Comienza una nueva etapa en Balaídos. Tras una decepcionante temporada 2017-2018 con Unzué al mando, en la que el Celta quedó realmente lejos de sus objetivos primarios, los vigueses han retocado el equipo con la intención de mostrarse, de una vez por todas, sólidos en la parcela defensiva.

Para ello, la dirección deportiva ha confiado en Antonio Mohamed; El Turcocon experiencia en banquillos mexicanos y argentinos, quiere dotar a este Celta de una fiabilidad atrás con la que los atacantes puedan desarrollar su fútbol sin excesivas preocupaciones, siempre siguiendo el ritmo que marca su jugador estrella, Iago Aspas.

En este inicio liguero, el Celta, de momento, lidera la otra liga, la que no incluye a los dos gigantes, Barcelona y Real Madrid. Terceros, con siete puntos de doce posibles, los mismos que Espanyol, Getafe, Girona y Alavés, los gallegos promedian casi dos goles por encuentro, producción que chocará con la robustez defensiva del Real Valladolid, que tan solo ha encajado dos tantos en estos cuatro primeros duelos.

En el otro lado, la debilidad ofensiva del Pucela, único conjunto de Primera todavía por marcar, colisiona con esa transición hacia un fútbol más compacto que quiere implantar el Celta, y es que esa fragilidad atrás lastró a los gallegos durante gran parte de la anterior campaña, impidiendo a los pupilos de Unzué auparse a zonas nobles y luchar por puestos europeos, fueros por los que los celtiñas desean volver.

A día de hoy, el Celta sigue planteando dudas en ese aspecto, siendo capaz de dejar a cero el casillero rival en tan solo una jornada, curiosamente, ante el Atlético de Madrid.

Ni el hecho de jugar con tres centrales, ni la incorporación de Néstor Araujo procedente del Santos Laguna mexicano para suplir la salida de Sergi Gómez al Sevilla han parecido ayudar a una escuadra mucho más estructurada tanto en el centro del campo como en ataque. Los Hugo Mallo, Roncaglia o Cabral deberán dar un paso al frente, y consolidarse definitivamente como una zaga de recursos.

Buscando otro tipo de consolidación se encuentran también futbolistas mucho más jóvenes, con un talento todavía por pulir, y es que tanto Stanislav Lobotka como Fran Beltrán, asumiendo con mucha madurez un rol importantísimo, han demostrado estar a la altura de la categoría, siendo el nexo perfecto con los arietes, temidos en toda España, como son Pione Sisto, Maxi Gómez y Iago Aspas.

Aspas, precisamente, es el perfecto ejemplo de amor entre club, afición y jugador. Pese a vivir desventuras tanto en Liverpool como en Sevilla, Iago sigue siendo un delantero letal, rápido y con una gran facilidad para asociarse con sus colegas de ataque: Maxi Gómez y Pione Sisto. Artífice en gran parte de los éxitos recientes del Celta, el de Moaña ya acumula dos goles esta temporada, incluido el que realizó este pasado lunes ante el Girona, en la primera derrota del club celeste en el presente curso.

Destapándose como la tercera pareja más goleadora en la temporada anterior, con 37 tantos, y solo por detrás de los 59 de Leo Messi y Luis Suárez, y de los 42 de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, la dupla Aspas - Gómez, con el uruguayo habiéndose aclimatado a la perfección al fútbol español, promete ser la gran amenaza de un Valladolid en horas bajas, que necesita marcar, y puntuar, como el comer.