En un ambiente intranquilo, con un mar revuelto que no llega a calmarse en Can Barça, aparece la Liga. La sufrida victoria ante el Betis sirvió para que no se perdiera en la distancia el Real Madrid y para alejar el foco en el terreno deportivo al menos durante una semana. Con la Champions a la vuelta de la esquina, a la que muchos ya ven como la única tabla de salvación del curso, comparece el Getafe. Rival que hace no tanto supondría un escollo de menor calado para los Messi y compañía, asusta viendo el rendimiento en la presente campaña (sin olvidar lo que hizo en las dos anteriores) y su actual momento de forma. Ahora nadie vería descabellado o sorprendente que los locales se dejaron dos o tres puntos por el camino.
En Barcelona son conscientes de que un pinchazo puede dejar la Liga en bandeja a un Real Madrid que ha tomado velocidad de crucero, y que en dos semanas se jugará el Clásico en su estadio. Llegar con más de tres puntos de desventaja al Bernabéu y conseguir un resultado negativo, dejaría el campeonato con un color muy blanco. Es por esto que Setién va a ir con todo (lo disponible, que no es mucho) y no pretende reservar piezas.
Ángel entre dos aguas
La búsqueda de un delantero por parte del Barcelona y forzada por las bajas de Luis Suarez y Dembelé ha puesto uno de los focos en el Coliseum Alfonso Pérez. En este casting de delanteros que parece eterno, ha salido el nombre de Ángel Rodríguez. El tinerfeño está realizando una gran temporada a pesar de no ser titular indiscutible para Bordalás. Suma 13 goles en todas las competiciones, guarismos que le sitúan como el español con más goles en la 2019/2020.
Las dudas del club catalán y las del propio jugador han hecho que nada ya se ha llegado a concretar, pero no es descartable que el desplazamiento sirviera para acercar posturas y desbloquear el fichaje. Si no hay cambios respecto a lo habitual, saldrá como revulsivo en la segunda parte y querrá lucirse en lo que podría ser su nueva casa.
La hora de la verdad
Febrero asustaba en Getafe o eso es lo que parecía viendo el calendario, pero si algo han demostrado Bordalás y sus chicos es que no se amilanan ante nada. Fueron capaces de subir a Primera a pesar de comenzar mal en la 2016-17; se consolidaron sin sufrir por la permanencia al año siguiente; y en la anterior temporada se quedaron a un partido de jugar Champions League. Como premio les llegó la Europa League y no se han tomado esta copa como un regalo precisamente. Avanzaron en la fase de grupos y la semana que viene se enfrentan al Ajax buscando los octavos de final de la competición. En Liga les aparecía en el camino del segundo mes del año Athletic, Valencia, Barcelona y Sevilla. Los dos primeros envites los pasaron con nota, ahora van a por el tercero.
Protagonismo en los banquillos
No hace falta ser un ilustrado o un experto en táctica para saber que el duelo está marcado por el sistema de juego empleados por los técnicos, prácticamente en las antípodas de la concepción del fútbol. Cada sistema tiene sus seguidores y sus detractores, pero lo que está claro es que ambos son validos y se puede llegar muy arriba si se ejecutan bien. El sistema Setién, inspirado en el cruyffismo están en plena fase de adaptación, a pesar de haber contado con el mayor exponente de esta idea, el que lo llevó a la máxima expresión y gloria no hace muchos años, Pep Guardiola. La paulatina caída en gracia en favor de un estilo más vertical e individualista está dándole al cántabro más quebraderos de cabeza de lo esperado.
En el otro bando, la manera de jugar al fútbol propuesta por Bordalás está mas que instaurada y automatizada. La alta presión en campo contrario y el juego directo indigestan a cualquier rival que se les cruza por el camino. A cada año que pasa, parece está más cerca de rozar la perfección, como se pudo ver el pasado sábado. El Valencia no pudo parar en ningún momento a los azulones, que generaron más de diez disparos a puerta mientras que los chés no tuvieron ni una oportunidad. Con estos antecedentes, el Barça es el rival ideal para los getafenses, que sacan a relucir sus capacidades cuando juegan contra equipos a los que les gusta disfrutar de la posesión.
En el plano personal, Quique Setién y José Bordalás se han visto envueltos en varios enfrentamientos dialécticos en el pasado desde que uno estaba en Lugo y el otro en Alcorcón. De por medio, eso que se achaca siempre a los equipos del alicantino, las pérdidas de tiempo y ese supuesto “antifútbol”. Con el paso de los años parece que esas confrontaciones han desaparecido, incluso Bordalás se puso del lado del míster culé cuando este se marchó del Betis.
Alineaciones probables
