Las últimas dos temporadas no han sido fáciles para Gerónimo Rulli. El guardameta argentino llegó a la Real Sociedad en 2015 tras la marcha de Claudio Bravo. Lo hacía procedente del Manchester City y como uno de los porteros con más proyección del momento. Tras unas buenas primeras temporadas, su carrera se había estancado.
Dejó de ir a las convocatorias de su Selección e, incluso, perdió la titularidad a principios de año tras una lesión y con el fichaje de Moyá. Pero este verano ha supuesto un punto de inflexión para él. Con la llegada de Garitano tanto él como su compañero partían en igualdad de condiciones. Además, el fichaje de Luis Llopis como preparador de porteros ha supuesto un salto de calidad para la portería txuri-urdin.
Buen inicio
De momento, Rulli se ha hecho con la titularidad en este inicio de temporada. El hecho de que Moyá se lesionara en pretemporada también ha influido, pero la mejoría del jugador platense ha sido notable. En el primer partido, ante el Villarreal, salvó dos mano a mano para que su equipo debutara con victoria.
Ante Leganés y Eibar también ha tenido buenas intervenciones, aunque ha recibido cuatro goles. Todo apunta que, de la mano de Llopis, su nivel se irá incrementando a lo largo de la temporada. De momento ya ha vuelto a una convocatoria de su selección.
Pero no puede dormirse en los laureles. Que su competencia sea un portero del nivel y la experiencia del mallorquín es bueno para él. Y es que, a diferencia de otras temporadas, ahora sí tiene un portero que le puede quitar del puesto, lo que hace que tenga que estar en un buen nivel constantemente. Para la Real esto es una excelente noticia, ya que tiene dos porteros de esos que salvan partidos y, si uno falla, el otro le sustituirá sin bajar el nivel.