Ni los mejores adivinos podrían haber predicho la situación en la que se encuentra el CD Leganés a estas alturas de curso. Séptimo y a un punto de Europa, es una situación que habrían firmado jugadores y aficionados pepineros antes de empezar la campaña. El Villarreal es el sexto clasificado en la tabla, equipo al que venció el Leganés la jornada pasada por tres goles a uno, para quedarse a solo un punto del “submarino amarillo”, conjunto que juega la UEFA Europa League la temporada vigente, por lo que resalta aún más la labor del equipo madrileño.

El discurso no ha cambiado en ningún momento

A pesar de que tanto aficionados como jugadores pepineros hubieran firmado la situación en la que se encuentran al principio de esta temporada, el discurso en la localidad del sur de Madrid se mantiene intacto. Europa no es el objetivo del Leganés, aunque la ilusión que produce es innegable. Sin embargo, se ha remarcado una y otra vez, que el único objetivo es la permanencia, aunque el equipo es ambicioso y no dejará de mirar hacia arriba, en la medida que la clasificación se lo permita. Estar arriba supone también estar más lejos del descenso, lo que permite que los jugadores jueguen con mayor tranquilidad y confianza y los resultados sean más positivos.

Europa es un sueño, el trabajo bien hecho una realidad

Aunque la palabra Europa suene grande en Butarque, la afición pepinera no deja de soñar, porque este equipo ha demostrado históricamente que es un auténtico ejemplo de superación futbolística. Viendo el transcurso de esta temporada, el club tiene que aspirar a estar en media tabla, para lograr hinchar las arcas del club lo que podría suponer asentarse de manera definitiva en la Primera División. De conseguirse, la perspectiva histórica del Leganés cambiaría para mejor.