Diez meses más tarde de la cita que acogió nuestro país, concretamente el sábado 7 de mayo de 1983, los blanquiazules superaron por la mínima a unos barralets que se jugaban un ascenso a la máxima categoría que finalmente, consiguieron dos semanas después. Ya por entonces, el díscolo tanque yugoslavo que había abandonado la isla. 

En la noche de Halloween de 1993, el feudo alicantino fue testigo de la segunda más holgada de los mallorquinistas en la categoría plata (0-4). Un triunfo -igualado en febrero de 1996 en el Salto del Caballo de Toledo- sólo superado por la manita que los isleños infligieron al Castellón (1-5) en 1950. 

Nuevo milenio

Más de dos décadas después, ambos equipos cruzaron sus caminos por primera vez en la élite del fútbol patrio. Un duelo que tuvo lugar el 11 de mayo de 2011, en la antepenúltima jornada del Campeonato Nacional de Liga. Entonces, y tras consumarse el descenso matemático del Almería, hasta once equipos luchaban por eludir las dos plazas restantes para bajar al mal conocido como Infierno. Y es que, entre el decimoctavo clasificado, el Deportivo de la Coruña, y el undécimo -puesto ocupado por los bermellones- tan sólo había cuatro puntos de diferencia. Eso sí, los por entonces entrenados por Laudrup contaban con la misma puntuación (43 puntos) que otros tres equipos: Levante, Racing de Santander y Sporting de Gijón. Además también estaban implicados Málaga (42 puntos), Osasuna y Real Sociedad (ambos con 41), Getafe (40), Real Zaragoza (39) y el próximo adversario de los rojillos, un Hércules prácticamente sin opciones de continuar en la élite como vaticinaban sus 34 puntos en la tabla. 

La primera visita barralet en la élite

No obstante, aquella no era la primera ocasión que los baleares visitaban el Rico Pérez para disputar un encuentro de la máxima categoría. Y es que cabe recordar que el 14 de abril 1984, y en un choque también correspondiente a la antepenúltima jornada de Primera División, el RCD Mallorca ejerció como local en el terreno herculano ante el Valencia debido a la caída del foso del fondo Sur del Luis Sitjar en un envite frente al Real Valladolid. Aquella tarde, los chés derrotaron a los isleños -por entonces ya descendidos- gracias a los goles de Fernando y un futuro conocido para la afición blanquiazul: Mario Alberto Kempes. Finalmente, Barrera recortó el marcador para establecer el resultado definitivo (1-2). 

Un descenso consumado

Regresando al partido entre los de Michael Laudrup y Miroslav Djukic -sustituto del artífice del ascenso, Esteban Vigo- señalar que el danés no pudo disponer de Aouate y Sergio Tejera por segunda jornada consecutiva además de un Gonzalo Castro que no se recuperó a tiempo de sus molestias. En el Hércules, que llegaba a la cita tras sumar ocho de los últimos 36 puntos posibles, destacar la presencia de tres ex barralets: David Cortés, Rufete y Farinós. 

En otro sentido, destacar que los locales presentaron hasta cuatro novedades en el once respecto al equipo que siete días perdió en Santander. Entre ellas, destacar la del meta holandés Velthuiezen. Eso sí, el paraguayo Valdez no partió desde el inicio a pesar de que el Comité dejará sin efecto la roja que vio ante los cántabros. 

El argentino nacionalizado francés David Trezeguet -junto a "El Matador" Kempes, otro nueve campeón del mundo que ha defendido el escudo del Hércules- mandó al limbo una gran ocasión en el minuto 5. Seis más tarde, el luso Sendoa culminó una larga jugada para inaugurar el marcador. El tanto pareció despertar a los isleños quienes, poco a poco, empezaron a controlar el centro del campo. Sin embargo, y cuando ambos conjuntos ya pensaban en el descanso, Sendoa firmó su doblete tras una asistencia de Kiko Femenía. 

Durante el descanso, Laudrup dio entrada a un delantero (Víctor Casadesús) por un defensa (Pau Cendrós). A falta de un cuarto para el final, el actual delantero del Tenerife recortó distancias. Tres más tarde, Turienzo perdonó la expulsión a Paramot y justo después, Webó igualó la contienda superando con una sutil vaselina al cancerbero de los anfitriones. En los instantes finales, los alicantinos acorralaron a los insulares en su parcela en busca de un gol tanto que evitara el descenso. Sin embargo, el marcador no volvió a moverse. Incluso pudo decantarse a favor de los bermellones si Pereira hubiera culminado una contra en el descuento. 

Serial: La Hemeroteca

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