Principios de julio. Esa es la fecha que tienen en mente  la dirección deportiva del Celta de Vigo. Y no es de extrañar, puesto que  la por irregularidad que ha supuesto esta última temporada, en casa Celta necesitan tranquilidad. Eso supone realizar un trabajo intenso en estos meses y que permita tener el equipo formado lo antes posible para afrontar un año, esperemos, más relajado en la parroquia viguesa.

Miñambres no lo tendrá fácil. Primero porque el capítulo de bajas y altas se entrevé largo y tedioso y segundo, porque está en el punto de mira de todo el celtismo por la planificación pasada.

Desde Celta Vavel queremos estar al tanto para ofreceros todo lo que ocurre en los despachos, así que os dejamos un resumen de cómo están estos temas hasta ahora.

El banquillo, la primera decisión.

La última experiencia ha dejado tres entrenadores en una temporada, algo que normalmente no acaba nada bien para ningún equipo. Sin embrago el Celta se ha conseguido salvar y quiere aprender de ello. Lo primero que hay que resolver es quien entrenará al equipo la siguiente temporada y todo apunta a que será el actual entrenador, Fran Escribá. El valenciano ha convencido en el club, creen en su trabajo para salvar al equipo y ven lógico premiar ese objetivo. El propio vicepresidente del Celta, Pedro Posada, afirmó que la idea es que continúe. La renovación está pendiente de que se sienten y hagan el boceto del Celta que quieren ver el año que viene.

Bajas, la gran evasión

De la necesaria reforma que precisa el vestuario, provocado por el desgaste natural de los años y acusado por el abismo del descenso destacan los nombres de varios integrantes.

El primero de ellos es Maxi Gómez. El uruguayo es uno de los atractivos del mercado. Aunque tiene contrato en vigor, desde la dirección tienen claro que es el momento de vender. Su venta supone un ingreso único en la historia celeste, y una ganancia tremenda, si tenemos en cuenta que se le fichó por 4 millones hace dos temporadas. Su cláusula de 50 millones de euros es un regalo viendo cómo está el mercado, aunque tiene toda la pinta de que el Celta aceptará una cantidad inferior pero que se aproxime.

La única oferta en firme recibida fue hace un mes por el Barcelona, por un montante total de 25 millones. Casualmente es la cifra de la cláusula de rescisión que pasaría a tener el 'charrúa' si el Celta hubiese bajado a segunda división. Desde los despachos de Príncipe se rechazó, esperando obtener una cantidad superior. Su mercado es grande, puesto que Liverpool, Tottenham, West Ham y otros equipos de la Serie A están interesados en el delantero. Del precio final un 20% irá destinado a su equipo anterior Defensor.

Otro de los jugadores con gran cartel es Lobotka. El eslovaco es un jugador que ya fue tanteado por equipos como el PSG o el Nápoles gracias a su gran primera temporada. Sin embargo el interés se enfrió debido a la irregular campaña ofrecida por el mediocentro y sus compañeros. Aun así, esta misma semana llegó la noticia de un posible interés por parte del Real Betis que ofrecería 20 millones  y el pase de Ryad Boudebouz por él. Su precio es de 50 millones al igual que Maxi, con lo que tiene pinta de que no llegará a ningún puerto. En el pasado la dirección celeste se remitió a su cláusula, aunque debido a su rendimiento en esta Liga, igual bajan un poco sus pretensiones. La Roma se ha sumado al interés por el jugador.

El que no continuará seguro es Nemandja Radoja. El serbio ha estado apartado este último año debido a su negativa a renovar con el Celta. Después de dos mercados en los que no encontró una salida, el medio ha estado entrenando como uno más en el grupo hasta la finalización de la temporada. Ahora cuenta con total libertad para firmar con otro equipo y todo apunta, si nada se tuerce, que acabará jugando en el Real Betis. El equipo andaluz sabe de sus cualidades, a pesar de llevar un año en blanco. Al ser libre, le ofrecen una prima de tres millones en concepto de fichaje y 1,5 más por temporada.

Dos casos diferentes son los de Gustavo Cabral y Sergio Álvarez. En el caso del central argentino, su contrato finaliza este año y de momento no ha habido acercamientos por ambas partes. Si bien en anteriores ocasiones la renovación la realizaron en el último momento todo apunta a que la decisión de su futuro la tomará el siguiente entrenador. De continuar Fran Escribá, la continuidad del sargento cogería fuerza, puesto que ha sido uno de los defensas más utilizados de la plantilla. Por otro lado, “O Gato de Catoira” tiene otro año más de contrato firmado con la entidad viguesa. Sin embargo existe la posibilidad contractual de una rescisión unilateral por parte del Celta ya que Sergio no alcanzó el mínimo de partidos para la renovación automática. Todo hace apuntar en las últimas semanas el club apostará por el 'continuismo' en lo que se refiere a la portería y seguirá en sus filas con Rubén Blanco y Sergio Álvarez.

Altas, experiencia y aire fresco

El capítulo de altas lo abre el primer fichaje de las 19-20 en casa Celta. Se trata de Gabriel “Toro” Fernández. Si bien el club no lo ha hecho oficial, el propio Mouriño lo confirmó en una rueda de prensa que dio hace unos meses, en la que se comentó la opción de que se incorporase en el mercado de invierno. El delantero uruguayo se quedó  préstamo en Peñarol para jugar la Copa Libertadores este año. Sin embargo, el 'charrúa' ha sido protagonista por el accidente que provocó en diciembre de 2018. Esto le hace estar pendiente de juicio y peligra su llegada a España, aunque ayer mismo su agente confirmó en los micrófonos de Radio Galega que llegaría en Julio sin problema alguno.

Es habitual que los equipos de primera división se fijen en los tres que descienden buscando gangas para reforzar los suyos y el Celta no quiere ser menos. El nombre que sale a la palestra es el de Portu, actual jugador del Girona. El delantero es del gusto de la dirección deportiva. Se trata de un delantero con un buen registro en La liga con 10 goles y 3 asistencias esta temporada. Esto provoca que no sólo el equipo vigués esté interesado en su contratación, si no que muchos otros equipos también, lo que aumentará el precio y la competencia por sus servicios. Tiene una cláusula de 10 millones de euros y la oferta que podría haber hecho el Celta rondaría los 8 millones.

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