Quién no conoce el arte del sacrificio ante las adversidades no puede saborear las mieles del éxito en su totalidad. Así como Jordi Alba cerraba 2017 asintiendo con la cabeza ante la afición madridista en el Santiago Bernabéu, complacido hasta el éxtasis, en la celebración del gol Leo Messi, que suponía el 0-2 en el clásico, es como un luchador mira atrás a las dificultades para decirles: "vencí". Porque ‘la bala’ no solo superó las dificultades a base de paciencia y de oficio puro y duro, sin perder la compostura, sino que se volvió más grande y más imprescindible para el Barcelona de lo que nunca antes fue.

2017 fue sin duda un año de crecimiento para el lateral del Barcelona, que no vivió su etapa más feliz en el último tramo de 'la era Luis Enrique'. Enero parecía comenzar según lo esperado, con el defensa catalán titular, disputando todos los minutos en Copa ante el Athletic de Bilbao y frente a Las Palmas, Eibar y Real Sociedad en Liga, aunque cerró el mes como suplente en la vigésima jornada, teniendo que relevar a Digne en el minuto 68, en el empate con el Betis a domicilio (1-1).

En febrero Jordi Alba recuperó su lugar en el once inicial en Copa ante el Atlético de Madrid, disputando todos los minutos en juego tanto en la ida como en la vuelta, pero en la siguiente jornada del campeonato regular, en la visita al Alavés en Mendizorroza, salió del banquillo en sustitución de Umtiti en el minuto 66. Aún no sonaron las alarmas, puesto que se asumía su descanso para la prueba de fuego de Champions que se disputaría apenas tres días más tarde: el Barça visitaba al Paris Sant Germain, el en día de los enamorados que más corazones rompió para el barcelonismo, en la estrepitosa derrota de los culés ante los galos (4-0). El lateral pagó los platos rotos del descalabro en el Parque de los Príncipes, y no solo fue suplente, para entrar en el minuto 81 en lugar de Digne en la victoria del Barça sobre el Leganés (2-1), sino que además se quedó sin jugar ante el Atlético de Madrid.

El lateral, frente al Atleti en Copa la temporada pasada | Foto: Dani Nieto - VAVEL
El lateral, frente al Atleti en Copa la temporada pasada | Foto: Dani Nieto - VAVEL

Paris pasa factura

El defensa se vio además perjudicado por el cambio de sistema de Luis Enrique (3- 4-3), una situación que le hizo perder minutos y protagonismo dentro del conjunto. Más de un mes tuvo que pasar para que Jordi Alba, que no había sido titular en Liga desde el 22 de enero ante el Eibar, recuperase su lugar en el once inicial, llegado el mes de marzo. Fue en la goleada del Barcelona sobre el Sporting de Gijón (6-1), y aunque también fue titular en los duelos con el Celta y Deportivo de la Coruña que completaron el mes de marzo, los rumores ya se habían disparado y algunos se apresuraron a situarle como posible sustituto de Clichy o Kolarov en el Manchester City.

En un mes cargado de partidos como fue abril, el de Hospitalet participó de inicio ante el Granada, asistiendo a Luis Suárez el gol que abrió la lata en la victoria sobre el cuadro andaluz (1-4). También jugó todos los minutos en la derrota en el campo del Málaga, y sin embargo fue suplente en encuentros relevantes ante Sevilla en Liga y Juventus, en la ida de Champions. Jugó los 90 minutos en la victoria sobre la Real Sociedad (3-2) y en la vuelta de cuartos de final de Champions, con el empate sin goles ante la ‘Vecchia Signora’ que noqueaban a los culés de la máxima competición europea.

Causante de la histórica celebración de Messi en el Bernabéu

Ningún consuelo mejor para aliviar una herida semejante que una victoria sobre el eterno rival, en el clásico de la trigésimo tercera jornada de Liga (2-3). Jordi no solo comenzó y acabó el partido, sino que además asistió a Messi en el último gol del Barça, el que dio los tres puntos a los azulgranas y dio pie a una celebración del astro argentino que quedó grabada a fuego por los tiempos de los tiempos en los corazones de millones de culés. Sin el centro de Jordi Alba a Leo, ni ese tanto, ni esa victoria ante el Real Madrid, ni esa celebración hubiesen sido posibles. A la semana siguiente el lateral repitió titularidad en el derbi con el Espanyol, que se declinó a favor de los azulgranas (0-3).

Ninguna alternativa posible a Jordi Alba ofrecía garantías suficientes para reemplazarle

Con la temporada a punto de tocar a su fin, Jordi Alba entró en el mes de mayo como suplente ante el Villarreal, siendo el reemplazo de Digne en el minuto 75. Si el desanimo hizo alguna vez mella en el futbolista, nunca lo transmitió sobre el terreno de juego, dónde seguía siendo referencia en su posición. Ninguno de los posibles recambios de los que echó mano el técnico ofreció garantías suficientes, mientras que el rendimiento de Jordi seguía siendo más que aceptable en cada una de sus apariciones. Ante Las Palmas regresó a su puesto en el once titular y asistió a Neymar en el último gol de la goleada (1-4). Luis Enrique siguió contando con Jordi Alba en sus últimas batallas como entrenador del Barcelona, en la última y decisiva jornada de Liga ante el Eibar, así como en la final de Copa del Rey disputada en el Vicente Calderón, con el Alavés como contrincante. Izar el título obtenido ante el conjunto vasco fue la manera más dulce de cerrar un curso en el que no se había sentido del todo valorado.

Alba, durante el empate con el Celta | Foto: Noelia Déniz - VAVEL
Alba, durante el empate con el Celta | Foto: Noelia Déniz - VAVEL

Se queda

Llegado el mes de junio se especuló con un posible interés de Mourinho por incorporarle al Manchester United, mientras el fubtolista seguía echando balones fuera, con la vista fija en su único objetivo: permanecer en Can Barça. “Mi intención es estar aquí mientras el club no diga lo contrario. Estoy en mi casa, estoy encantado. Lo que debo hacer es ejercitarme a tope y luego el míster decide”, declaró a MD. En julio de 2017, con Ernesto Valverde en el banquillo, Jordi Alba arrancaba su quinta temporada en el primer equipo del FC Barcelona. Trabajador incansable, con sus habilidades siempre patentes sobre el verde, el de Hospitalet pronto se hizo con la confianza de 'el Txingurri'.

Llegada la hora de la verdad, superados los amistosos de pretemporada, en agosto fue titular en el partido de ida de la Supercopa con el Real Madrid, disputando todos los minutos en juego, mientras que en la vuelta fue sustituido por Digne en el minuto 78. Aquel fue el peor momento vivido por el conjunto azulgrana en lo que va de campaña, apenas un tropiezo en el camino casi impecable de los hombres de Ernesto Valverde. Los malos resultados cosechados ante el eterno rival no pasaron factura al lateral izquierdo: el técnico no dudó jamás al respecto de quién debía ocupar esa posición.

Jordi Alba-Leo Messi, conexión letal

Jordi mantuvo la titularidad en el debut de los culés en Liga, ante el Betis, aunque dejó su puesto a Digne en el minuto 87, y también ante el Alavés, en el primer enfrentamiento a domicilio de 2017/2018, en el que los azulgranas se impusieron (0-2). El lateral formó en el once y asistió el primer gol de Messi. Esta conexión letal con el astro argentino ya se había pronunciado anteriormente, pero a partir de entonces no hizo más que coger fuerza. Así pues, se reafirmó en el primer derbi de la temporada, que resultó en goleada del Barça sobre el Espanyol (5-0). Alba volvió a demostrar que su conexión con Messi no es fruto de la casualidad, asistiendo a su compañero de equipo en el segundo y tercero.

Jordi Alba y Messi se abrazan antes del choque a puerta cerrada con la UD Las Palmas | Foto: Noelia Déniz - VAVEL
Jordi Alba y Messi se abrazan antes del choque a puerta cerrada con la UD Las Palmas | Foto: Noelia Déniz - VAVEL

Con Valverde, Jordi Alba recuperó la confianza, continuó reinando en la banda, rindiendo al cien por cien. Se volvió indiscutible, jugándolo todo ante la Juve, Sporting de Portugal y en el primer enfrentamiento con el Olympiacos en la fase de grupos de Champions League, también en Liga ante el Getafe, Girona, Las Palmas – en el partido disputado a puerta cerrada en el Camp Nou el 1 de octubre –, ante el Atleti – en el estreno histórico del FC Barcelona en el Wanda Metropolitano – y frente al Athletic de Bilbao en San Mamés, dónde asistió de nuevo a Messi para que anotase el primer tanto del partido (0-2). Solo un pequeño contratiempo físico le privó de medirse al Olympiacos en el Camp Nou, debido a una sobrecarga en el aductor de la pierna derecha, según el parte médico emitido por el club.

El lateral, lanzado, pasó de asistir a sus compañeros a firmar él mismo las dianas

El lateral izquierdo, que estaba de dulce, pronto regresó a actuar de nuevo sobre el verde para seguir dando buena cuenta de ello. A comienzos de noviembre formó en la alineación en la undécima jornada de Liga, ante el Sevilla (2-1) y en los amistosos que disputó con la selección española para preparar el Mundial de Rusia 2018 siguió luciéndose incluso en el aspecto ofensivo. Pasó de asistir a Messi en el Barcelona, a firmar sus propias dianas: lo hizo primero ante Costa Rica y después a Rusia, bastándole solo una mitad del partido para ello.

Después de cumplir sus compromisos con la Roja, fue titular ante el Leganés en la competición regular y suplente ante la Juventus, ocupando el puesto de Iniesta en el minuto 82. Este movimiento de Valverde estaba justificado: el entrenador extremeño reservaba al lateral para la visita al Valencia, segundo clasificado. En Mestalla Jordi fue titular, y recibió de vuelta de Leo Messi uno de los muchos favores prestados anteriormente, en forma de asistencia, para que el lateral anotase el tanto del empate ante el conjunto che (1-1).

Un final de año pletórico

El futbolista se lució con actuaciones estelares para cerrar 2017 en un estado de forma espectacular, formando una sociedad letal con algunos de sus compañeros de ataque y muy en especial con Messi. Es una conexión infalible; con la condición de zurdo de Leo como un factor ineludible en esta asociación que no hizo más que acentuarse con el paso de los meses y con Jordi Alba gustándose en su condición de medio lateral/ medio extremo. En el primer partido disputado en diciembre, el de Hospitalet asistió a Luis Suárez en el segundo tanto del Barça, que no pudo pasar del empate con el Celta (2-2).

En la visita de los azulgranas al Villarreal en la siguiente jornada el defensa no fue determinante en los goles, pero sí una opción recurrente en ataque. Alba lo jugó todo en el último mes del año, salvo los últimos 9 minutos de la goleada sobre el Depor (4-0), cuando cedió su lugar a Digne. Jordi, como todo el equipo, puso punto y final a 2017 futbolísticamente hablando con una sonrisa, por la victoria cosechada sobre el Real Madrid en el Santiago Bernabéu (0-3) el pasado 23 de diciembre. Para un purasangre como Jordi Alba, que además se ha formado en las categorías inferiores del Barcelona, este tipo de gestas, el salir victorioso del feudo blanco y abrir una brecha de catorce puntos con el eterno rival cuando no se ha alcanzado siquiera el ecuador de la competición, se viven a mil pulsaciones. Así lo demostró con sus gestos hacia la afición merengue, tras el gol de Messi, el segundo tanto de los culés, con gestos de asentimiento, más que satisfecho, pletórico, exultante.

Los azulgranas, celebrando la victoria en el Bernabéu | Foto: Dani Nieto - VAVEL
Los azulgranas, celebrando la victoria en el Bernabéu | Foto: Dani Nieto - VAVEL

Y es que menudo fin de fiesta para el Barça, líder en Primera División, y también para Jordi Alba. El lateral, que contó desde el inicio de 2017/2018 con la confianza absoluta de Ernesto Valverde, siempre demostró en sus apariciones la facilidad con la que gana las espaldas a la defensa para correr con libertad la banda izquierda e incorporarse al ataque, recuperó protagonismo dentro del equipo tras la marcha de Neymar, e incluso pasó de asistir los goles, a ponerles él la rúbrica. Todo esto y más le convierten en el cuarto futbolista más utilizado por Ernesto Valverde en la Liga Santander, con un total de 1338 minutos. Solo Ter Stegen y Messi, ambos con 1530, y Rakitic, con 1362, superan a ‘la bala’ de Hospitalet, que mira a 2018 con optimismo. Con 28 años y todo el fútbol del mundo en sus botas, el barcelonismo quiere seguir disfrutando de la plenitud que vive Jordi Alba.