Más de lo mismo. El Real Valladolid sigue sin ganar desde la jornada 1 y ya empiezan a surgir las primeras dudas. El equipo no sabe a qué jugar, pero parece que el entrenador se encuentra satisfecho ya que el propio Sergio sabe que con esta filosofía consiguieron la permanencia el año pasado. Sin embargo, este año, a lo mejor, no basta con dar el balón al rival y a esperar que pasa.

Sergio González optó por hacer cambios en un once, donde Toni Villa se estrenó con su primera titularidad dejando buenos detalles de magia, como nos tiene acostumbrados. También dio descanso a Michel Herrero y dio la oportunidad de reivindicarse a Javi Moyano, que volvía de la lesión que le dejó fuera cuatro semanas.

Hoy era un partido para reivindicarse delante de la afición y el equipo solo ha jugado los primeros minutos del encuentro donde ha salido enchufado y ha conseguido abrir la lata con unas jugadas de Toni Villa que nos recordaban al de hace dos años en Segunda. Por esa banda es donde llegó el pase atrás y el remate de Plano a puerta vacía en el minuto 12 y hacía el 1-0.

La realidad es que el que dominaba era el equipo local con un Granada desconocido y desaparecido en Zorrilla. El gol es lo que ha hecho despertar al conjunto rojiblanco que no ha conseguido los tres puntos de milagro. Antes del descanso, un gol psicológico (anotado por Carlos Fernández) con cierta ayuda de Masip, llevaba el partido al empate y la segunda parte quedaba todo por decidir.

Lo cierto es que los pucelanos no querían tener la posesión y cuando la tenían no sabían qué hacer con ella dando pases imprecisos y perdiendo el balón en zonas peligrosas. Mucho pase horizontal a la carrera de Sandro y compañía para saber si suena la flauta y poder adelantarse una vez más en el marcador. La mala noticia está en que el balón entró, pero en la portería contraria. El VAR, esta vez, nos salva un punto, todos los que nos quitó la temporada pasada.

Masip siempre ha sido un portero de garantías, pero han pasado seis partidos y el guardameta no transmite esa confianza que había conseguido con sus méritos personales. Puede que sea la hora de Lunin, esa decisión la toma el entrenador, pero de momento no se le ve que vaya a tomarla después de lo que sucedió el año pasado con Yoel. Antiguos precedentes que no aportan mucha ayuda para Sergio.

El Real Valladolid intentó en los últimos minutos llevarse los tres puntos, pero el Granada se conformó con el empate y con el 1-1 finalizó el partido.

Con las tablas, los pucelanos ya suman seis puntos en seis jornadas y, desde mañana, a pensar en el encuentro ante el Espanyol, rival que está en descenso y su inicio no ha sido prometedor. La afición sale del estadio con la sensación que en estos dos partidos como local, el rival ha merecido más. El otro día el Osasuna con las jugadas al palo y con su poderío físico y hoy el Granada con los goles anulados y su poderío en el centro del campo que es lo que ha conllevado a dominar gran parte del encuentro.

Esta semana, Sergio González tendrá que replantearse muchas cosas sobre el juego del equipo, que no despierta ninguna ilusión a la afición que ya se ve que está totalmente volcada. Con lo poco que han hecho en la primera mitad, el ambiente ha sido fantástico. Toca pasar página que es lo que harán la mayoría de los aficionados.