El mercado de fichajes de enero cerró sus puertas a las doce de la noche del jueves. Tras un mes lleno de operaciones, el día 31 fue algo más frenético de lo habitual. El Real Valladolid, con los deberes hechos en cuanto a las altas, se desprendió de una serie de activos que, o bien no cuajaron, o bien habrían visto su participación reducida en caso de seguir.

Guardiola, Hervías y Plaza para potenciar el ataque

Si algo necesitaba el Real Valladolid, eran hombres de ataque. La primera mitad de la temporada mostró un claro déficit en cuanto a esa faceta. Hombres como Ünal o Cop no respondieron a las exigencias goleadoras, Óscar Plano tardó en recuperar la regularidad, Toni fue de más a menos y Keko exhibió una marcada irregularidad. Ese cóctel derivó en varias derrotas consecutivas provocadas por la ausencia de un gol que, con los nuevos fichajes, se pretende recuperar.

Sergi Guardiola es, probablemente, la incorporación más ilusionante. Tras una gran temporada pasada en Córdoba, donde se consagró como uno de los pilares de la permanencia, el balear no encajó en los planes de José Bordalás en el Getafe. Condenado al ostracismo debido al buen hacer de los Jorge Molina, Jaime Mata y Ángel, Guardiola pondría rumbo a la capital castellana para convertirse en la referencia del ataque pucelano. Un tanto escaso de ritmo competitivo, el de Manacor no mostró ninguna debilidad en su debut, que tuvo lugar la pasada semana ante el Celta. Atrevido, Guardiola lo intentó en varias ocasiones, pero no logró ver puerta. Con todo, el mallorquín será el delantero titular en un sistema en el que podría compartir muchos minutos con Enes Ünal.

Pablo Hervías está de vuelta. Parte del bloque que le dio al Real Valladolid su último ascenso, el logroñés apenas contó para José Luis Mendilibar en el Éibar. Desborde, calidad técnica y un espléndido disparo lejano caracterizan a un futbolista que deberá trabajar, y mucho, para ser titular. Por lo pronto, el riojano, cedido hasta final de temporada por el conjunto armero, ya ha entrado en su primera convocatoria, pero su titularidad ante el Huesca se antoja complicada. Con un Keko algo más partícipe del juego colectivo, y la seguridad que da Daniele Verde desde el banquillo, Pablo Hervías deberá convencer, de nuevo, a Sergio González.

La primera incorporación anunciada fue la del ecuatoriano Stiven Plaza. A sus 19 años de edad, Plaza es una apuesta personal de Ronaldo, que ha llegado a decir que el sudamericano tiene ciertos detalles que le recuerdan a él. Veloz y vertiginoso, el propio Stiven ha reconocido que todavía tiene que adaptarse a nuestro fútbol. Con la incógnita de si jugará con el filial antes de acompañar al primer equipo, el ex de Independiente del Valle sigue un plan de entrenamiento específico, como ya confirmó Sergio González.

Cuatro salidas para consolidar la plantilla definitiva

Salidas obligadas, o casi obligadas, las que se ha visto forzado el Real Valladolid a acometer. Jugadores de rotación, que no participaban prácticamente nada, y que poco podían aportar a un proyecto que tiene la gran responsabilidad de lograr la salvación. Tal vez, la primera de las bajas pudo ser la más discutida, y es que Alberto Guitián demostró ser un central de ciertas garantías, con buen criterio para sacar el balón. El santanderino, que se perfilaba como tercer central, no tuvo opción ante la pareja formada por Fernando Calero y Kiko Olivas, inamovibles. Su llegada a Zaragoza, donde se ha consolidado en el eje de la zaga, fue más que polémica, y es que la afición maña ni olvida, ni perdona.

El resto de bajas se produjeron en el último día, intenso y frenético de principio a fin. El primero en anunciar su salida fue el argentino Leo Suárez, titular en más de una ocasión y autor de goles decisivos en Balaídos (3-3) y en La Cerámica (0-1). Casi siempre fuera de posición, jugando como segundo delantero, el extremo argentino cumplió con las peticiones del entrenador, que recurrió a él habitualmente. Ahora, el de San Martín deberá ayudar al Mallorca a regresar a la Primera División.

La suerte no acompañó a Antonio Cotán en su aventura en Valladolid. Fichado como una de las grandes promesas sevillistas, el de Olivares no encontró la continuidad y la regularidad deseadas debido, mayormente, a sus constantes problemas físicos. Fuera de los planes de Sergio, el andaluz ha hecho las maletas con destino a Tarragona, donde tendrá la difícil misión de salvar la categoría para un Nástic que se acerca, inexorablemente, al pozo de la Segunda División 'B'.

Más problemática fue la estancia de Ivi López. Cedido por el Levante, el madrileño de 24 años llegaba a Valladolid con la intención de ser titular. Con más experiencia en Primera División que gran parte de la plantilla blanquivioleta, Ivi llegaría lesionado y nunca podría mostrar su mejor versión. Relegado a un segundo plano, nunca pareció implicado con un equipo que nunca pudo acudir a él. Tras rescindir el préstamo de mutuo acuerdo, Ivi ha recalado en el Sporting de Gijón, actualmente en tierra de nadie en la categoría de plata.

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