El Villarreal llegaba con los deberes hechos a la última jornada de la fase de grupos de la Europa League. Primeros del Grupo A y con la cabeza puesta en el partido ante el FC Barcelona del próximo domingo de la Liga Santander.

Por ello, el míster del submarino, Javi Calleja, apostó por la cantera y brindó la oportunidad a los futbolistas del filial. Hasta siete de ellos fueron titulares, salvo Barbosa, Marín, Rukavina y Soriano. Una muestra de confianza para la base y la oportunidad de debutar con el primer equipo. Dicho lo cual, un equipo totalmente nuevo para disputar un encuentro europeo.

En el bando de los israelís, ya sin opciones de clasificación y con solo un punto en su haber, se jugaba el orgullo y la dignidad de despedir la competición con buen sabor de boca. De hecho, no había marcado ni un solo gol, y de no hacerlo pasaría al libro de las historias como el primer conjunto en no anotar en la primera fase. 

Sin apariciones en el primer acto

La ilusión, motivación, responsabilidad y las ganas de aprovechar la oportunidad. Muchos de los debutantes sintieron esto minutos antes del pitido inicial. Sin embargo, el conjunto amarillo no estuvo cómodo en el terreno de juego. El equipo dirigido por Jordi Cruyff, hijo de la leyenda Johan Cruyff, se arropaba y esperaba para salir al contragolpe. Las zagas aplastaron a los ataques en todo momento y apenas hubo ocasiones de gol en los primeros 45 minutos. 

Blackman salva el orgullo israelí

El Villarreal dio un paso adelante tras el descanso, imprimió una mayor intensidad y profundidad para intentar desarbolar la meta defendida por Rajkovic. En una de ellas, Mario tuvo en sus botas la opción de abrir el marcador, pero su remate en boca de gol se marchó por encima del larguero. Se lamentó el delantero tras desaprovechar una ocasión manifiesta, mientras la afición amarilla ya celebraba el primero de los suyos. 

El que no perdonó fue Nick Blackman, que salvó a los suyos de pasar a la historia de la Europa League como el primer equipo que no convirtió ningún tanto en la fase de grupos. Dor Micha filtró un pase entre los centrales, y Blackman encaró a Barbosa definiendo de forma magistral con un disparo raso inapelable. Los aficionados del Maccabi lo celebraron por todo lo alto pese a no tener opciones de clasificación.

Un tanto que dio moral al Maccabi y desconcertó a los chicos de Calleja. A punto estuvo Rikan de sentenciar con un segundo tanto que hubiera sido definitivo. Pese a ello, el Villarreal jamás le perdió la cara al partido y apretó en los últimos minutos en búsqueda del tanto del empate. Esta vez fue Darío Poveda, el joven alicantino, que recibió una dejada de Mario y enganchó de primeras con una volea, pero el cuero se marchó ligeramente desviado. 

Y así acabó un partido sin mucha historia, sin ninguna trascendencia en la clasificación. Aun así, un partido que los futbolistas del Villarreal B recordarán como la primera verdadera oportunidad en el primer equipo. 

El próximo lunes, el Villarreal conocerá su rival para los dieciseisavos de final de la Europa League. El submarino se ha clasificado con 11 puntos en primera posición. El Astana pasa como segundo tras ganar el choque decisivo ante el Slavia de Praga. Mientras el Slavia de Praga queda tercero y el Maccabi el último con cuatro puntos.

El submarino estará en el bombo 1 y sus rivales serán los siguientes: Nápoles, Celtic, Spartak, Borussia, Partizán, Ludogorets, AEK Atenas, Lyon, Copenhague, Steaua, Estrella Roja, Olympique Marsella, Ostersunds y Niza.

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