani recortó distancias al borde del descanso con un magnífico taconazo, pero fue insuficiente para el conjunto catalán. 

El conjunto de Calleja da un paso de gigante en sus aspiraciones de cara a afianzarse en los puestos de Europa. Con 13 puntos en su casillero, igualado con la Real Sociedad y el Betis (este con un partido menos), el Villarreal cree en la posibilidad de alcanzar la Europa League. Por su parte, el Girona se sitúa en decimoséptima posición con seis puntos y podría entrar en los puestos de descenso esta misma jornada. 

Bakambu, el hombre del partido

El encuentro arrancó con un Villarreal muy enchufado y con mucha movilidad en zona de tres cuartos. Rodri, Fornals y Trigueros se hicieron los dueños de la medular. Fruto de ello, llegaron los dos tantos del equipo dirigido por Javi Calleja.  En una de esas triangulaciones, Trigueros habilitó a Bakambu, que batió a Gorka con un golpeo raso inapelable. Un tanto que dotó de confianza al Submarino. Unos minutos más tarde, el propio Bakambu volvió a conectar un balón al espacio. Esta vez fue Fornals el encargado de asistir. El congolés corrió al espacio y definió con un disparo potente. 

El Girona, un querer y no poder

El conjunto de Pablo Machín tiró de pundonor tras el magnífico gol de Stuani en las postrimerías de la primera parte. Tras los goles de Bakambu el partido parecía estar completamente acabado, pero como ya ha demostrado el conjunto catalán en otros partidos, el balón parado es una de sus principales armas. Y fue tras un saque de esquina, cuando Aday aprovechó la falta de contundencia defensiva de la zaga amarilla para colgar un centro que recogió el delantero uruguayo, y definió a la perfección con un impresionante taconazo.

Tras el gol, en la segunda parte, el partido se descontroló y los extremos del Girona (Aday Benítez y Pablo Maffeo) encontraron espacio por ambas bandas. En una de esas acciones, Mario Gaspar cometió una peligrosa falta al borde del área sobre Benítez. Douglas Luiz fue el encargado de ejecutar el libre directo, y Víctor Ruiz, en un intento de despejar el balón, remató en propia puerta, y el larguero repelió el disparo. En el tramo final del partido, el asedio del Girona fue constante, con centros de Iraizoz desde el medio campo. Sin embargo, el que tuvo la ocasión final fue el Villarreal, por medio de Roberto Soriano, que aprovechó una pérdida en medio del campo para enfilar la portería de Gorka, pero el palo izquierdo evitó el 1-3 definitivo. 

Finalmente, el Villarreal consiguió los tres puntos, a pesar del dominio del Girona en toda la segunda parte.