R.C. Celta de Vigo y Deportivo de la Coruña se veían las caras en la tarde del sábado en un Balaídos engalanado para la ocasión. Un “O Noso Derbi” marcado por el descenso a la Segunda División de los de Coruña. Las gradas recibían a los jugadores de ambos equipos con el himno gallego a capela, una tradición ya instaurada en los enfrentamientos en Primera, de los dos mejores equipos de Galicia.

Buen ritmo en la primera mitad

El partido comenzaba con un Celta más enchufado, con ganas de llevar el peso del encuentro, manteniendo posesiones largas, intentando hacer daño a su máximo rival con transiciones largas. Mientras, los jugadores de Seedorf, intentaban salir en rápidas contras.

Pocos minutos trascurrieron hasta que el Celta conseguía abrir el marcador. Maxi Gómez, en el minuto 12, aprovechaba una salida blanda de Rubén, casi sin quererlo, rematando con la espalda un balón que superaba al cancerbero coruñés. Una jugada que enfadó mucho a los jugadores blanquiazules, ya que entendían que el charrúa había empujado al portero. Pero en la repetición se ve claro como el portero sale mal, comete un grave error que condenaba a los suyos.

El gol hizo mucho daño a los visitantes, que tuvieron unos minutos de dudas en defensa, dejando en varias ocasiones solo a Pione Sisto. El danés, muy activo, era el jugador del que salía todo el peligro de los celestes. Poca intensidad de los deportivistas que solo podían frenar a los de Unzué con juego duro y faltas en el medio campo.

A la media hora de juego Maxi pudo poner más ventaja en el marcador. Un fallo en defensa del Dépor dejó al charrúa solo ante el último defensor. Con un recorte de fantasía se deshacía de la marca de Albentosa, quedándose solo ante Rubén, que cerró muy bien al delantero, rechazando su tiro a córner.

Comenzaron ahí los mejores minutos del Deportivo, que llegaba con más peligro a la meta defendida por Sergio Álvarez. La mejor la tuvo Gilherme desde fuera del área, una volea durísima que saca Sergio con una buena mano. Una buena dinámica que poco duró, ya que a falta de cinco minutos para el descanso, volvió la mejor versión de los celestes, que con largas posesiones, dejaron que muriera la primera parte.

Segunda parte sin mucha historia

La segunda parte comenzaba con dos cambios en poco tiempo del Dépor. Primero, antes de la reanudación entraba Valverde por Colak, que se había ido al descanso con molestias musculares, y después, a los pocos minutos, Borja Valle por Adrián. Buscaba así cambios Seedorf para reactivar al equipo, y dieron resultado. El Deportivo salía del descanso más enchufado y llegando con peligro a la portería de Sergio Álvarez. Una tónica que se repitió hasta el final del partido.

Unzué, en cambio, quitaba a piezas importantes del equipo, como Maxi y Brais, por gente que ha contado con menos minutos, como Boyé. Cambios que acabaron afectando el rendimiento del equipo, que no supo cerrar el encuentro.

El Celta, intentaba que los miuntos pasaran con posesiones largas, pero sin peligro. Mientras que el Dépor, que en algunos casos se excedió en labores defensivas, salía con mucho peligro a la contra, aprovechando la velocidad de Lucas Pérez o Borja Valle.

Los de Unzué, en toda la segunda parte solo tuvieron una clara, que acabó en el fondo de las mallas de Rubén, pero que no subió al marcador por fuera de juego de Daniel Wass, que había finalizado una buena jugada de asociación de toda la plantilla celeste.

Sin mucho más juego se llegaba al final del partido. Minuto 90, una jugada mal defendida por el Celta acababa con el gol del empate de los deportivistas. Un saque de banda en largo de Luisinho al centro del área, un fallo en defensa de Cabral, al que se le adelanta Guilherme, acaba con Lucas Pérez solo ante Sergio Álvarez, que fusila al meta celeste, empatando el partido.

Un “O Noso Derbi” muy descafeinado en el que los aficionados celestes no pudieron celebrar la victoria final, pero en el que sí animaron a los suyos durante los 90 minutos; mientras alguno aprovechaba para festejar el descenso del máximo rival.