Podría haber sido una noche especial para Seedorf. Su primera noche en la caseta blanquiazul. Su debut. En frente, un rival como el Betis, tercer equipo con más goles encajados, pero también uno de los que más logra anotar. Luchar por alcanzar puestos europeos. Luchar por alcanzar la salvación. Intereses muy dispares, pero a la vez semejantes, eran los que se iban a confrontar esta noche en el estadio de Riazor.

Ser el equipo más goleado de LaLiga no pareció preocuparle mucho al míster holandés, quien decidió plantear una alineación ofensiva. Pese a ello, se pudo ver en la primera mitad una defensa sólida y un equipo más agresivo. Luisinho y Juanfran no realizaron, sin embargo, buenas actuaciones. Ambos laterales del conjunto deportivista no fueron capaces de poner una marcha más a la hora de cortar las contras del Betis, siendo superados por los atacantes visitantes en las diversas llegadas.

Dominaban los verdiblancos, y su superioridad por fuera terminó relegando al Dépor a su campo, esperando las posibles salidas al contraataque. Pese a llegar más los béticos a la portería defendida por Rubén Martínez, fueron los acercamientos del conjunto herculino los que generaron más peligro. Resolvió sin esfuerzo el arquero gallego la primera ocasión del partido, fruto de una jugada culminada por Joaquín. La más clara, sin embargo, fue la de Bakkali. El 18 deportivista robó el cuero, corrió hasta la frontal y, tras un latigazo, terminó este impactando en el larguero.

El primer cambio en las filas del Deportivo llegó de manera temprana. Fede Valverde se veía obligado a pedir la sustitución por unas molestias en los isquiotibiales de su pierna izquierda. El charrúa, que había perdido continuidad en los últimos meses, volvía a formar parte del once inicial. Entraba en su lugar Celso Borges. Otro jugador que volvía a salir de inicio era Bakkali. Pegado a banda, con velocidad y desborde, fue el mejor partido del extremo desde su llegada al equipo gallego. El belga, junto con Florin Andone, fueron los jugadores más destacados de los primeros 45 minutos. Ambos muy activos colaborando tanto en la presión como en el trabajo defensivo.

Bakkali, el jugador más destacado en el partido. / Imagen: LaLiga
Bakkali, el jugador más destacado en el partido. / Imagen: LaLiga

La intensidad que caracteriza a Seedorf se hizo notar en las acciones de sus ya pupilos. Se marchaban a los vestuarios con 13 faltas en contra frente a ninguna por parte del Betis.

Adelantaba el holandés la línea de presión del equipo al comienzo de la segunda mitad. Otro revulsivo por el que apostó fue cambiar las bandas. Bakkali pasaba a la derecha, y Adrián hacía lo propio a la izquierda.

Se ponía por delante el Betis en el marcador. Si Rubén hizo una parada magistral un par de minutos antes a un tiro de Joaquín, en la acción con el canterano bético pudo hacer más. En una inclusión por la derecha, Junior centró y Loren Morón aprovechó para anotar tercer gol con la elástica del primer equipo en su segundo encuentro vistiéndola. Sin marca, pudo rematar a placer adelantándose al guardameta local.

Corría el marcador y el Deportivo era incapaz de reaccionar. El tanto había dañado anímicamente al grupo. Una gran asociación entre Fede Cartabia y Florin Andone, en la que el internacional rumano se sacó un disparo realmente complicado pero que no llegó a buen puerto, pareció volver a meter de nuevo al equipo en el encuentro. Pareció, porque en realidad tan solo los gallegos brindaban momentos lúcidos con los que nos hacían creer en el empate. Demasiado desesperado, y falto de ideas para sacar esto adelante, el empate no llegó.

Los mejores momentos para creer tuvieron lugar una vez se hubo cumplido el tiempo reglamentario. Justo en dicho borde, Celso Borges tuvo el tanto en sus botas. Cruzó demasiado el tico. Concedió el Betis, pero el Dépor no supo aprovechar. En la siguiente jugada pudo cantar gol la grada de Riazor. Tras un centro de Luisinho, Florin Andone hizo todo lo posible para llegar a rematar el esférico. Remató el rumano muy forzado. Esta sería la última para el conjunto deportivista.

No mereció perder el Deportivo, que ha terminado por sumirse en una espiral de la que cada día parece más difícil lograr salir. Una llegada por parte de los locales y un gol subía al marcador. Los errores se suceden, y cada vez hay menos margen de reacción. Contra la cuerdas, los próximos partidos podrían determinar el rumbo del equipo. Si no lo han determinado ya.