Aunque hace un par de temporadas el fichaje se daba por hecho, lo cierto es que en los últimos tiempos poco o nada se había valorado una posible marcha de Aymeric Laporte al club al que más interesaba, el Manchester City. Parecía que los ingleses se habían olvidado de uno de los mejores centrales de la Liga Santander y que el Athletic podría contar con él para varios años. Sin embargo, todo se ha precipitado y el conjunto que dirige Pep Guardiola desde el banquillo ha abonado la cláusula de rescisión para hacerse con los servicios del jugador. La cifra gira en torno a los 70 millones de euros, repartidos en 65 de cláusula y 5 por derechos de formación. Firma un contrato que le mantendrá unido al club mancuniano durante las próximas cinco temporadas.

Laporte era el jugador más utilizado por Ziganda

Sin ser el mismo tras la lesión que se produjo y la cual tuvo que ver con una fractura-luxación en el peroné y tobillo derechos cuando estaba concentrado con la selección francesa sub-21, sí es cierto que el rendimiento de esta temporada estaba en claro ascenso. Siendo el jugador más utilizado por Ziganda, sumaba 2.700 minutos sobre el césped, repartidos en 19 partidos ligueros, diez de UEFA Europa League y uno de Copa del Rey. Por lo tanto, el francés podrá disputar la UEFA Champions League con el equipo del Etihad Stadium.

Siempre interesado por él, Guardiola se hace con los servicios de un jugador joven, apenas tiene 23 años, y con una gran progresión en el mundo del fútbol. Habitual con las categorías inferiores de Francia, ya ha ido convocado en alguna que otra ocasión con la selección absoluta. En el Manchester City tendrá que hacerse un hueco en una línea defensiva que, posiblemente, sea la peor zona del esquema del técnico catalán. Solo Otamendi parece rendir por encima de unos compañeros por los que el equipo mancuniano también se deshizo de una gran cantidad de dinero. Stones sale a error grave por partido, Mangala no es del agrado del entrenador y Kompany está más tiempo lesionado que sobre el terreno de juego. Así, el francés puede no tener la tarea demasiado complicada, a menos que su adaptación no sea del todo cómoda.